Renfe y Adif se quedan en Rodalies: claves de un traspaso ferroviario descafeinado

El traspaso de Rodalies a la Generalitat ha quedado rebajado respecto a lo pactado inicialmente. Pese a que así se firmó en noviembre de 2023 entre el PSOE y ERC, finalmente no habrá un nuevo operador de los servicios ferroviarios de cercanías en Catalunya, sino que quedarán en manos de una filial del grupo Renfe con participación de la Generalitat.
Además, la administración catalana se compromete a cumplir una serie de cláusulas, como que firmará largos contratos tanto con la operadora pública como con Adif, de forma que ninguna de las dos empresas puedan ser relevadas en el medio plazo, aunque en 2032 se liberaliza el servicio en todas las autonomías.
Estos cambios en el plan inicial responden a un complejo acuerdo al que se llegó este domingo con los sindicatos ferroviarios, que habían convocado una huelga de hasta cinco jornadas en toda España por esta cuestión. El compromiso que acabó apagando el conflicto quedó plasmado en un documento de tres páginas en el que se ponen condiciones tanto para el cambio de operador, que se aborta, como para que la continuidad de Adif tras el traspaso de la titularidad de los tramos de líneas a la Generalitat y, también, para garantizar las cargas de trabajo en Renfe Mercancías.
El acuerdo se avaló, además de por los sindicatos mayoritarios, por parte del Ministerio de Transportes y también de la Generalitat. Pero las conversaciones contaron con el visto bueno de ERC, que aseguran en todo momento que se trata de un compromiso “transitorio” para no poner en colisión los derechos laborales de los trabajadores y el buen funcionamiento del servicio.
Los republicanos hablan de dos años de transición, aunque nada en el documento firmado garantiza que la situación vaya a cambiar en el futuro.
El operador seguirá siendo Renfe
Una de las cuestiones más llamativas del acuerdo sobre el traspaso de Rodalies hecho público en noviembre era la salida de Renfe como operadora del circuito catalán. La empresa concesionaria del servicio ferroviario del conjunto de las cercanías catalanas, quedó escrito entonces, sería una sociedad de nueva creación: “La empresa mercantil Rodalies Catalunya, con participación mayoritaria de la Generalitat de Catalunya, segregada de Renfe Viajeros”.
Se trataba de una decisión que ponía fin a 84 años de control total de la compañía estatal sobre el segundo servicio de transporte más usado de Catalunya tras el metro de Barcelona. Pero esto, después de la decisión de este domingo, ya no será así.
El acuerdo supone que, si bien se creará efectivamente una nueva empresa, esta no será una sociedad nueva, sino una filial del Grupo Renfe. Este grupo, de capital estatal está dividido ahora en cinco sociedades mercantiles, por lo que Rodalies de Catalunya será la sexta.
La Generalitat firmará además la correspondiente “relación contractual” para que esta filial gestione Rodalies. Un contrato que aún no se ha negociado, pero que fácilmente podría alargarse seis años, hasta la fecha marcada para la liberalización definitiva.
“El operador que gestiona Rodalies es Renfe y debe seguir siendo Renfe. Fuera cual fuera el porcentaje [dentro de la nueva empresa], eso debía ser así”, ha asegurado la consellera Sílvia Paneque, confirmando que la Generalitat no tiene interés en un cambio de operadora que, sin embargo, ERC daba por hecho tras la investidura de Pedro Sánchez. De hecho, aunque los republicanos han avalado el acuerdo con los trabajadores, aseguran que la situación de filial debe ser solo temporal.
La Generalitat tendrá más control económico
Que no haya un cambio de operador no significa que la Generalitat no vaya a tener más peso en la toma de decisiones. Una de las situaciones anormales que ocurrían hasta este año era que, pese a que el Govern catalán es el titular del servicio de Rodalies desde 2009, realmente el Ministerio retenía los fondos necesarios para realizar los pagos a las empresas prestatarias, Renfe y Adif.
Según han denunciado diferentes expertos a lo largo de años, el hecho de que el Gobierno central abonara directamente los pagos hacía que la Generalitat no tuviera, en la práctica, ni autoridad ni capacidad de presión ante los grupos empresariales, que respondían siempre ante el ministro o ministra del ramo.
Tras el acuerdo con ERC y desde el año 2024, el Gobierno sí ha transferido a la Generalitat la cuantía necesaria para pagar directamente a sus proveedores ferroviarios (un concepto al que llaman “déficit de explotación”). Eso hace que, a la hora de tomar decisiones sobre Catalunya, Renfe y Adif ya no miren solo hacia Nuevos Ministerios, sino también al departamento situado frente a la estación de Sants.
Además, aunque la nueva empresa operadora tenga mayoría de capital estatal y sea una filial de Renfe, la Generalitat accederá por primera vez tanto a la gobernanza de Rodalies, pues podrá nombrar al presidente de la compañía y tendrá mayoría en el consejo de administración. No se descarta que, como concesión hacia ERC, los estatutos de la nueva empresa Rodalies acaben dando aún más peso en el organigrama de la gestión para la parte catalana.
Los trabajadores desean mantener la movilidad
La mayoría de los trabajadores de Rodalies son de fuera de Catalunya. Los sindicatos hablan de hasta un 80% de personal en esa situación. Llegan jóvenes al “8 catalán” (llamado así por la figura que parece dibujar la red de cercanías), están una temporada, pero desean volver más cerca de sus casas cuando acumulan antigüedad. Eso genera ciertos problemas de personal, ya que Rodalies es incapaz de consolidar una plantilla propia y experimentada en este terreno. Pero también fomenta un deseo en la plantilla de mantener el derecho laboral que confiere seguir formando parte de Renfe.
La cuestión tiene tanta importancia para los trabajadores que es lo primero que figura en el acuerdo que desconvoca la huelga. “La nueva sociedad mercantil […] formará parte del Grupo Renfe con respeto y garantía de los derechos laborales, incluida la aplicación del convenio colectivo del Grupo, el Acuerdo de Garantías por la implantación del nuevo modelo societario de Renfe-Operadora del 18 de diciembre de 2013, y demás acuerdos laborales vigentes”, incluyen, después de rechazar la opción que proponía la Generalitat de asegurar la movilidad mediante un convenio.
“Seamos claros, no podía hacerse un traspaso así de espaldas a los trabajadores”, afirma una fuente del sector. Según indican estas voces, la Generalitat debería aprovechar la circunstancia para formar sus propios maquinistas y prepararse para un traspaso completo en el futuro.
Adif seguirá gestionando las líneas
Lo que ocurre con Renfe respecto al servicio y el movimiento de trenes es un espejo de lo que pasa con Adif y la gestión de la infraestructura. El acuerdo político inicial preveía el traspaso de la titularidad de diferentes líneas –en realidad son tramos– del Ministerio a la Generalitat.
Este proceso, técnicamente complicado porque implica sacar cada vía de la red de interés estatal, seguirá adelante. Lo que ya no podrá pasar es que la Generalitat pruebe de gestionar la red con su propia empresa, Ifecat, algo que garantizaría que las decisiones sobre la inversión las tomase una compañía sobre la que manda el Govern y no, de nuevo, el Ministerio.
Según el acuerdo, la “Adif catalana” puede ir olvidándose de gestionar la infraestructura de Rodalies. “Cuando se produzca el traspaso de la titularidad […] de la línea R1, la interoperabilidad de dicha línea estará garantizada dándole continuidad a la situación actual a través de una encomienda de gestión, o a través del instrumento equivalente en la legislación catalana, entre la Generalitat y el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) por el plazo que legalmente se establezca”, deja asentado el documento pactado.
¿Qué opinan los usuarios?
El servicio de Rodalies se ha convertido durante las últimas dos décadas en una fuente inagotable de descontento ciudadano. Lo fue en los años previos al procés, en aquel momento capitalizado desde los partidos, y lo fue también durante la ola independentista como un agravio utilizado de ejemplo por los partidarios de la secesión.
Ahora, con el procés ya calmado, los problemas ferroviarios continúan pero son organizaciones ciudadanas de base quienes están moviéndose para protestar por unos trenes que siguen dando problemas. El próximo sábado 22 han convocado su primera manifestación presencial, descentralizada en siete localidades catalanas. Entre estas plataformas no hay unanimidad sobre el traspaso: algunas lo aplauden y otras son neutrales, aunque ninguna se opone.
Desde la plataforma por la Promoción del Transporte Público (PTP), otro de los convocantes de la manifestación del próximo sábado, subrayan que el traspaso podría tener beneficios. “Es bueno que se gestione desde la proximidad de una administración que es quien recibe las quejas y las portadas del diario si el sistema no funciona, y también es crucial que entre administración y operadora exista la máxima confianza”, explica Adrià Rodríguez, presidente de la PTP.
Rodríguez considera que se deben “compatibilizar los derechos de los trabajadores con evitar una falta de trabajadores en Rodalies Catalunya”, porque lo que ocurre ahora, recuerda, es que se forma aquí a personal que después se acaba yendo.
“Esperamos que tanto la administración como la operadora sean ambiciosos en planes de futuro, lo que significa inversión continuada en nuevos trenes y personal”, remata Rodríguez, que asegura que, en todo caso, “los obstáculos con hacer o no hacer el traspaso en ningún caso justifican los desbarajustes que arrastramos y vemos cada día” en Rodalies.
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