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TOMA DE TIERRA

Gran Canaria está atascada

10 de marzo de 2025 19:11 h

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Quizá no hayan reparado en que hay dos Canarias o más en un mismo día. Que entre semana se sirve en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria un cóctel que se llama Roque Nublo con vistas al mar para turistas a la misma hora que los grancanarios tienen vistas a atasco. Pero tienen para elegir también sabor: dirección sur o dirección norte; dirección Teatro - Puerto, Santa Rita - Alcampo, Arinaga - El Goro, el que gusten. Día tras día, sufrido como una indefensión aprendida por los que sirven el cóctel, como quien supura aún de una herida centenaria.

Hay taxistas en Gran Canaria que viven en un embotellamiento permanente, sabedores como son de los cotilleos de cada esquina del asfalto, que en esta isla no cabe ni un solo coche más y que quien tiene que gestionarlo cada día quizá viva al mismo tiempo en otra isla, otra ciudad. Son ellos, los taxistas, los que han visto atascos tan imposibles que “no había durante veinte minutos por donde hacerle hueco a una ambulancia que llevaba a un paciente urgente al hospital”.

Hay personas en esta isla que han adelantado media hora su jornada laboral aunque les suponga madrugar mucho para no coger la caravana que ya es un animal mitológico cotidiano que no solo nos visita en Navidades. Los trabajadores no saben si es que ha pasado algo (un accidente, un motivo lógico de retención de tráfico), o sencillamente lo que pasa es que el atasco es la norma.

Surgen entonces grandilocuentes discursos políticos sobre el uso del transporte público y esto siempre es positivo en todos los sentidos, pero debe ser también consecuente. Las personas de cualquier edad no pueden ir de pie en la Gran Canaria 1 a ninguna de las horas del día, lo mismo da que sean o no puntas. Las personas que se suben en la parada del Hospital Insular tras darse un tratamiento de quimioterapia o vienen de acompañar a un ser querido, no pueden ir de pie en la guagua, ni las personas mayores que salen de la universidad que también usan esa parada. Si usted, dueño de la empresa, tiene que pedir vehículos a Alemania a pesar de la incertidumbre de la permanencia de la subvenciones al transporte, usted las pide. Que no sería ni la primera vez ni la última que se le pide algo a Alemania, con los cócteles tan ricos que les hemos servido.

Luego que el pueblo canario se ha vuelto agresivo con el turismo, o con su 'Nómadas Go Home' (con toda la contradicción que encierra esa expresión, que es de hartazgo), que la prensa internacional nos desaconseja como destino (miedo), que vivimos del turismo. Vivir del turismo así está siendo morir de amor y no hay nada más agresivo que un atasco diario de treinta minutos de ida y vuelta.

Quizá no hayan reparado en que hay dos Canarias o más en un mismo día. Que entre semana se sirve en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria un cóctel que se llama Roque Nublo con vistas al mar para turistas a la misma hora que los grancanarios tienen vistas a atasco. Pero tienen para elegir también sabor: dirección sur o dirección norte; dirección Teatro - Puerto, Santa Rita - Alcampo, Arinaga - El Goro, el que gusten. Día tras día, sufrido como una indefensión aprendida por los que sirven el cóctel, como quien supura aún de una herida centenaria.

Hay taxistas en Gran Canaria que viven en un embotellamiento permanente, sabedores como son de los cotilleos de cada esquina del asfalto, que en esta isla no cabe ni un solo coche más y que quien tiene que gestionarlo cada día quizá viva al mismo tiempo en otra isla, otra ciudad. Son ellos, los taxistas, los que han visto atascos tan imposibles que “no había durante veinte minutos por donde hacerle hueco a una ambulancia que llevaba a un paciente urgente al hospital”.