La irrupción de Donald Trump ha hecho saltar por los aires el tablero de la política internacional y amenaza con convertirse en un auténtico terremoto global con sus respectivas réplicas a pequeña escala. Después de enunciar su fantasía de una Gaza turística sin gazatíes, el presidente de Estados Unidos entabló contactos directos con la Rusia de Putin para repartirse Ucrania sin los ucranianos y sin los europeos. Aunque en los últimos días se ha anunciado un principio de acuerdo con Volodímir Zelenski sobre las denominadas tierras raras, el movimiento ha puesto en guardia a Europa y en España lleva a una reflexión global sobre la política de defensa.
Desde el principio de la invasión rusa, el envío de armas defensivas al ejército de Zelenski y la intención de incrementar el gasto militar ha supuesto un foco de conflicto permanente entre el PSOE y sus socios de coalición o aliados parlamentarios. Unidas Podemos antes y Sumar ahora, pero también ERC o EH Bildu han rechazado de manera sistemática las modificaciones presupuestarias para suministrar armas o vehículos de guerra a Ucrania. Algo que no ha ocurrido esta vez.
Esta misma semana, el presidente del Gobierno acudió a Kiev a una cumbre informal de líderes europeos que decidieron arropar a Zelenski en plena ofensiva de Donald Trump. Y en ese foro Pedro Sánchez anunció el envío de otros 1.000 millones de euros de ayuda militar española. Una medida que apenas ha levantado revuelo entre los principales socios parlamentarios del Ejecutivo.
La discusión se centra ahora en la hoja de ruta de la OTAN, que apremia a los países miembros a alcanzar un 2% del Producto Interior Bruto en defensa. Hace solo un mes, Pedro Sánchez refrendó este compromiso ante el secretario general de la alianza atlántica, Mark Rutte, en una reunión en la Moncloa.
“Pedro Sánchez ha trasladado a Mark Rutte que España es un aliado serio, responsable y comprometido dentro de la OTAN, solidario en sus contribuciones a las misiones y operaciones de la Alianza. En este sentido, el presidente del Gobierno ha subrayado el firme compromiso de nuestro país de alcanzar el 2% de inversión en defensa para 2029. El jefe del Ejecutivo ha resaltado que España ha incrementado el gasto en defensa en un 70% en la última década, siendo el tercer país aliado que más lo ha incrementado”, reza la nota oficial del Gobierno sobre aquella reunión.
Sobre ese punto sí existe una discusión abiertamente en el seno de la mayoría de investidura, con las fuerzas progresistas situadas en contra del aumento del gasto. Una grieta en la que esta semana quiso incidir el PP. Durante la sesión de control, el portavoz de los populares, Borja Sémper, le pidió a Margarita Robles que “mire a sus compañeros de bancada de Gobierno” y “a sus apoyos parlamentarios” y se asegure de que todos comparten la misma visión sobre la OTAN y sobre la defensa internacional y el papel de España en Europa, en referencia a la oposición de sus socios o a las críticas de Podemos a esta decisión. Además, el Grupo Parlamentario Popular en el Congreso ha registrado la comparecencia urgente de Sánchez en Pleno para “que dé cuenta de los compromisos de inversión en Defensa que está dispuesto a asumir el Gobierno en la UE”.
La posición de Sumar
Sumar no está de acuerdo con la subida del gasto militar. Al menos así lo defendió la vicepresidenta segunda de Gobierno, Yolanda Díaz, esta semana en los micrófonos de la Cadena Ser. “El planteamiento de incremento de presupuestos no va a hacer más que alentar a la extrema derecha”, dijo. La preocupación de Sumar tiene además que ver con que en estos momentos España no tiene la capacidad de aumentar el presupuesto sin subcontratar a Estados Unidos.
“Si nosotros duplicamos ahora la consignación presupuestaria no podríamos ejecutarla salvo que aumentamos la compra directa de armamento a Estados Unidos”, insistió la vicepresidenta, que recordó que este año solo se ha ejecutado el 0,9% del presupuesto en defensa. “La construcción de armamento son muchos años”, dijo.
Se trata de una posición muy diferente a la expresada por el PSOE. En Sumar defienden que Europa tiene que desarrollar una política autónoma de defensa, pero eso no tiene que pasar por un aumento del gasto, toda vez que, según estiman, el presupuesto agregado de los países de la Unión Europea ya es superior al que invierten Rusia o China. “No se trata de que cada país vaya por su cuenta sino de que haya mayor interoperabilidad y coordinación”, expresan.
Sumar también recela del mecanismo que establece la OTAN para calcular el presupuesto de Defensa de cada país en función del PIB, un modelo que a su juicio “no tiene sentido”. No se trata de hablar de un ejército europeo sino de una defensa europea que englobe una estrategia común sobre temas diversos como el cambio climático, la creación de empresas estratégicas o el control de los datos. “No es gastar en bombas”, precisan.
“Creo que debemos tener una política de defensa propia en Europa, es urgente, no subordinada a EEUU”, añadió en la entrevista Yolanda Díaz. “Este es el gran asunto pendiente. Efectivamente, estamos en un proceso de recesión geopolítica, con guerras, policrisis… El escenario internacional es grave, pero no va de incrementar el presupuesto de defensa, sino de reordenar los efectivos que tenemos”, concretó.
Más duro se muestra Podemos, que llega a pedir al presidente del Gobierno que España abandone la OTAN. El partido organizó este viernes la IV Conferencia de Paz con la participación de varias organizaciones de la izquierda europea e internacional, como el Bloco de Esquerda, el Partido dos Trabalhadores, Sinistra Italiana, La France Insoumise o el Partido de la Izquierda de Suecia, entre otros.
En ese marco, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, reclamó salir de la alianza atlántica, retirar las bases estadounidenses en territorio español y replantear el control sobre el arsenal nuclear en territorio europeo. “¿Para qué le sirve la OTAN a Europa? Para nada. Solo sirve para defender los intereses de Estados Unidos. Hoy todos se dan cuenta de que si Europa sufriera un ataque EEUU haría lo mismo que con Ucrania, dejarnos tirados”, reflexionó.
Belarra también manifestó su frontal oposición al envío de armas al conflicto o elevar el gasto. “Podemos jamás va a apoyar el envío de tropas militares a Ucrania y exigimos a Sánchez que pase por el congreso las decisiones que implican la soberanía popular de este país. Ni una sola persona que votó a Sánchez el 23J estaba votando duplicar el gasto militar y enviar tropas a Ucrania”, dijo, para recordar que al inicio de la guerra en Ucrania, cuando ella todavía era ministra, llamó al PSOE “partido de la guerra”.
Desde la Moncloa evitan el roce doméstico con los aliados parlamentarios y se vuelcan en la agenda internacional que impulsa Europa para hacer frente a las consecuencias del nuevo orden mundial que pretende imponer la administración Trump. En esa agenda se implicará de nuevo el presidente en las próximas semanas con citas al más alto nivel y con una estrecha colaboración con aliados como Francia, Alemania, Reino Unido o Canadá. Y con la intención intacta de transitar el sendero marcado por esos aliados hasta alcanzar, en 2029%, el comprometido 2% del PIB en gasto militar.