El pasado lunes, La isla de las tentaciones 8 estrenó sus hogueras finales con el reencuentro de Eros y Bayán y el de Alba y Álvaro, que acabaron con dos rupturas y un “final feliz”.
La entrega acabó con José Carlos Montoya sentado frente a Sandra Barneda, nervioso por su cita con Anita. Segundos después llegaba ella corriendo y, lejos de mostrar arrepentimiento por su infidelidad con Manuel, se tiraba al suelo delante de su novio para imitar su huida desesperada hasta su villa (sin ella saber que se haría viral internacionalmente).
Ahí acabó el programa pasado, y este miércoles arrancó en ese mismo instante. Se recriminaron a gritos lo que habían hecho mutuamente, que si uno había empezado antes que el otro, que si uno había tenido conexión y la otra era con venganza, que si estaban orgullosos, clonados, brillantes... hasta que Sandra Barneda les dio la bienvenida y respiraron profundamente los tres.
Preguntada por su entrada repentina: “He entrado igual que él cuando llegó a mi villa para condicionarme la experiencia”. Y Montoya respondió: “Por un momento me lo he creído, pero es que esta no es mi Anita”.
La hoguera imposible entre Anita y Montoya
Lo que quedó claro es que los dos tenían versiones muy distintas de lo que habían vivido: “Caí en la tentación con Manuel porque desde el primer momento que entré vi actitudes de Montoya que no le reconocía, tanto desde los collares, como en las citas que ni me miró”, explicó ella. A lo que él respondía: “En la relación había carencias porque siempre estaba dando yo, apoyándola y dejaba de pensar en mí. Para mí la relación había sido perfecta, hasta que entramos aquí”.
Las primeras imágenes que vieron fueron las de Anita con Manuel y, por primera vez, Montoya le pidió que le hablara sinceramente: “Mírame a los ojos de verdad, ¿merecía esto de verdad? ¿Qué he hecho yo?”, pero ella seguía sin escucharle. “¿Y yo merecía esto?”, repetía ella.
Cuando llegaron las imágenes de Montoya con Gabriela, él explicó sus sentimientos por ella: “Me ha ayudado, me ha respetado, ha estado la mitad de la experiencia escuchándome hablar de ella. Me ha ayudado a encontrar el amor en mí mismo y a pensar en mí”. Anita le aplaudió: “Estoy orgullosa de que encuentres el amor en ti mismo”.
En ese instante, Anita vio por primera vez las reacciones de Montoya desesperado al ver su infidelidad: “Por fin veo algo”, se limitó a decir. Y Barneda no daba crédito: “¿De verdad cuando ves las imágenes de Montoya roto desde la primera hoguera no has sentido nada?”.
Y él se desesperó: “¡Que abras tu corazón de una puta vez, que me has destrozado, ¿qué querías? Eras el amor de mi vida y me has partido. Venía por ti y no tenía ganas ni de comer, te pensaba siempre, eras la única”, rogaba llorando. Y Anita le abrazó, pero cuando parecía que iban a bajar laintensidadd volvieron a gritarse.
Al ver que era imposible un entendimiento, Barneda les pidió que se hablaran desde el corazón, a decirse lo que sentían por el otro. Él empezó: “Has sido mi primer amor, la primera persona que me ha hecho sentir, abrirme a alguien, confiar 100%. Tú lo sabes todo lo que he pasado. Yo quería un futuro contigo”, confesó entre lágrimas. A lo que ella le respondió que también había “estado muy mal, te lo juro. No te he reconocido en ningún momento”.
La decisión final de Montoya, de Anita y la “patada” de Manuel
Llegados a tal punto, la presentadora les hizo la gran pregunta sobre cómo querían salir. Montoya fue el primero en responder: “Desde que puse un pie aquí me llevé el mayor chasco de mi vida, ver a mi pareja a la primera de cambio meterle en la cama, buscar respuesta y no encontrar nada, me ha roto. Montoya se va solo”. Así, el joven rompía su relación y Anita también respondía a la pregunta: “Decir con un nuevo amor también sería engañarme, pero sí que le quiero seguir conociendo fuera, a Manuel”.
Montoya se marchaba indignado: “Te vas con Manuel, una vez más quedas retratada”. Volvieron a gritarse y él se marchó. Segundos después entraba el tentador que le daba un beso en la boca a Anita.
La joven le explicaba que había decidido marcharse con él: “Quiero seguir conociéndote fuera, todo lo que he hecho lo he sentido. Me has cambiado la forma de ver las cosas, me has hecho reír, me has recordado la mujer que soy”. La cara de Manuel fue un poema de resignación y explicó lo siguiente: “Voy a abandonar la isla solo, pero quiero decirle a Anita que fuera lo voy a intentar. Tienes que sanar muchas cosas, yo también tengo que aclararme bien la cabeza, sin ilusionar, ni jugar con el corazón de nadie”.
A ella no le quedó más remedio que aceptar la decisión de Manuel: “Me ha pagado la patada antes de tiempo. Me quiero ir a mi casa ya”, comentó.
La decisión de Tadeo y Sthefany “pese a todo”
Tadeo fue el primero en llegar a su hoguera. Minutos después llegaba Sthefany, tranquilizando a gritos a su novio. “No viniste a demostrarme que me amabas, querías que siguiera llorando por ti como siempre y has sentido lo que me has hecho tantos años”, repetía la joven, y él se justificaba con que sentía conexión pero lo de ella ea venganza.
Las primeras imágenes que vieron fueron de Tadeo con Mayeli. Él se explicaba asegurando que ella también había hecho lo mismo. Algo que enloquecía a la novia: “Cómo siga así me voy”, repetía a Barneda. Al verles acostándose, Tadeo sonreía y Sthefany se indignaba: “¿Qué te gusta a ti de ella?”, exclamaba, tiraba el asiento y se marchaba.
Después vieron cuando ella cayó en la tentación con Simone. Tadeo le pidió sus explicaciones: “Más falsa, ahora te callas ¿no? Solo sabes insultar y no tienes palabras de argumento. No hay diferencias con lo mío”, aseguró el novio. “Me dejé llevar con Simone porque sabía que le iba a hacer daño a Tadeo. Es el único que le ha molestado porque parece que ni sienta ni padezca”.
La presentadora les pedía que se dejaran de insultar y se dieran respuestas: “Me duele verla así porque no me gusta hacerle daño. Ella sabe todo lo que significa para mí a pesar de mis errores, le he fallado muchas veces y sigue siendo imprescindible en mi vida. Siento haberte hecho daño pero también he visto muchas cosas feas por tu parte y me he decepcionado. Me he dejado llevar pero a día de hoy te quiero”, confesó él entre lágrimas.
Al ver los malos ratos de Tadeo, se dieron la mano y él se dirigió a ella: “No todo es malo, yo también he sufrido por ti. A pesar de todo, sigo pensando que eres el amor de mi vida”. Sthefany se quedó sin palabras: “Esas imágenes no las había visto. Para mí es el amor de mi vida, he luchado mucho por esta relación. Entré con la ilusión de salir de la mano juntos”.
Se giró y se lo dijo a los ojos: “Eres todo para mí, nunca me voy a enamorar de nadie como de ti. Pensé que ya no me querías, que te ibas a ir con ella. Yo te amo mucho y lo sabes”. Se abrazaron entre lágrimas y se pidieron perdón.
En ese instante, Barneda les hizo la pregunta de cómo querían abandonar la experiencia. Tadeo respondió: “Me quiero ir con el amor de mi vida, que es Sthefany”. Se miraron y le llegó el turno de contestar a ella: “He visto muchísimas cosas que me han dolido. Lo he pasado bastante mal, no ha habido un día que no le haya echado de menos. A pesar de todo, creo que me quiero ir con él”. Los dos se besaron, tras los gritos y reproches, y se abrazaron.
“Pese a todo habéis decidido iros juntos”, señalaba la presentadora. “¿Estáis preparados para perdonar?”, quiso saber y ellos aseguraron que harían todo lo posible para superarlo. Se marcharon juntos de la mano, hacia esa nueva oportunidad.