El PP aprueba en solitario la ley que le permitirá reforzar el control político de la TVG e imponer a su director

El PP gallego culminó en solitario la aprobación de la Ley de Medios, una norma que reforma el texto de 2011 y que permitirá elegir por mayoría absoluta y no cualificada al director xeral de la Compañía de Radio e Televisión de Galicia (CRTVG). BNG y PSOE, que habían presentado casi 70 enmiendas al proceso —incluidas dos de totalidad— han votado en contra mientras que el único diputado de Democracia Ourensana se abstuvo. Mientras se desarrollaba el debate final, representantes de los 40 colectivos que forman parte de la plataforma Por unha CRTVG ao servizo do pobo se concentraron a las puertas del Parlamento, en una jornada de huelga en la radio y la televisión autonómica, que impidió la emisión de varios espacios y llegó a colarse en un directo.
La exconselleira Carmen Pomar fue la encargada de defender un texto con el que los populares afirman garantizar “el futuro de los medios públicos”, mientras la oposición los acusa de “hacer retroceder a este país 20 años”, en palabras de Olalla Rodil. La nacionalista mostró un mando a distancia para ejemplificar que eso es lo que buscaba el PP: hacerse con un mando “con sólo tres botones”, los necesarios para “silenciar, imponer el pensamiento único y blindar su fábrica de mentiras”.
Para la portavoz del PSOE, Silvia Longueira, esta ley “gatopardiana” legitima “el cambalache democrático más flagrante”. Asegura que el texto supone una “involución de derechos”, tanto para los trabajadores de la corporación como para los espectadores, que se quedan “desprotegidos” por una norma que “contraviene” el reglamento europeo.
Por su parte, el diputado de Democracia Ourensana, Armando Ojea, se abstuvo, “confiando con dudas” en que los mecanismos de control parlamentario garanticen la independencia de la TVG, a la que acusó de promover “tópicos” sobre los habitantes de Galicia con una programación “gerontológica” que le recuerda “las películas de Pajares y Esteso”.
La norma aprobada este martes permite a la Xunta nombrar al director xeral con mayoría absoluta si no alcanza una mayoría cualificada en los dos primeros intentos. Pero, además, elimina los órganos de control profesional previstos por la norma anterior —el Estatuto Profesional y el Consello de Redacción— que nunca llegaron a existir. En su lugar, crea un Consello Asesor externo, formado por 15 miembros, un órgano en el que el PP puede asegurarse elegir —o, al menos, influir— en la totalidad de sus integrantes. Además, la ley abre por primera vez la posibilidad de utilizar “adicionalmente” lenguas que no sean el gallego si está justificado por “la finalidad de dar a conocer la identidad cultural de Galicia fuera del territorio de la comunidad autónoma”.

PP, en el espejo de RTVE
Mientras sus predecesoras en la tribuna, Longueira y Rodil, saludaban a los trabajadores en huelga o a quienes se concentraban ante el Parlamento, Pomar inició su intervención con un saludo “a todos trabajadores de la CRTVG y el audiovisual” antes de defender un texto “necesario, debatido y útil” que “garantiza la promoción del impulso del gallego y el conocimiento de la identidad de Galicia”.
Sin embargo, más que defender la nueva norma, la diputada popular trató de deslegitimar las críticas de socialistas y nacionalistas poniendo como ejemplo lo sucedido en RTVE, donde la ley se reformó en 48 horas “trágicas”, ya que el debate en el Congreso coincidió con la DANA de Valencia. “Allí ya sabemos quién tiene el mando” aseguró al referirse al “administrador único encubierto a golpe de decretazo.
Pomar recordó que el nombramiento del director general tiene dos intentos por mayoría cualificada —de dos tercios y tres quintos, respectivamente— antes de optar, tras un plazo de dos meses y “sólo como último recurso para evitar interinidades y bloqueos”, por la mayoría absoluta que ahora consagra la nueva ley y que es de la que goza el PP en la cámara. “Dos meses frente a 48 horas”, esgrimió, antes de que la oposición le recordase que tuvieron “14 años” para pactar el relevo de Sánchez Izquierdo, el tiempo que hace que se aprobó la anterior ley.
Aseguró que la CRTVG se “despolitizó” entonces con el nombramiento de un director “independiente” —que en realidad llevaba en el cargo desde 2009, cuando lo designó un recién llegado Núñez Feijóo— que, según señaló, contó con el respaldo del grupo socialista. Los hechos demuestran que no fue así: las negociaciones entre PP y PSOE se rompieron y Feijóo impuso a su candidato, el mismo que todavía permanece en el cargo.
Pese a esos precedentes, la representante popular trasladó a Santiago el discurso de la calle Génova para acusar a la oposición de “no tener credibilidad para hablar de nombramientos” ya que son “los mismos que se dedican a colonizar instituciones con amigos o contratan en empresas públicas a quienes no pisan ni un día el lugar de trabajo”.
Y no se olvidó del bipartito, el gobierno PSOE-BNG entre 2005 y 2009. “¿Cómo poden decir sin sonrojarse que la CRTVG está secuestrada o que es un gabinete de prensa del PP? Quienes se repartieron los cargos en el bipartito no tienen credibilidad”.
BNG: Un mando con sólo tres botones
La nacionalista Olalla Rodil buscó la metáfora visual del debate. Mostró un mando a distancia para ejemplificar que el PP “sólo busca hacerse con el mando de la televisión”; un mando en el que únicamente existirían tres botones: “el de ocultar y silenciar el pluralismo y la diversidad; el de imponer el pensamiento único del PP y el de blindar la fábrica de mentiras en la que han convertido la radio y la televisión públicas”. Un mando que el BNG quiere “devolver a los gallegos y a las gallegas”.
Antes, había saludado a los representantes de la plataforma que se concentraban al otro lado de la calle, todos ellos representantes de entidades “silenciadas” en los medios públicos, ya que no tienen cabida en esa idea de “Galicia pequeña y folklorizante” que. muestra la TVG.
A Rodil le pareció “simbólico” que el debate coincidiese en 11 de marzo y recordó como el PP, entonces al mando de RTVE, la convirtió e una auténtica “fábrica de fango y mentiras” que llevó hasta “límites insospechados, indecentes e insoportables”. Consecuencia de esas políticas, dice, es el estudio que demuestra que, para más de la mitad de los gallegos, la televisión pública “no refleja la pluralidad de la sociedad”. Hoy, para la nacionalista, es un medio para atacar “a calzón quitado” a cualquiera que lleve la contraria a la Xunta.
“Con esta ley no hacen a la CRTVG ni más independiente ni menos gubernamental”, afirmó. Tampoco buscan mejorar los derechos de los trabajadores, la programación ni adaptarla a los nuevos tiempos. Para ella, “sólo pretenden designar a dedo a la nueva dirección, fulminar derechos profesionales de los periodistas y, sobre todo, atacar la línea de flotación que dio origen a la CRTVG”.
Esa línea de flotación estaría basada en el “derecho fundamental” del acceso a una información plural en gallego, pero también en garantizar el proceso de normalización linguística. Por eso, le pareció especialmente grave el momento elegido para la reforma: “cuando más daño pueden hacer a este país, con un nivel de uso de la lengua en mínimos históricos”.
Para Rodil, la motivación de la ley es la necesidad de sustituir al director xeral, Alfonso Sánchez Izquierdo. “Querían poner al frente a alguien nuevo y toparon con el engaño que hicieron ustedes mismos hace 14 años”. Recordó el cambio “por la puerta de atrás” usando la Ley de Acopañamiento de los presupuestos de 2015 para mantener a Izquierdo “de manera indefinida”. “Y, ahora, que se quiere jubilar, o que alguien quiere jubilarlo, en vez de cumplir la ley, deciden cambiarla”.
Rodil cerró su intervención afirmando la intención del BNG de “devolver el mando de la tele a los gallegos y las gallegas” ya que el PP sólo cree en los medios públios “para convertirlos en su leira particular y su terminal de propaganda”. “Van a hacer retroceder con su dedo a este país veinte años. Con nosotros, no cuenten”, finalizó.
PSOE: Legitimar lo que ya existe
La socialista Silvia Longueira empezó saludando a los periodistas y trabajadores de la CRTVG, concentrados ante el Parlamento. “Para ellos va todo nuestro apoyo, para quienes protagonizan la huelga más amplia que conoce este país. Casi siete años manifestándose todos los viernes”. 355 venres negros que, dice, tienen una doble causa: “su trabajo y la vergüenza” por un producto que llega a convertirse en “parodia”.
Longueira consideró “gatopardiana” una ley que servirá al PP para “legitimar lo que ya hace” que es “lo que más le convenga”. “Incluso la vergüenza más evidente necesita una excusa para ser legitimada”, insistió antes de considerarla el “caso de cambalache democrático más flagrante de nuestro país”, el mejor ejemplo “de la herencia de Núñez Feijóo”.
Una normativa que se hace “de espaldas” al Colexio de Xornalistas y la Mesa del Audiovisual, “sin el blindaje de la lengua, sin el Estatuto Profesional, sin la figura del Consello de Informativos, con consello asesor unidireccional”. Una “involución en derechos” que llega “a las bravas, por mayoría absoluta”.
La diputada socialista no olvidó al director xeral, Alfonso Sánchez Izquierdo, a quien atribuyó “la interinidad posiblemente más larga de la historia de la televisión”, tras llevar 15 años en un cargo que asumió “de forma transitoria” en 2009 y en el que fue consolidado de forma indefinida en la Ley de Acompañamiento a los presupuestos de 2016. Un período de 16 años “en caída libre”, según Longueira, donde “nunca se llegó al presupuesto de 2009”, el último del gobierno bipartito PSOE-BNG.
Los resultados de esos tres lustros de gestión son “abrumadores” y dejan como consecuencia los peores datos de audiencia de la historia tras la caída de un 22% en 2024, “la autonómica que más audiencia perdió”, debido a que los gallegos perciben a TVG como “algo residual” y “apartada de la objetividad”.
La nueva ley “contraviene” el reglamento europeo al “suprimir” procedimientos democráticos —como el Estatuto Profesional o el Consello de Redacción— que “protejen la deontología de los profesionales y también a la audiencia”. Longueira se preguntó “que dirá Europa” cuando ve que no se contemplen unas medidas que ejemplificó en un hecho que “no sucede en ningún medio privado”: “Que el consejo de administración sea quien redacta el manual de estilo. Si es que lo hacen”, concluyó.
Un velatorio ante el Parlamento
Todo esto sucedía en una nueva jornada de huelga en la CRTVG que hizo caer de la parrilla programas como el Pensando en ti (Radio Galega) y O Termómetro (TVG), magazine coproducido que provocó otro paro indefinido a finales de 2024. Además, un grupo de representantes sindicales mostraron una pancarta contra la ley durante un directo del informativo Galicia Noticias mientras coreaban “CRTVG, pública e plural”.
Desde antes del comienzo del pleno del Parlamento, trabajadores de los medios públicos convocados por el Comité Intercentros y representantes de la plataforma Por unha CRTVG ao servizo do pobo —impulsores de la iniciativa legislativa popular Liberemos a Galega!— se concentraban ante la sede de la cámara, el Pazo do Hórreo, como hicieron ya en el debate de las enmiendas a la totalidad, para escenificar el “velatorio” de los medios públicos.
Por su parte, el Colexio de Xornalistas, integrante de la plataforma, emitía tras la aprobación de la ley un comunicado rechazando el texto porque “reduce la libertad de prensa, desvaloriza el trabajo periodístico, incumple las directrices europeas y rompe los consensos previos sobre los medios públicos en Galicia”.
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