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De nuevo, como preveíamos, los intereses especulativos priman sobre el interés general en la conservación del Patrimonio Cultural. Y, otra vez más en la zona declarada en la ciudad de Toledo como Patrimonio de la Humanidad.
Una zona alejada del centro y, por lo tanto, poco apetecible hasta que el desarrollo de la economía turística ha hecho que todo el Casco Histórico se convierta en objetivo de la especulación inmobiliaria, fruto del interés de empresas inmobiliarias y turísticas. 32 viviendas y 31 garajes se edificarán entre la Cuesta de Santa Leocadia y la Cuesta del Corchete, adecuando espacios hasta ahora inalterados durante siglos mediante un Plan Especial de Reforma Interior (PERI). Entre tanto, y hasta lo que sabemos, la Consejería de Educación, Cultura y Deporte no ha ejercido el derecho de tutela efectiva sobre el patrimonio y la Comisión de Planeamiento Municipal ha obviado las alegaciones recibidas por entidades como la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.
Probablemente, los restos arqueológicos, que sabemos que existen, darán lustre a la promoción de venta o alquiler de los inmuebles, mientras que volúmenes y patios desaparecerán y, con ello, se alterará la traza y morfología urbana. Además, el proyecto se basa en los informes que emitieron los arqueólogos Arturo Ruiz Taboada y Beatriz Martín y, apenas, se subraya la necesidad de tener en cuenta el seguimiento arqueológico de las obras que, probablemente, encontrará más elementos de valor patrimonial cuya conservación haya que evaluar puntualmente.
Las autoridades municipales mientras tanto no aplican ni actualizan el Plan Especial del Casco Histórico por evidentes intereses creados legislatura tras legislatura, mientras que, el PERI elaborado para la ocasión, repite la mandala de que con ello se “permite la reactivación de los inmuebles residenciales situados en el mismo, manteniendo la estructura urbana viva sin contravenir los principios y fundamentos de protección”, como indica el proyecto redactado.
Unas y otras administraciones juegan con los tiempos y las normas, ya que pasado mañana termina la moratoria que se estableció en 2023 para la concesión de nuevos apartamentos y viviendas de uso turístico en Toledo, y es necesaria una nueva regulación, iniciativa que solamente puede hacer una legislación autonómica, al igual que la adaptación continua a la realidad del mercado turístico que señalaba el Decreto de 29 de mayo de 2028 de la Consejería de Economía, Empresas y Empleo, por el que se establece la ordenación de los apartamentos turísticos y las viviendas de uso turístico en Castilla-La Mancha.
Sabemos que en otros lugares de la ciudad se siguen realizando obras de rehabilitación o edificación de inmuebles que, aunque aparentemente son de uso residencial, pueden dedicarse a uso turístico bajo denominaciones que sortean la ambigua redacción de los decretos de alcaldía o las leyes urbanísticas. No solo viviendas, unidades de alojamiento o apartamentos turísticos, sino que también se abren o abrirán hoteles, apartahoteles, estudios, edificios, bloques, complejos o conjunto de viviendas de uso vacacional. Como también ha sido noticia habitual la existencia de cientos de apartamentos ilegales que no ha sabido o podido detectar, cerrar o sancionar el servicio de Inspección de Turismo de Castilla-La Mancha, haciendo que la normativa municipal que se quería aplicar al respecto esté muy lejos de la realidad.
Por último, repetimos lo que hemos dicho en otras entregas: la protección y conservación del Patrimonio Cultural no solo se basa en los restos arqueológicos, inmuebles de valor patrimonial o estructuras urbanas, sino también en mantener con vida a los centros históricos de nuestras ciudades. Si las propias administraciones municipal y regional se dedican a privatizar el uso de inmuebles públicos evitando crear servicios sociales necesarios para dar vida a estos espacios urbanos, fomentando el uso terciario de los mismos -especialmente el turístico-, mal vamos en esa dirección.
De nuevo, como preveíamos, los intereses especulativos priman sobre el interés general en la conservación del Patrimonio Cultural. Y, otra vez más en la zona declarada en la ciudad de Toledo como Patrimonio de la Humanidad.
Una zona alejada del centro y, por lo tanto, poco apetecible hasta que el desarrollo de la economía turística ha hecho que todo el Casco Histórico se convierta en objetivo de la especulación inmobiliaria, fruto del interés de empresas inmobiliarias y turísticas. 32 viviendas y 31 garajes se edificarán entre la Cuesta de Santa Leocadia y la Cuesta del Corchete, adecuando espacios hasta ahora inalterados durante siglos mediante un Plan Especial de Reforma Interior (PERI). Entre tanto, y hasta lo que sabemos, la Consejería de Educación, Cultura y Deporte no ha ejercido el derecho de tutela efectiva sobre el patrimonio y la Comisión de Planeamiento Municipal ha obviado las alegaciones recibidas por entidades como la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.