La Justicia imputa al millonario alemán cuyo yate mató a un joven en Mallorca
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El patrón del yate Luna, que el pasado mes de agosto arrolló a una barca que estaba pescando en Cala Bona (Mallorca) causando la muerte de un joven español de 20 años, ha sido citado a declarar como investigado en febrero. El imputado es Dennis Viehof, de 35 años, piloto aéreo e integrante de una de las familias más acaudaladas de Alemania.
En concreto, el ciudadano alemán, que se acogió a su derecho a no declarar ante la Guardia Civil tras comparecer voluntariamente en la Comandancia días después del siniestro, ha sido citado en el juzgado de Manacor que instruye la causa, según ha avanzado 'Diario de Mallorca' y ha confirmado Europa Press. Tras las primeras pesquisas, la Benemérita imputó al hombre un delito de homicidio imprudente y otro de omisión del deber de socorro. Varios testigos han declarado ya en el juzgado.
El trágico accidente
El suceso tuvo lugar a finales de agosto, cuando el joven fallecido estaba pescando con otros dos amigos cuando fueron embestidos por una lancha de mayor tamaño. La embarcación de lujo, de 20 metros de eslora, arrolló un bote en el que un joven de 20 años, junto a su tío y su primo, se encontraba pescando. Como consecuencia del impacto, el chico falleció en el acto, pero el yate, imperturbable, siguió su camino a la misma –y gran– velocidad a la que había impactado contra la lancha, según los investigadores.
El yate, al que algunas webs de venta y alquiler de embarcaciones le atribuyen un “alma atrevida e inconformista” y cuyo precio oscila entre los 2,5 y los 3 millones de euros, lo patroneaba Viehof, de 35 años, hijo del multimillonario Klaus Viehof, fundador de una cadena de cosméticos de lujo, Allkauf, que vendió en 1998 por 2.400 millones de marcos que acabaron repartidos entre sus cuatro vástagos. Décadas antes, el patriarca de la familia, Eugen Viehof –abuelo del actual investigado–, había puesto en marcha la mayorista Selgross, repartida por varios países europeos y de la que más tarde surgiría Allkauf.
Según las investigaciones, mientras Guiem pescaba calamares en Cala Bona, Dennis Viehof celebraba una fiesta por todo lo alto y decidió salir a navegar, junto a otros acompañantes, desde la Costa dels Pins hasta Portocristo, en el municipio mallorquín de Manacor, donde su padre posee una lujosa finca y una empresa, Sunset Group, dedicada a la construcción y venta de viviendas en la zona costera del levante mallorquín e integrada en Vibro Beteiligungs–GmbH & Co. KG., holding de inversión de la familia Viehof. En Portocristo fue, además, el lugar donde la Guardia Civil localizó y precintó el yate Luna.
En Cala Bona, Guiem, alumno de segundo de Matemáticas en la Universitat Politècnica de Catalunya –que señala que era “un estudiante brillante”–, se preparaba junto a sus familiares para la jornada vespertina de pesca. Colocándose a la altura del motor, soltó su cebo dentro del agua. Pasadas las 21.30 horas, y a gran velocidad, se dirigía hacia ellos el buque de Viehof, cuya lancha auxiliar, apenas minutos antes –y según diversas imágenes registradas por varios testigos–, había intentado amedrentar a los ocupantes de otra embarcación, como están ahora intentando esclarecer los investigadores. Guiem, su tío y su primo advirtieron la gran potencia a la que se les aproximaba el buque, pero cuando quisieron encender el motor para apartarse, la embarcación ya había pasado por encima por el lado de popa, donde se encontraba el joven, llevándose además por delante el propulsor del bote. Las hélices acabaron alcanzando al joven, que no pudo sobrevivir a la colisión.
Al parecer, la velocidad de Luna era tal que apenas bastó un golpe del tamaño de un palmo para causar la desgracia. La nave ni siquiera frenó y continuó su trayectoria rumbo a Portocristo, allí donde la familia Viehof tiene parte de sus posesiones y donde inmobiliarias de nombre internacional ofrecen caras mansiones para quienes “buscan un estilo de vida exclusivo” –como anuncian en su web–, mientras la compra extranjera masiva y la especulación expulsan de la isla a los residentes locales. En el punto de la colisión, un pescador que se encontraba en las proximidades y que escuchó los gritos de auxilio ayudaba a sacar del agua el cuerpo del joven y amarraba el bote a su lancha para conducirlos hasta el muelle.
De inmediato, los equipos de emergencias dieron inicio a una exhaustiva batida. “Buscamos un yate grande de color negro”, fue el mensaje que difundió la Guardia Civil. Finalmente, el buque fue hallado en Portocristo, donde, sin embargo, no había ni rastro de su patrón. Las investigaciones permitieron descubrir que al menos seis personas habían estado de fiesta en Luna. Pasaron cinco días hasta que, estrechado el cerco sobre él y citado por la Guardia Civil, Viehof se personó en las dependencias del Instituto Armado. El empresario alemán se negó a declarar y, tras ello, quedó en libertad con cargos y tomó un vuelo de regreso a Alemania.
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