Estados Unidos y Rusia han comenzado hoy a negociar, cara a cara, sobre Ucrania. Lo han hecho en Riad, la capital de Arabia Saudí, sin representantes de Ucrania ni de la Unión Europea. Las conversaciones, que han durado cuatro horas y media, “han ido bien”, según el asesor presidencial ruso Yuri Ushakov, y ambas delegaciones han acordado crear grupos de conversación para continuar negociando en profundidad las condiciones para un acuerdo.
En una comparecencia ante la prensa tras terminar la reunión, el secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, ha dicho que todas las partes tendrán que ponerse de acuerdo para que el conflicto termine y “hacer concesiones”, tras alabar el rol de Trump como “el único líder del mundo” que ha dado pie al inicio de las conversaciones y que puede poner fin al conflicto.
Aunque no ha querido dar detalles concretos, sí que ha dicho, al hilo de la posibilidad de levantar las sanciones económicas sobre Rusia, que “la Unión Europea tendrá que sentarse a la mesa llegado el momento”, pues la UE también las ha aplicado.
El asesor de Seguridad Nacional estadounidense, Michael Waltz, ha señalado por su parte que “habrá que discutir sobre territorio” así como de “garantías de seguridad”, sin mayores precisiones. También ha negado que se esté soslayando a Ucrania y la UE de las negociaciones, pese a no estar presents hoy en Riad. “Se les consulta literalmente casi a diario y así seguirá siendo”, ha defendido.
El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha rechazado, a su vez, que el acuerdo al que se llegue pueda permitir el despliegue de tropas europeas en Ucrania. “Toda aparición de fuerzas armadas de la OTAN bajo alguna bandera, la europea u otras banderas, es completamente inaceptable”, ha asegurado, abundando en la tesis rusa según la cual la expansión de la alianza atlántica es “una amenaza directa a la Federación Rusa” y su “soberanía”.
Lavrov planteó asimismo que, más allá de Ucrania y “tan pronto como sea posible”, Rusia y EEUU empezarán a tratar la forma de “crear las condiciones para una ”cooperación más amplia“ que incluya ”recuperar las consultas sobre cuestiones geopolíticas“ y ”eliminar las barreras artificiales que impiden una cooperación económica mutuamente beneficiosa“, en particular ”las barreras levantadas por el Gobierno Biden en los últimos cuatro años“.
Los dos países han acordado “tratar las fricciones de la relación bilateral con el objetivo de dar los pasos necesarios para normalizar el funcionamiento de las respectivas misiones diplomáticas”, ha dicho la portavoz del departamento de Estado estadounidense, Tammy Bruce, en un comunicado.
Paralelamente, las delegaciones han acordado designar equipos de alto nivel para las negociaciones concretas sobre Ucrania y “trabajar para hallar una vía que ponga fin al conflicto lo más pronto posible y de una forma que sea duradera, sostenible y aceptable para todas las partes”.
Ushakov ha señalado tras el encuentro que es “poco probable” que Vladímir Putin y Donald Trump se reúnan la semana que viene y que todavía es “prematuro” para hablar de fechas concretas. El presidente de EEUU, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, mantuvieron una conversación telefónica de hora y media a finales de la semana pasada, que ha allanado el camino para el encuentro de este martes como paso previo a una cumbre entre ambos jefes de Estado.
La de este martes es la primera reunión “cara a cara” entre un ministro de Exteriores ruso y un secretario de Estado de EEUU desde la que Sergei Lavrov mantuvo con el estadounidense Antony Blinken en enero de 2022, un mes antes de la invasión rusa de Ucrania. Ahora, Lavror, que sigue siendo el jefe de la diplomacia rusa, se ha reunido con Marco Rubio, el secretario de Estado de Trump.
El hecho de que Trump y Putin estén abordando la resolución de la guerra en Ucrania sin la presencia en la mesa de ningún representante ucraniano ni de la Unión Europea ha levantado muchas ampollas, tanto en Kiev como en Bruselas y las principales capitales europeas. La imagen de EEUU y Rusia negociando la seguridad en Europa sin los países europeos recuerda los tiempos posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando Washington y Moscú se repartieron las áreas de influencia del continente sin concurso de los europeos.
Uno de los elementos fundamentales de las discusiones tiene que ver con la disputa sobre si las fronteras de la OTAN deben seguir progresando hacia el este, incluida Ucrania, cosa que reclama el Gobierno de Volodímir Zelenski y a lo que se opone tajantemente Moscú.
Los líderes de los principales países europeos se reunieron ayer informalmente en París para abordar la nueva situación, un encuentro que se saldó con la evidencia de la división. Alemania, España o Polonia se muestran contrarios, de momento, a enviar tropas a Ucrania como parte de las garantías de seguridad de un eventual acuerdo.“Se está hablando a espaldas de los ucranianos sobre los resultados de unas conversaciones que no se han producido, que Ucrania no ha consentido y en las que no está invitada a la mesa”, dijo al término del encuentro el canciller alemán, Olaf Scholz.
Por su parte, el primer ministro británico, Keir Starmer, se ha pronunciado a favor de una propuesta que el presidente francés, Emmanuel Macron, ya había planteado hace meses. “Siento profundamente la responsabilidad que conlleva poner a militares británicos en peligro. Pero contribuir a garantizar la seguridad de Ucrania es contribuir a garantizar la seguridad de nuestro continente y la seguridad de este país”, explicó en un artículo publicado en The Telegraph.
El propio Macron, en un mensaje en X publicado pasada la medianoche, reiteró su interés en que Europa desarrolle una estrategia propia. “Los europeos quieren acelerar la aplicación de su propia agenda de soberanía, seguridad y competitividad. El trabajo seguirá basándose en las propuestas de la Comisión Europea, tanto en el apoyo a Ucrania como en el desarrollo e inversión en nuestra defensa”, indicó.
El líder ucranio, Volodímir Zelenski, ha rechazado un acuerdo entre EEUU y Rusia del que su país no sea partícipe y alertó ayer de que una solución que excluya la posibilidad de un futuro ingreso en la OTAN puede dar lugar al caos. “No puedes quitarlo de la mesa. No funciona así. No creo que nadie esté interesado en un Afganistán 2.0”, dijo Zelenski en declaraciones a la primera cadena de televisión pública de Alemania, ARD.
El mandatario también conversó con Macron al término de la reunión de los líderes europeos. “Compartimos una visión común: las garantías de seguridad deben ser sólidas y fiables. Cualquier otra decisión sin esas garantías –como un frágil alto el fuego– sólo serviría como otro engaño de Rusia y como preludio de una nueva guerra rusa contra Ucrania u otras naciones europeas”, publicó en X tras el diálogo.