Una doctora de la Universidad de La Rioja gana el Premio Internacional de Divulgación Feminista Victoria Kent

Raquel Irisarri Gutiérrez, doctora en Historia por la Universidad de La Rioja, ha recibido el XXXIII Premio Internacional de Divulgación Feminista ‘Victoria Kent’ por su tesis doctoral ‘La revolución de la Estrella Polar. La adaptación al ideal de feminidad en el último tercio del siglo XIX (1868-1899)’.
Dotado con 3.000 euros, el galardón lo conceden el Vicerrectorado de Igualdad, Política Social y Bienestar Universitario, el Vicerrectorado de Investigación y Divulgación Científica y el Instituto Universitario de Investigación de Género e Igualdad de la Universidad de Málaga.
La obra ganadora será publicada en la Colección Atenea–Estudios de Género, en formato papel y en versión electrónica por parte el Seminario de Estudios Interdisciplinarios de la Mujer de la Universidad de Málaga.
En su tesis doctoral, Raquel Irisarri plantea una revisión del modelo ideal burgués de mujer como a través de las transformaciones de la sociedad española en la segunda mitad del s. XIX; y que, a la postre, permitieron para garantizar la pervivencia de este arquetipo, así como el control sobre la identidad femenina.
Desarrollada en el Departamento de Ciencias Humanas –en el marco del programa 681D (Real Decreto 99/2011)–, la tesis fue dirigida por Rebeca Viguera Ruiz y Gonzalo Capellán de Miguel, actual presidente de La Rioja, con la calificación de sobresaliente ‘cum laude’ con mención internacional, y defendida el 8 de marzo de 2024 en la Universidad de La Rioja.
La investigación doctoral de Raquel Irisarri parte de la premisa de que dentro de las sociedades existen modelos ideales de género construidos a partir de las expectativas de lo que se considera «qué es ser un hombre» o «qué es ser una mujer». Sin embargo, “estos modelos no son inmutables, sino que evolucionan a la par de la sociedad”, por lo que su tesis doctoral estudia la reformulación del modelo ideal de mujer de la sociedad española decimonónica -el llamado «ángel del hogar»- en la segunda mitad del siglo XIX, garantizando así su pervivencia y control sobre la identidad femenina.
En este periodo, la sociedad española vivió un proceso de transformación y modernización “que también afectó a la mujer y revitalizó la cuestión femenina –afirma la doctora Irisarri–, replanteando los límites de actuación en la esfera pública, así como los roles sociales y familiares”.
Las mujeres aumentaron su participación en la educación, la política, el trabajo… cuestionando los roles de esposa y madre y sus características (sensibilidad, debilidad física, menor capacidad intelectual…), que según el modelo ideal debían cumplir para ser valoradas como mujeres.
En el ámbito educativo, por ejemplo, la tesis plantea cómo se aceptó que la mujer accediera a unos mínimos de formación “para poder cumplir su rol de educadora de sus hijos, compañera intelectual de su marido e, incluso, formarse en determinadas profesiones consideradas aptas”. Como consecuencia del descenso de la natalidad, señala Raquel Irisarri, se fomentaron “los enlaces por amor, basados en la afinidad y la afectividad entre los cónyuges”, frente a los matrimonios de conveniencia, así como la aceptación de la soltería femenina.
En cuanto a la sexualidad femenina, “a pesar de reconocer la ciencia médica su deseo y placer, se configuró dentro del matrimonio y de la función reproductiva, regulando tanto el deseo propio como el del marido”, si bien la doble moral burguesa siguió cosificando a la mujer en los productos culturales.
En el ámbito laboral, para las mujeres solteras y viudas y las trabajadoras populares se empezó a aceptar “el trabajo femenino dentro de la excepcionalidad”, ya que en “profesiones liberales como la escritura, la medicina o la abogacía son rechazadas socialmente” por la competencia que supone para los hombres.
Por otro lado, también se reavivó el debate siempre presente sobre la llamada «cuestión femenina», es decir, sobre los límites de su participación en la esfera pública, sus funciones sociales y familiares y rasgos determinados para las mujeres.
En el ámbito de la política activa, la mujer estuvo excluida, aunque “su actuación en determinados acontecimientos como la Revolución Gloriosa” abrió la posibilidad de utilizarla “como herramienta política de influencia en los hombres de su entorno”, como fue el caso del Carlismo o las llamadas a quintas.
En definitiva, en su tesis doctoral Raquel Irisarri Gutiérrez demuestra la evolución del ideal del «ángel del hogar» y su adaptación a las realidades de las mujeres españolas de la segunda mitad del siglo XIX.
La doctora Raquel Irisarri Gutiérrez ha contado, en el desarrollo de su investigación doctoral, con un contrato predoctoral para la Formación de Personal Investigador (FPI) de la Comunidad Autónoma y la Universidad de La Rioja; y la dotación económica del Fonds ‘Jacques Cominicioli’ y del Instituto de Lengua y Literaturas Hispánicas de la Universidad de Berna (Suiza). Asimismo, ha realizado estancias de investigación en el Departamento de Historia Contemporánea de la UPV/EHU, bajo la tutela de la profesora Nerea Aresti Esteban; y en la Universidad de Berna (Suiza), bajo la tutorización de la profesora Bénédicte Vauthier.
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