14M. Resistiré

Hace cinco años, el Presidente del Gobierno decretó el Estado de Alarma en España por la pandemia. Fueron dos años de experiencias y vivencias que dejaron huella en todas las generaciones que nos ha tocado vivirla.

Tiempos en los que se dijeron muchas cosas, previsiones de futuro y aprendizajes que nos harían mejores. Les aseguro que tendría material para un libro si la memoria no me jugara una mala pasada, por esa tendencia humana de querer olvidar lo malo y quedarse con lo bueno, o con todo aquello que las emociones fijan en nuestra mente, porque así funciona nuestro cerebro.

Por eso, no me sorprende que gran parte de los que vivimos aquella tragedia humana y global olvidemos, con cierta ligereza, el confinamiento y la cantidad de personas que no superaron la enfermedad. También olvidamos aquellas fiestas y eventos que no celebramos, aquellos besos y abrazos que no pudimos dar, aquellos miedos a la incertidumbre, a los desinfectantes, al trabajo de los sanitarios que nos protegieron en lo que pudieron y a las que limpiaban los centros de trabajo, a los guantes y a las mascarillas. Bueno, a las mascarillas no las olvidamos aún, por los negocios que algunos hicieron con la necesidad, una más de esa miseria humana que antepone el capitalismo egoísta frente a la solidaridad colectiva.

Por olvidar, parece que hemos olvidado hasta la canción aquella que cantábamos en los balcones y ventanas de nuestros pisos y viviendas, “Resistiré”. También aquella máxima de que la pandemia nos haría más fuertes. Pues no lo parece, aunque tengo la esperanza de que al menos la ciencia haya aprendido cómo enfrentarse a la próxima pandemia que, tarde o temprano, volverá, por cómo tratamos a la naturaleza y a nuestro planeta.

En lo personal, hay cosas que seguro olvidaré, porque puede resultar doloroso anclarse en el pasado y que éste acabe cubriendo totalmente la vida presente. Pero de lo que no puedo olvidarme es de aquellos agentes de la Policía Local, de los miembros de la Cruz Roja Local, de Protección Civil, de la Guardia Civil de mi pueblo, de los sanitarios, del Gerente y del equipo del Hospital Vinalopó y del Comisionado del Hospital, de la gente que trabajaba en TeleCrevillent, de la Directora de Salud Pública de nuestra comarca, del Gobierno Municipal del que tuve el orgullo de presidir como Alcalde, de la UME y de los soldados que vinieron del Acuartelamiento de Rabasa, de la Comunidad musulmana y china de la localidad, de algunos empresarios locales, o de los funcionarios del Ayuntamiento y, por supuesto, de mi pueblo. Hicimos lo que pudimos por salvarlos y salvarnos a todos, pero no pudo ser. Hubo algunos vecinos que nos dejaron y quiero también que estas palabras sirvan como homenaje y en su recuerdo.

A todos ellos no los puedo olvidar, porque forman parte de lo que vivimos durante la pandemia y los que hicieron todo lo posible por superarlo. Gracias siempre también por ayudarme en esa gran responsabilidad de tomar decisiones que afectan directamente a las personas y a lo más preciado: su vida.

Porque considero que no hay mayor responsabilidad que tener que decidir sobre la vida de las personas, es por lo que aprendí lo importante que son las emergencias, aunque venía algo aprendido de la DANA del 2019. Por ello, en el futuro, cuando tenga que elegir a alguien que me gobierne, daré prioridad a quien anteponga la vida de la gente a las banderas y los colores que sólo nos guían al abismo.

Si recolocáramos nuestras prioridades, no tendríamos que estar ahora lamentando gestiones como la DANA en Valencia, donde a la vista está que se priorizaron otras cosas y que tuvo como consecuencia la vida, el dolor y el sufrimiento de la gente.

No quiero imaginarme al frente de un país a quien no tuviese presente lo importante que fue salvar vidas, ni el ejecutivo de entonces, o al Director de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón.

Debería ser importante no olvidar lo que pasó, tenerlo siempre presente y agradecer a los que en la pandemia tuvieron la responsabilidad de decidir y, sobre todo, ejecutar las decisiones que, con la ciencia en la mano y con el coraje de servidor público, nos protegieron.

Gracias a todas y todos, en particular a mi pueblo que se comportó como el que más, resistiendo a la enfermedad, acudiendo masivamente a vacunarse y que hoy puedo decir cantando y bailando “Resistiré” mientras les aplaudo en el balcón de mi casa, a las ocho de la tarde.

Alcalde de Crevillent (2019-2023)