Un jornalero desaparecido, un empresario bajo sospecha y una detención que puede cambiarlo todo cuatro años después

Cuando Ibrahima Diouf habló por última vez con su hermano, ninguno de los dos sabía que sería la última, aunque ambos sospechaban que algo andaba mal. Ibrahima, que entonces tenía 32 años, se dirigía a encontrarse con Ginés Valiente, un empresario agrícola que lo había contratado como temporero meses atrás y que le debía dinero tras renunciar a trabajar bajo sus órdenes.
Nadie puede asegurar si la conversación llegó a producirse, pero muchos sospechan que aquel encuentro fue la clave para que en enero de 2021 se le perdiese la pista. Cuatro años después, el empresario acaba de ser detenido por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Se le investiga como principal sospechoso por la desaparición. Durante la tarde del martes la Guardia Civil detuvo también a la esposa de este hombre, según informó Europa Press.
La detención del empresario se produjo en Villacarrillo (Jaén), el último sitio en el que se vio con vida a Ibrahima y el mismo en el que su hermano cree que acabaron con su vida. Cuatro años después de desaparecer sin dejar rastro, las pesquisas están centradas en la búsqueda de un cuerpo y de un culpable del presunto asesinato, dado las pocas probabilidades de encontrar al temporero con vida.
De hecho, todos los trabajos que se han realizado por parte de la UCO, y que fueron especialmente intensos entre 2022 y 2023, se han centrado en buscar en estanques, cauces de ríos, vertederos y hasta terrenos agrícolas por los que habría pasado Ibrahima y que estarían relacionados con Ginés Valiente, el empresario ahora detenido.
Cuatro años de pesquisas
Era el 5 de enero de 2021, cuando a Ibrahima se le perdió la pista tras una presunta discusión con su jefe, siempre según el testimonio de su hermano. En aquella fecha, su rastro se esfumó en una tierra marcada por el trabajo de temporada, donde jornaleros van y vienen con el ritmo de cada campaña de la aceituna, pero él no regresó. Desde aquel día, su historia ha sido una sucesión de silencios, sospechas y una localidad, Villacarrillo, en la que todo el mundo dice saber algo sobre el tema, pero rehúye dar pistas en cuanto se le pregunta directamente.
En este municipio jienense la vida no se ha detenido desde entonces, pero las inmediaciones de la vivienda de la madre de Ginés Valiente, con la que se marchó a vivir tras la desaparición de Ibrahima, no respiran igual que el resto del casco urbano porque, según explican los vecinos, Valiente redujo su actividad social mucho desde entonces. No en vano, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil realizó registros en inmuebles de su propiedad muy próximos a esta vivienda pocas semanas después de empezar las investigaciones para dar con el paradadero de Diouf.
Aquella víspera de Reyes, Ibrahima tenía que haber cogido un autobús desde Jaén hasta Lepe (Huelva) para iniciar una nueva vida. Su hermano lo esperaba en este municipio de la provincia onubense, pero nunca llegó a presentarse ni en la parada del bus ni en ningún otro lugar. Se le perdió la pista después de visitar, presuntamente, a su exjefe para reclamarle el dinero que le debía.
Ibrahima, de origen senegalés, llevaba años trabajando en explotaciones agrícolas en España y había tenido problemas previos para cobrar su salario cuando Valiente lo contrató. Se lo había comunicado a su hermano, que meses después confesaría que tenía cierto reparo ante la conversación a la que debía enfrentarse Ibrahima y sus sospechas se confirmaron. Tras aquel encuentro no hubo más llamadas ni movimientos en las cuentas bancarias del joven senegalés.
Durante meses, la Guardia Civil buscó en inmuebles relacionados con el empresario, entre los que se incluía un edificio en el que Ibrahima y otros temporeros llegaron a vivir durante las campañas de la aceituna. Según explican los vecinos de Villacarrillo, esta vivienda, que está muy próxima a la casa en la que vive la familia de Ginés Valiente, no tenía los estándares mínimos exigibles para ser considerado un lugar digno donde una persona pudiera vivir, pero era habitual que temporeros subsaharianos pasaran días en ella durante las campañas de recogida.
Ni allí ni en ningún otro sitio de Villacarrillo encontró nada concluyente la Guardia Civil en aquellas primeras pesquisas, según fuentes del Instituto Armado. Siguieron buscando en localidades próximas como Mogón en el que la unidad subacuática buscó en el lecho de una piscina natural posibles rastros de Ibrahima ante la sospecha de que hubiese sido golpeado o asesinado junto a una de las acequias que surtían de agua a esta infraestructura. No se halló nada, entre otras cosas porque esta búsqueda se realizó casi un año después de que Ibrahima desapareciera.

Otro jornalero desaparecido en 2013
También se buscó en un vertedero de obra de la autovía A-32 entre Linares y Albacete sin que se obtuviese nada concluyente. Así, Ginés ha seguido con su día a día de forma paralela a las investigaciones que siempre lo han situado a él como a una de las piezas esenciales para reconstruir los últimos pasos de Ibrahima Diouf.
De hecho, en 2023, la UCO reactivó la investigación ampliando las pesquisas. Se tomaron muestras de unas baldosas de la calle en la que los vecinos habían visto un presunto “charco de sangre”, la Guardia Civil rastreó una compra “sospechosa” por parte de Ginés el mismo día en el que Ibrahima desaparició y se volvieron a rastrear propiedades vinculadas al empresario. No era la primera vez que se veía envuelto en la desaparición de un temporero.
En 2013, otro jornalero, Tidiany Coulibaly, desapareció en circunstancias similares en la misma zona. También había trabajado para Ginés Valiente y también había discutido con él antes de perderse su rastro. La UCO también investigó en diferentes lugares y se llegaron a encontrar las orejeras de Coulibaly en un terreno propiedad del empresario, al tiempo que un perro policial siguió el rastro de lo que parecía ser sangre. Ginés llegó a ser investigado por la desaparición de Tidiany Coulibaly, pero las pesquisas no dieron con nada concluyente y acabó absuelto meses después de un delito de detención ilegal. De aquel jornalero tampoco se ha vuelto a saber.
Absuelto, pero nunca libre de la culpa por una parte del pueblo. En Villacarrillo, Ginés Valiente nunca ha vuelto a llevar una vida completamente normal ante las sospechas que proyectan sus vecinos sobre él y que no disimulan en conversaciones informales.
En todo este tiempo, la Guardia Civil no ha dejado de investigar todo lo relacionado con la desaparición de Diouf y la presunta implicación de Ginés. Aunque desde 2023 no se han realizado batidas en zonas públicas, al menos que hayan trascendido, las pesquisas han permitido llegar a la detención del empresario aceitunero cuatro años después.
Tras detenerlo, la Guardia Civil ha registrado varias propiedades del empresario con la esperanza de encontrar pruebas que esclarezcan qué ocurrió con Ibrahima. En todas estas operaciones ha estado presente Ginés. Aunque las actuaciones están bajo secreto de sumario, fuentes cercanas a la investigación aseguran que los indicios contra Valiente son sólidos.
La clave sigue siendo encontrar el cuerpo porque sin restos genéticos de Ibrahima, el caso se complica para que se pueda cerrar, como ya pasó con Tidiany Coulibaly cuando Ginés Valiente fue detenido y absuelto por falta de pruebas. No obstanten, la UCO confía en que las nuevas pesquisas, que han permitido la detención y puesta a disposición judicial de Valiente, arrojen luz sobre el paradero de Ibrahima. Para ello, se han ampliado los registros a terrenos que antes no se habían explorado en profundidad, pero también propiedades que ya habían sido rastreadas.
Mientras la investigación continúa, la detención de Valiente es, para los vecinos de Villacarrillo, el principio del fin de una historia marcada por la impunidad y el silencio. No en vano, se trata de una población a la que van a parar muchos jóvenes subsaharianos que acaban trabajando como jornaleros sin papeles en regla en muchos casos, sin contratos formales y sin derechos reconocidos. De ahí que su situación los deje expuestos a abusos laborales y, en el peor de los casos, a desapariciones como las de los dos temporeros. Ahora, con la detención de Ginés Valiente, la investigación parece haber dado un giro clave, aunque sin rastro aún de Ibrahima Diouf.
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