Amazacotando la ciudad

Sé que el ejemplo está muy manido, pero mientras el listo señala la exigua zona “verde” a los bordes de la ciudad, los tontos dejamos de ver el incremento de edificabilidad y la merma de espacios verdes de la misma. ¿De qué otra forma se puede rematar una población en este siglo que no sea una franja de terreno arbolada entre las construcciones y las grandes vías de comunicación? Hay excepciones bochornosas como la zona de Hipercor o Cerrillo de Maracena, donde sus moradores desayunan café con humo y los sonidos de claxon son la banda sonara de sus vidas, pero lo normal es que esto no ocurra en ciudades “civilizadas”.

Ahora, el Plan de Actuación Integrado (PAI) muestra proyectos interesantes- dependientes de la concesión de los fondos EDIL previa demanda de 20 millones al Gobierno- y espacios “verdes” en zonas de contacto de 3 barrios con la circunvalación para disimular la construcción de más de mil viviendas en suelo dotacional: 700 viviendas junto a las cocheras del metro para uso deportivo/educativo; 370 viviendas en la ciudad deportiva Granada 92 o las 120 viviendas que se construirán en suelo para uso deportivo de la parcela Fórum, junto a la “Ciudad de la Justicia”.

Aceptar las bondades de estos proyectos no implica la renuncia a testimoniar la política de “luces cortas” de los ayuntamientos de Granada, donde las viviendas nuevas deslumbran por su “lozanía” y son un gancho momentáneo que pierden su lustre cuando no van acompañadas de espacios generosos y habitables. ¿Y después de topar con la circunvalación, qué haremos? Granada no merece este final.