Apoyo a la investigación científica en Andalucía

La junta de Andalucía acaba de aprobar el Reglamento de Contaminación Lumínica.

Se deshace en elogios a la importancia de la calidad del cielo andaluz, que ha propiciado la ubicación de observatorios astronómicos de importancia internacional como el de Calar Alto y el de Sierra Nevada que, según reconocen, contribuyen a la investigación astrofísica y su difusión. Así mismo, favorece el desarrollo del turismo astronómico y promueve la consultoría ambiental y la I+i, vinculada al desarrollo instrumental y de tecnologías de iluminación sostenibles.

Y se plantea como un objetivo, entre otros, salvaguardar la calidad del cielo y facilitar la visión del mismo, con carácter general,y, en especial, en el entorno de los observatorios astronómicos y considera entre su fines preservar las condiciones naturales de oscuridad en beneficio de los ecosistemas, y remata con la afirmación de que un cielo nocturno de calidad permite el fomento del empleo cualificado asociado al turismo de estrellas, incrementándose así la oferta de ocio durante todo el año. Esto contribuye a las metas 8.9: De aquí a 2030, elaborar y poner en práctica políticas encaminadas a promover un turismo sostenible que cree puestos de trabajo y promueva la cultura y los productos locales.

Después de leer esto pensaríamos que estamos a la cabeza mundial en protección de cielos, avance científico y economía sostenible, hasta que nos fijamos con detenimiento en el texto aprobado.

Muchos pueblos del entorno del observatorio de Sierra Nevada, algunos a decenas de kilómetros de distancia, se tendrán que ajustar a lo que dispone el reglamento y cambiar sus luces nocturnas, pero en un alarde de coherencia, en la zona de máxima protección, E1, en el entorno del observatorio de Sierra Nevada, se permite a Cetursa un máximo de 350 horas anuales de iluminación para esquí nocturno y otras actividades con luces con la posibilidad de aumentar 35 horas más si hay eventos extraordinarios.

O sea, que prácticamente todas las noches de la temporada de esquí se puede fastidiar, y bien, las observaciones astronómicas para que unos pocos, a costa del dinero de todos y en un espacio natural protegido, disfruten agrediendo a los ecosistemas e impidan la actividad científica.

Así es como nuestra administración autonómica “protege” el cielo nocturno y el medio ambiente en consonancia con el Estatuto de la Comunidad Autónoma de Andalucía.

Y ya para rizar el rizo, y ver el compromiso ambiental de la Junta de Andalucía, se le da a Cetursa (sociedad pública mercantil de derecho privado, que no recibe ningún ingreso de Presupuesto Público, según expone en su memoria anual) un millón de euros para la renovación y ampliación de las luces de las pistas de esquí.

A esto hay que añadir los 49 millones del ejercicio 2022-23, que se incluyen en la inversión de más 90 millones de euros en estas últimas temporadas

  Cuando nos supriman aulas en nuestros colegios públicos o nos hartemos de las listas de espera con la sanidad, que sepamos que nuestro gobierno andaluz tiene mejores sitios donde invertir nuestro dinero y nos alegraremos cada vez que vayamos a esquiar de noche, que nunca estamos contentos con nada.