Murió el “Turco Julián”, símbolo de las salas de tormento de la dictadura

Fue condenado tres veces por delitos de lesa humanidad. Sus víctimas del centro clandestino El Olimpo todavía recuerdan la insignia nazi en el brazo con la que llegaba a la torturas. Este martes, murió a los 84 años Julio Héctor “El Turco Julián” Simón, uno de los símbolos de la represión y el espanto que ocurría en los centros clandestinos de detencion de la dictadura.

Cumplía su condena en la Unidad N° 34 del Servicio Penitenciario Federal, en Campo de Mayo. Dos semanas atrás, la Justicia volvió a rechazarle un pedido de prisión domiciliaria.

Simón había sido condenado en 2010 por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOF) Nro. 2 de la Ciudad de Buenos Aires. El ex integrante de la Policía Federal formaba parte del circuito de represión llamado “ABO”, integrado por los centros clandestinos de Detención “El Atlético”, “Banco” y “El Olimpo”. La justicia lo encontró culpable del secuestro, tortura y desaparición de 181 personas.

Su primer proceso judicial comenzó en 2006. Fue uno de los dos juicios que se llevaron adelante tras la reapertura de las causas por crímenes del terrorismo de Estado. Fue condenado a 25 años de presión por la detención ilegal y torturas a José Poblete y Gertrudis Hlaczik, y la apropiación de su hija de ocho meses, Claudia Poblete. En ese mismo juicio fue condenado otra pieza clave de la represión, Miguel Osvaldo Etchecolatz.

Luego llegarían las otras condenas, tambien por secuestros y torturas en la causa ‘Batallón 601’.

Había nacido el 12 de agosto de 1940. Con el regreso de la democracia, se instaló en Brasil y sólo regresó luego de que fueran sancionadas las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que le garantizaron impunidad. Pero en 2001, el juzgado que investigaba la apropiación de Claudia Poblete decretó la nulidad de ambas leyes. La decisión judicial abrió el camino para que luego la Corte Suprema declarara la inconstitucionalidad.

De sus días como torturador, el director de cine Jorge Augusto Taglioni testificó que el “Turco” Julián –tal como se lo conocía en los centros de detención– se ensañaba particularmente con los secuestrados judíos y no ocultaba su fascinación por el nazismo.

El camarista Gustavo Hornos, al rechazar el pedido de prisión domiciliaria escribió: “Julio Héctor Simón, al momento del examen, se encuentra clínicamente compensadocon buen estado de salud aparente, sin evidencias clínicas de patologías físicas crónicas en evolución”. Y recordó las razones que lo mantenían en prisión: “Es preciso también señalar que el acusado fue condenado a la pena de prisión perpetua, por resultar coautor de los delitos de homicidio agravado por haber actuado con el concurso premeditado de dos o más personas, privación ilegal de la libertad doblemente agravada por haber mediado violencia y amenazas, e imposición de tormentos agravado por ser la víctima un perseguido político, los que concurren materialmente entre sí”.

 A fines de febrero había ingresado al Hospital Larcade de San Miguel con “pie diabético”, producto de problemas vasculares vinculados a enfermedades preexistentes. 

Estaba internado en el Hospital Larcade de San Miguel donde le apuntaron un pie a causa de una diabetes.

En 1995, dio un reportaje a Telenoche Investiga. Allí aseguró que para él la tortura era “absolutamente negativa”,ya que “el detenido quedaba demasiado deteriorado en algunos casos cuando no se podía prescindir del shock eléctrico”.

Hoy, al conocerse la noticia de su muerte, Carlos Pisoni, referente de HIJOS, escribió en su cuenta de X: “Murió un 25 de marzo y pudo ver el millón de personas que se movilizaron ayer contra lo que él ejecutó”.