La portada de mañana
Acceder
Varios tribunales tratan de involucrar a Europa en una guerra con el Constitucional
Dentro de Effetá, el retiro católico de moda: antifaces, cuerdas y Dios
OPINIÓN | 'Que se rearmen ellos', por Anton Losada

Descubren un pueblo romano del siglo IV quemado en Bulgaria

Los trabajos de excavación en la aldea romana búlgara

Ada Sanuy

0

Una excavación arqueológica en Bulgaria ha sacado a la luz los restos de un pueblo romano del siglo IV, destruido por un incendio repentino y posteriormente abandonado. El hallazgo, localizado cerca de la aldea de Borimechkovo, en la región de Pazardzhik, se produjo en el marco de unas obras de construcción para un gasoducto. Bajo tierra, el fuego dejó una estampa detenida en el tiempo: muros derrumbados, utensilios de uso diario y monedas calcinadas que han permanecido intactas durante más de 1.600 años. Según los expertos, se trata de una de las muestras mejor conservadas de la vida rural en la provincia romana de Tracia durante el Imperio tardío.

Una comunidad sepultada por las llamas

La excavación, que cubrió una superficie de unos 4.400 metros cuadrados, reveló los restos de dos edificios principales con cimientos de piedra y muros de adobe. En su interior, los arqueólogos hallaron elementos típicos de la vida doméstica romana: grandes tinajas de almacenamiento, conocidas como pithoi, materiales de cubierta como tégulas e ímbrices, herramientas, vajilla, y una notable colección de monedas. Entre ellas, destacaban dos piezas datadas en el reinado del emperador Constancio II (347–355 d.C.), que ayudaron a fijar la cronología del desastre. “El análisis reveló un asentamiento de una sola capa que data del período romano tardío, que terminó abruptamente con un incendio que no data antes del año 347 d.C.”, explicó la arqueóloga principal Sirma Alexandrova, responsable del proyecto desde la Academia de Ciencias de Bulgaria.

Lo que más llamó la atención de los investigadores fue la evidencia de que el lugar no volvió a ser habitado tras la catástrofe. “El incendio provocó una destrucción preservada in situ, lo que indica que los edificios fueron abandonados y nunca reconstruidos”, señala el artículo publicado en el Bulgarian Journal of Archaeology. El nivel de destrucción, unido a la ausencia de estratos posteriores, sugiere un final abrupto para una comunidad que parecía floreciente.

El tesoro de un pueblo en fuga

Entre los hallazgos más llamativos se encontraba un pequeño alijo de seis monedas de plata y joyas, posiblemente enterradas con prisa durante el incendio. Aunque fueron localizadas cerca de la superficie, en una zona alterada por la agricultura moderna, su disposición sugiere que sus dueños intentaron proteger sus bienes en un momento de crisis. La presencia de agujas, hebillas, pesas de telar y una lúnula de plata revela también que la comunidad mantenía una economía doméstica basada en la producción textil y la autosuficiencia. Todo indica que los habitantes vivían del trabajo agrícola y minero, aprovechando los recursos naturales de la zona, rica en yacimientos de cobre y cercana a un pequeño arroyo.

La posición estratégica del asentamiento, en una terraza elevada al oeste de Borimechkovo y con buena visibilidad del entorno, refuerza la hipótesis de que se trataba de un enclave con valor económico y defensivo. Este tipo de aldeas eran comunes en la provincia romana de Tracia, donde se mezclaban las costumbres imperiales con las tradiciones locales. En este caso, la mezcla cultural es evidente también en la cerámica, que combina vajilla de estilo romano con recipientes fabricados a mano, en línea con la artesanía tracia tradicional.

Tracios bajo dominio romano

Los análisis de los restos cerámicos apuntan a que los habitantes mantenían vínculos culturales con sus raíces tracias, a pesar de formar parte del entramado del Imperio romano. “La cerámica hecha a mano indica una continuidad con los estilos tradicionales de cerámica tracia, lo que sugiere que los habitantes pertenecen al grupo étnico tracio”, sostiene Alexandrova. Esta coexistencia refleja la realidad de muchas regiones fronterizas del Imperio, donde el poder central convivía con identidades locales resistentes al cambio.

Durante el siglo IV, el Imperio romano atravesaba un periodo de notable inestabilidad, tanto por tensiones internas como por el incremento de amenazas externas. En ese contexto, las incursiones de pueblos como los godos fueron frecuentes, especialmente en los Balcanes. Se sabe que estas tribus solían incendiar los asentamientos que saqueaban, por lo que los investigadores no descartan que este ataque fuera parte de una oleada de violencia en la zona.

Un pasado que sigue dando señales

Aunque la aldea no fue reconstruida tras el incendio, el sitio no quedó totalmente olvidado. La excavación ha revelado señales de actividad en épocas posteriores, incluyendo monedas del siglo V y una fíbula de hierro más antigua que el propio asentamiento. Estas evidencias apuntan a un uso intermitente del espacio, ya sea por comunidades esporádicas o por buscadores de tesoros más recientes. “A pesar de la limitada área de excavación del yacimiento, la evidencia de perturbaciones posteriores, desde la antigüedad hasta la presencia de buscadores de tesoros modernos, indica actividad continua”, detalla Alexandrova en su estudio.

Casos similares: otras aldeas atrapadas por el fuego

Este tipo de hallazgos no es único. En los últimos años se han documentado descubrimientos similares en otras zonas del antiguo Imperio romano. En Italia, la villa de Aiano-Torraccia di Chiusi quedó enterrada bajo un derrumbe repentino, probablemente vinculado a un incendio, con mosaicos y estancias conservadas bajo cenizas. En Alemania, el yacimiento de Wurmlingen reveló una granja romana destruida tras un ataque bárbaro. Y en Bulgaria, los restos de Serdica (la actual Sofía) han mostrado trazas de incendios en su arquitectura, probablemente consecuencia también de incursiones durante el siglo IV.

Estas aldeas, como la de Borimechkovo, ofrecen una fotografía excepcional de la vida en los márgenes del Imperio. Una vida interrumpida por la violencia, conservada por el fuego, y recuperada ahora por la ciencia.

Etiquetas
stats