Por su halo de misterio, por la historia que esconden o por las espectaculares formaciones geológicas que guardan en su interior. Cualquier excusa es buena para adentrarse en el mundo subterráneo de las cuevas, que este fin de semana celebran su Día Mundial, en una iniciativa impulsada por la Asociación Lurpea, una organización que agrupa y pone en valor a ocho cavidades de Navarra, Gipuzkoa, Bizkaia, Lapurdi y Baja Navarra.
Desde la asociación, recuerdan que las cuevas son lugares de gran valor histórico que han mantenido restos del pasado de la humanidad, además de ritos, mitos y leyendas que han traspasado épocas.
Además, estas cavidades albergan un espectáculo natural único. En su interior, se esconden caprichosas formaciones que la naturaleza ha ido esculpiendo a lo largo de los siglos. Tampoco pasan inadvertidas sus marmitas, estalactitas, estalagmitas y otras originales formaciones que cuelgan de sus techos y paredes.
Hasta hace poco, estos espacios permanecían ocultos o al alcance solo de especialistas en espeleología. Sin embargo, esto ha cambiado desde hace unos años y se pueden visitar a lo largo y ancho de la geografía española, incluso con visitas guiadas o espectáculos que retrotraen a su época de esplendor. Sí, muchas de ellas la tuvieron.
En el caso del norte peninsular, llama la atención el grupo de cuevas localizado en Navarra y País Vasco. Algunas de estas grutas están protegidas y conservadas bajo el paraguas de la Asociación Lurpea: Arrikrutz-Oñati, Ekainberri, Mendukilo, Isturitz-Oxocelhaya, Pozalagua, Sara, Urdazubi y la cinematográfica Zugarramurdi, por ser inspiración de la película Las brujas de Zugarramurdi de Álex de la Iglesia.
Nos adentramos en tres de ellas, que se podrán visitar con descuentos durante este fin de semana por el Día Mundial de las Cuevas.
Cueva de Zugarramurdi (Navarra)
Seguramente sea una de las cuevas más conocidas de nuestro país y gran parte de culpa la tiene la película Las brujas de Zugarramurdi, inspirada en el ensayo del antropólogo Mikel Azurmendi Intxausti sobre el auto de fe que efectuó la Inquisición Española en 1610, en el que varias mujeres Zugarramurdi fueron procesadas por brujería. Las que se negaron a reconciliarse con la fe cristiana terminaron en la hoguera.
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Este complejo kárstico está situado a escasos 500 metros del núcleo urbano. Destaca su cavidad principal, atravesada por una corriente de agua, aún caudalosa en la actualidad, denominada la Regata del Infierno o Infernuko Erreka. El conjunto se completa con dos galerías más altas, de orientación similar a la galería principal, que se abren a la misma.
Cueva de Urdazubi (Navarra)
Conocida también como la cueva de Ikaburu, se formó gracias a la erosión del río Urtxume. Su localización es todo un lujo: entre prados de la localidad pirenaica y a pocos kilómetros de la costa y de la frontera con Francia. En su interior, se esconde un universo de estalactitas y estalagmitas, además de traer evocadores recuerdos de personajes de leyenda, guerrilleros y contrabandistas que las ocuparon en otras épocas.
Cueva de Oñati-Arrikrutz (País Vasco)
El sexto continente también se puede visitar a través de la Cueva de Oñati-Arrikrutz, considerada como una de las cuevas más extensas de Gipuzkoa y otro símbolo del paisaje kárstico, que además ha sido una de las pioneras en la investigación espeleológica y paleontológica del País Vasco.
Entre sus paredes se han encontrado algunos hallazgos valiosos, como las huellas del paso de un rinoceronte lanudo (Coleodonta antiquitatis), una hiena de las cavernas (Crocuta crocuta spelaea) y ciervos gigantes (Megaloceros giganteus). Por encima de ellos, destaca el esqueleto completo de un león de las cavernas (Panthera leo spelaea).