ENTREVISTA
Oskar Martín, líder de UGT en Andalucía: “Nos ha tocado trabajar y negociar de manera dura contra un gobierno del PP”
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Oskar Martín (San Sebastián, 1973) acaba de renovar al frente de UGT Andalucía con un mayoritario respaldo de los delegados asistentes al XIII Congreso Regional celebrado esta semana en Granada. Recién llegado a la sede del sindicato, recibió el jueves a elDiario.es Andalucía con evidente cansancio. “Tres días de batalla”, resume, no tanto por que le haya costado salir reelegido (no tenía rival) sino por el trabajo que conlleva un cónclave de este tipo. “Yo estoy con la clase trabajadora”, repite durante esta entrevista pero con la mirada en dirigir la labor de los 15.000 delegados sindicales que UGT tiene en toda Andalucía.
Sin tiempo para el descanso, este sábado tenía anunciada su presencia en el 15º Congreso del PSOE de Andalucía pero quizá ese cansancio acumulado ha derivado en algo más que le ha privado de estar finalmente. Desde julio de 2023 está en el cargo y ahora piensa en su principal objetivo: “pelear contra las políticas que erosionan, que castigan y que perjudican a la clase trabajadora en Andalucía”. A ese respecto asegura que “vamos a ser escrupulosamente contundentes y combativos contra eso, porque ese es el origen y ese es el sentido de la UGT”.
¿Cuál ha sido su primera decisión en estas primeras horas en el cargo renovado?
Bueno, sobre todo lo que he hecho ha sido atender cuestiones de orden interno y, ahora mismo, conceder esta primera entrevista. Pero sobre todo organizar y planificar ya un poco de cara a la próxima Comisión Ejecutiva Regional, donde se diseñan las tareas de cada Secretaría y se dibuja la hoja de ruta para la nueva andadura, con los objetivos que nos marcamos.
Dijo el miércoles que el objetivo principal que se marcaba usted es la reducción de la jornada laboral semanal a 37,5 horas. Eso a nivel estatal pero, ¿puede concretarnos algún objetivo a nivel de Andalucía?
Ese objetivo estatal es una estación de tránsito, de parada, pero la estación final para la UGT va a ser la de la jornada de 32 horas en cuatro días. En Andalucía, efectivamente, tenemos algunas cuestiones concretas, y la que más nos preocupa, porque de ello depende la vida de personas, es la de la salud laboral y la prevención de riesgos laborales. A pesa de que firmamos en 2023 un plan de choque contra la siniestralidad, las cifras siguen siendo muy negativas: 123 fallecidos en 2024 (un incremento del 10% respecto al año anterior), un muerto en el trabajo o camino de él cada dos días y medio. Vamos a ser tajantes y muy contundentes porque tanto a la administración, en la responsabilidad que le compete, como a los empresarios por la parte que les toca, en la que escatiman en la seguridad y salud de los trabajadores, en la prevención, en los equipos de protección individual. No es un gasto sino una inversión para las empresas.
Este año vamos a actuar con más contundencia en el ámbito de la siniestralidad y a volver a intentar hacer pedagogía al Gobierno de la Junta de Andalucía para que entienda que hay que apostar de una manera clara y decidida, porque la siniestralidad laboral hay que reducirla, porque es una lacra y se puede reducir porque hay medidas para ello pero hay que poner los recursos. Los empresarios, por supuesto, también tienen que poner los recursos y los medios a disposición de los trabajadores. Y vamos a reivindicar una vez la figura del delegado territorial y sectorial para las empresas que no tienen esa capacidad de poder destinar recursos a la prevención. Ese modelo funciona en La Rioja, en Asturias, y tenemos que intentar implementarlo en Andalucía para reducir los accidentes.
No sabemos exactamente el impacto real de cada medida que se acuerda, que se implementa y que se ejecuta por parte de la administración porque no se realiza una evaluación de las políticas públicas de manera rigurosa
Pero ustedes tienen firmado ese plan de choque al que se ha referido. ¿Es que no están funcionando?
Ese plan, como todos los planes que se ponen en marcha con la administración, hay que evaluarlo tras un seguimiento riguroso y luego. La administración tiene debilidad en la evaluación de las políticas públicas que se implementan. Porque no sabemos exactamente el impacto real de cada medida que se acuerda, que se implementa y que se ejecuta por parte de la administración porque no se realiza una evaluación de las políticas públicas de manera rigurosa para saber dónde estamos fallando realmente, y a partir de ahí poder modificar, adaptar o rectificar lo que sea conveniente.
¿De qué manera le pueden hacer ver al Gobierno andaluz que ese tipo de planes acordados con sindicatos y patronal deben ser evaluados?
En las diferentes mesas del diálogo social, de la concertación, o en el mismo Consejo Andaluz de Relaciones Laborales, desde la UGT estamos reclamando una estrategia de seguridad y de salud muchísimo más ambiciosa precisamente para eso. Y en ese órgano no hemos apoyado la estrategia actual porque entendemos que no cumple con los objetivos, es una medida continuista y queremos una estrategia mucho más contundente. Si entendemos que la administración no termina de ver el planteamiento que hace la UGT pues tendremos que ir escalando esa presión.
Hilando un poco con eso, se ha aprobado recientemente la Ley de Participación Institucional, que le da a los sindicatos potestades para influir en la acción política. ¿Confía en ello pese a la mayoría absoluta del PP y las críticas por la falta de consenso en algunas de sus decisiones?
Vamos a ser muy estrictos y muy rigurosos. Primero porque, por fin, Andalucía consigue esa Ley de Participación Institucional. Éramos solo tres las comunidades que quedaban pendientes en todo el territorio nacional y en Andalucía llevaba más de 20 años pendiente de materializarse. Y ha sido gracias al trabajo de la UGT y a la presión que hemos ido haciendo en este tiempo. No es una ley para los sindicatos, porque ya tenemos voz y representación como mandata la Constitución Española, sino para los andaluces y las andaluzas, para que Andalucía pueda funcionar de una manera mucho más fluida, más eficiente y más eficaz de cara a la resolución de problemas, de cara al planteamiento de cuestiones que los sindicatos de clase recogemos en la calle, en la sociedad, en los centros de trabajo y que las trasladamos como correa de transmisión al gobierno de turno y en la que buscamos soluciones.
Insisto, ¿confía en la aplicación de la ley en todo sus aspectos?
Estamos esperando a que se reúna la mesa de seguimiento y, lógicamente, empezar ya a andar y a normalizar esa ley. Vamos a estar ahí muy, muy vigilantes porque creemos que estamos hablando de una cuestión de orden mayor: la Ley de Participación Institucional es el instrumento de todos los andaluces y andaluzas, y no vamos a permitir que se ningunee, ni mucho menos. Lo que se firma es para cumplirlo, y la UGT cuando firma algo, responde y lo cumple. Y, por lo tanto, a la contraparte se le va a exigir lo mismo.
Nuestra obligación como sindicato de clase es construir esos puentes para intentar conseguir las mejoras cuestiones que la clase trabajadora necesita
Decía usted recientemente en otra entrevista que tenía “aprecio personal” al presidente Moreno, que es “algo un poco químico cuando conoces a alguien y te cae bien”. ¿Es realmente compatible esa buena sintonía con sus reivindicaciones, con esa presión al Gobierno de la Junta, teniendo en cuenta además que dirige con mayoría absoluta?
Hay que separar lo personal de lo profesional. Hay un refrán que dice que “lo cortés no quita lo valiente”. Por poner un ejemplo extremísimo, en la guerra de Israel contra Palestina ha habido encuentros diplomáticos para intentar crear puentes y construir espacios de diálogo y de paz. Nuestra obligación como sindicato de clase es construir esos puentes para intentar conseguir las mejoras cuestiones que la clase trabajadora necesita. Nosotros estamos obligados a trabajar por y para los trabajadores, independientemente del gobierno de turno que esté en San Telmo.
Lo difícil como sindicato de clase de orientación de izquierda es sentarte con tu antagonista político y dialogar, trabajar, buscar el consenso y conseguirlo. Eso es lo realmente complicado, porque con un gobierno de sintonía o de ideología más o menos similar sería mucho más fácil. Aquí hay un doble esfuerzo en ese trabajo del diálogo social, de la participación institucional y de la concertación en el que nos tenemos que zafar bien para intentar arañar y conseguir elementos positivos para la clase trabajadora de Andalucía. Y lo hemos conseguido.
Pero una cosa no hay que mezclarla con la otra. Somos, en este caso, ideologías antagonistas pero hay un objetivo común. Y el objetivo común para la UGT es que Andalucía tiene que prosperar, tiene que crecer, tiene que mejorar y en esa lucha está la UGT y se la reivindicamos al gobierno de turno que esté en San Telmo. En este caso nos ha tocado trabajar y negociar de manera dura contra un gobierno, en este caso de un partido que es el Partido Popular.
Después de esas declaraciones, ¿nadie le ha dicho internamente que un sindicato hermanado históricamente con el PSOE no debería tener “algo químico” con su “antagonista político”, como usted mismo reconoce?
Hay que explicarlo bien. Yo creo que el sindicato de clase no va contra un signo político porque eso sería antidemocrático. Hay que ir contra las políticas que erosiona, que perjudica y que hacen daño a la clase trabajadora. Y UGT va contra una política de la privatización de la sanidad pública, contra eso estamos atacando, vamos a seguir combatiendo y vamos a dejarnos la piel en conseguir que Andalucía vuelva a recuperar una sanidad pública universal, gratuita y de calidad.
Y nos vamos a dejar la piel en pelear por que nuestra educación vuelva a recuperar los espacios que tenía hace años, donde había una mayor calidad asistencial educativa, donde los orientadores tenían muchos menos alumnos que orientar, donde la carga burocrática de los docentes era mucho menor. Y nos vamos a dejar la piel en pelear y en conseguir que el sistema de dependencia de Andalucía funcione, porque no funciona bien, con una lista de espera de más de 20 meses, con 50.000 usuarios a la espera de evaluación, etc. Nuestro objetivo es pelear contra esas políticas que erosionan, que castigan y que perjudican a la clase trabajadora aquí en Andalucía. Vamos a ser escrupulosamente contundentes y combativos contra eso, porque ese es el origen y ese es el sentido de la UGT.
Este Gobierno progresista ha sabido ser sensible a las demandas, en este caso de los sindicatos de clase, de la UGT, y se han ido dando pasos y avanzando y poniendo en el centro de la política pública a la gente, a las personas
Ustedes han recurrido al Tribunal Supremo la sentencia contra su antigua cúpula directiva y ha esgrimido su acuerdo con la Junta de devolver 36 millones para evitar responder por el fraude de subvenciones. ¿De qué manera influye en el nivel combativo de UGT hacia el Gobierno?
Es muy sencillo. Nuestras federaciones, que son los marcos de actuación, o nuestras delegaciones en los centros de trabajo, son extremadamente combativas. Ahora mismo estamos de manifestaciones en los hospitales recogiendo firmas, mancomunadamente con los sindicatos de la mesa del sector de sanidad. Estamos haciendo asambleas conjuntas, estamos planteando determinadas cuestiones de cara a enfocar la situación de la sanidad. Por lo tanto, la reivindicación de la UGT Andalucía es palpable, es constante, es evidente. Lo otro es una cuestión administrativa, en la que se llegó a un acuerdo y se está cumpliendo con esa responsabilidad. Y una cosa no tiene que ver absolutamente con la otra para nada.
Viene del congreso de UGT, ahora va hacia el congreso del PSOE. En el primero coincidió con Yolanda Díaz y ahora se verá con María Jesús Montero. ¿Cuál es su posicionamiento acerca de la tributación del SMI? ¿Es usted más de Díaz o de Montero?
Yo soy de la clase trabajadora y, como he dicho antes, soy de las políticas que ayudan, que contribuyan y que favorezcan a mejorar la vida y las condiciones de trabajo de los trabajadores. Y al político que camine en esa senda pues lógicamente la UGT lo va a entender y lo va a comprender porque nos estaría entendiendo a nosotros en nuestras reivindicaciones y nuestras aspiraciones de mejora de vida.
Es algo objetivo que en estos años el Gobierno denominado progresista ha hecho una serie de actuaciones claras respecto al Salario Mínimo Interprofesional, que es el sueldo que nos hemos dotado para dignificar el trabajo en nuestro país y que se ha incrementado un 61%. Eso ha sido un logro de este país, como país y gracias a las políticas del Gobierno. Si hablamos de pensiones, un gobierno del PP que con una reforma laboral del año 2013 nos planteaba una subida, creo recordar del 0,25, si no me equivoco, frente al 8,5 del gobierno progresista pues estamos hablando del día y de la noche para un pensionista.
La reforma laboral ha vuelto a poner la ultraactividad, ha recuperado la prevalencia de los convenios colectivos sectoriales a los de empresa, la 'ley rider', los ERTE... En definitiva una serie de elementos objetivos, reitero, que este Gobierno progresista ha sabido ser sensible a las demandas, en este caso de los sindicatos de clase, de la UGT, y se han ido dando pasos y avanzando y poniendo en el centro de la política pública a la gente, a las personas. Creemos que eso es lo correcto porque lo material, en la vida, debe ser una cosa secundaria.
Le preguntaba por la tributación del SMI...
Entendemos que un país se nutre de los impuestos y de los tributos que sus ciudadanos aportan al sistema. Y para poder tener un sistema de servicios públicos, potente, en condiciones, de calidad, hay que tributar. En este caso en concreto, hay una directiva europea que marca que el SMI debe de alcanzar el 60% del salario medio de nuestro país y ahora mismo está en 1.184 euros. Es decir, le queda todavía un margen de mejora para poder alcanzar ese 60% y entendemos que los salarios más bajos, que son el SMI, no deben de tributar en tanto en cuanto no alcancen ese 60% porque son los salarios que reciben los trabajadores que cobran menos, que son normalmente las mujeres y los jóvenes.
Lo que sí planteamos es que, si hablamos de tributación, lo que habría que plantear en este país es ya una reforma fiscal bien estudiada, bien planteada, rigurosa, progresiva y que, lógicamente, lo decimos siempre, que pague el que más tiene. No puede pagar lo mismo o de manera igualitaria el que cobra 1.184 euros que el que cobra 120.000 euros. No puede ser.
Nosotros amamos, cuidamos y trabajamos por la democracia, y por lo visto en este país no todo el mundo piensa así. Hay algún partido que va en sentido contrario, en friccionar a la sociedad, en socavar las libertades, en abrir zanjas o trincheras y en fracturar a la sociedad. Nosotros vamos en dirección totalmente opuesta: consolidar derechos, avanzar y cohesionar una sociedad que quiere vivir en paz, con respeto y con igualdad
Al ser reelegido, hacía una mención especial a la necesidad de un sindicalismo joven. ¿Cómo pretende hacer que la juventud se sume a un sindicato como el que lidera en Andalucía?
El problema de los jóvenes lo tenemos en UGT y yo creo que lo tienen la mayoría de organizaciones, porque se ve el sindicalismo de clase se ve como antiguo, del pasado. Y yo creo que esa concepción hay que cambiarla. Y para cambiarla hay que trasladar un nuevo mensaje a la ciudadanía de que el sindicato es un instrumento por y para la sociedad, en este caso para una parte de la sociedad que es importantísima como son los jóvenes, que son el presente pero, sobre todo, son el futuro. Y ahí es donde queremos intentar romper esa desafección que hay hacia los sindicatos, hacia los partidos, hacia la política. Como país, deberíamos hacer una pedagogía política, sindical y social para poner en valor los partidos, los sindicatos, las instituciones, el gobierno, y no dejar que se tome la deriva que se está tomando en estos tiempos de que todo es malo, nada sirve y todo es superfluo. Fortalecer esa pedagogía fortalece la democracia, fortalece las libertades y mejora la convivencia de nuestro país, porque hay que intentar cohesionar la convivencia y no abrir zanjas ni brechas.
¿Qúe datos de nuevas afiliaciones tiene de UGT en Andalucía?
Estamos satisfechos, pero somos ambiciosos. La afiliación en Andalucía en este último mandato ha tenido 51.000 nuevas altas de mujeres y hombres que han confiado en nuestra organización y que es un síntoma de buena salud sindical. Y otro dato contundente es que tenemos 15.000 delegados y delegadas en Andalucía, que todos los días, con sus horas sindicales, trabajan para solucionar problemas de sus compañeros y compañeras, para que las empresas sigan funcionando bien, para que Andalucía avance. Es un trabajo que hay que reconocer, que hay que honrarlo, que tiene un gran mérito porque se hace desde el absoluto altruismo, desde el convencimiento ideológico y desde la responsabilidad de querer contribuir desde lo unipersonal a un proyecto colectivo.
Los sindicalistas, lejos de todo ese estigma que se nos ha ido echando encima, somos trabajadores y trabajadoras normales que lo que queremos es ayudar, con una convicción personal de que creemos en la solidaridad, en el internacionalismo, en un Estado del bienestar, en la justicia social. Hay que dignificar el trabajo sindical que hacen todos los sindicatos, especialmente los sindicatos de clase, que tenemos un papel, que mucha gente no lo sabe, en la Constitución Española, que nos dota de esa capacidad de defender los derechos y los intereses de la clase trabajadora.
¿Cómo está viviendo las dudas que se están promoviendo desde algunos sectores respecto a derechos adquiridos por las mujeres o por la comunidad LGTBI, por ejemplo?
Hay una involución social que se quiere implantar, promovida por la extrema derecha fundamentalmente, en la que se quiere deteriorar a los sindicatos partidos, al Estado, a las instituciones, a los gobiernos. Se quiere plantear un escenario del 'sálvese quien pueda', retrocediendo en derechos, en libertades, en igualdad. Nosotros tenemos un compromiso contundente con la igualdad entre hombres y mujeres. Esa es la base de una sociedad justa. Si no hay igualdad, no hay justicia social. Y defendemos a los colectivos LGTBI. El amor es una cuestión libre y hay que respetarla, y el respeto es la base de la democracia. Nosotros amamos, cuidamos y trabajamos por la democracia, y por lo visto en este país no todo el mundo piensa así. Hay algún partido que va en sentido contrario, en friccionar a la sociedad, en socavar las libertades, en abrir zanjas o trincheras y en fracturar a la sociedad. Nosotros vamos en dirección totalmente opuesta: consolidar derechos, avanzar y cohesionar una sociedad que quiere vivir en paz, con respeto y con igualdad.
Yo creo que algunos consejeros y algunos partidos no entienden el papel de los sindicatos de clase. Nosotros tenemos un papel de reivindicación, pero de reivindicación enfocada a la resolución de los problemas, no de la reivindicación per se
Llevan meses reivindicando un buen funcionamiento de la sanidad pública en Andalucía. ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar para que la Junta de Andalucía atienda a sus reivindicaciones y las mejoras lleguen realmente a la ciudadanía?
El tema de la sanidad es una de nuestras principales preocupaciones. Yo suelo decir que la mayor democracia que hay es cuando dos personas de diferente estatus social se encuentran en la puerta de un hospital. La salud ahí equipara a todo el mundo. La sanidad en Andalucía viene tomando una deriva muy preocupante y alarmante. No porque lo diga la UGT, no porque lo digan los propios profesionales, que también, sino porque lo dice la sociedad. Esto es como la madre que iba a ver a su hijo desfilar al servicio militar y cree que todos van con el paso cambiado menos su niño que lo lleva bien. Todos los andaluces y andaluzas creo que no se pueden equivocar. Nosotros le hemos pedido a la consejera en varias ocasiones primero poder presentarnos, porque no la conocemos, y sentarnos para darle nuestro diagnóstico, nuestro punto de vista y nuestras aportaciones.
¿Por qué cree que no se quiere sentar con los sindicatos?
Yo creo que algunos consejeros y algunos partidos no entienden el papel de los sindicatos de clase. Nosotros tenemos un papel de reivindicación, pero de reivindicación enfocada a la resolución de los problemas, no de la reivindicación per se. No hacemos del medio un fin, sino que nosotros intentamos aportar, construir desde nuestra experiencia, desde nuestras exigencias, pero buscando soluciones. Y yo creo que la consejera en este momento no está entendiendo lo que la UGT de Andalucía le quiere trasladar, que es que queremos aportar soluciones, y las soluciones hay que construirlas, hay que trabajarlas y ella tiene ahora mismo la responsabilidad, y no está recibiendo ni siquiera los representantes de los trabajadores de la Mesa de Sanidad.
Ese no es el mejor camino para entender que, cuando hay un problema, se puede solucionar entre todos. Y ahí llegaremos hasta el final, porque de lo que estamos hablando es de la vida de las personas, de la salud de las personas. Y ahí la UGT está en una reivindicación absoluta de que el sistema de sanidad es una joya del conjunto de nuestra comunidad y que la vamos a defender hasta el final, recuperando que los sanitarios y los profesionales recuperen su carrera profesional, que se pongan en marcha las bolsas, que se cumpla con los acuerdos de atención primaria, que se atienda con calidad asistencial en la atención primaria y secundaria, que se reduzcan las listas de espera de operaciones, de pruebas diagnósticas. Vamos cubriendo etapas en función de la deriva que se vaya tomando y vamos a pelear con todos nuestros recursos y resortes para recuperar esa sanidad pública gratuita y de calidad.
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