Qué es el método OLÉ: cinco pasos para mantener tu casa recogida siempre

El método OLÉ: cinco claves para lograr un orden permanente.

María Del Peso

13 de febrero de 2025 12:43 h

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Mantener la casa limpia y organizada es una tarea constante que, en muchas ocasiones, puede volverse agotadora. En la rutina diaria, es común dejar pendientes ciertas tareas que, ya sea por falta de tiempo o simple descuido, terminan acumulándose y generando una gran carga mental. Esta dinámica de postergación, basada en la idea de “lo haré mañana”, se va instalando progresivamente en nuestro día a día y, sin darnos cuenta, puede alejarnos de nuestros objetivos, afectar nuestra calidad de vida e incluso influir en nuestro bienestar emocional.

Y es que nuestro hogar es mucho más que un espacio físico en el que vivir. “Un hogar desordenado puede ser indicador de varias cosas: de que faltan rutinas, de que existe desigualdad a la hora repartir las tareas, de que hay altos niveles de estrés, cansancio o hasta depresión”, explica la influencer Patricia Fernández en su libro Organiza tu Casa sin dramas (Cúpula). 

El método Olé, cinco pasos para un orden permanente 

Una vez somos conscientes de esto, podemos aplicar el método creado por la autora, fundamentado en cinco pasos clave: organizar, ordenar, cero ruido visual, limpiar y hacer equipo, cuyas iniciales dan el propio nombre a la técnica.

  • Organizar

El desorden también puede surgir por la falta de sistemas de organización, y en este caso la solución que propone la autora es bastante sencilla: se trata de implementar ciertos métodos y esforzarse por mantenerlos. Por muy evidente que parezca, esa fórmula de mantener cada cosa en su sitio es necesaria para mantener un orden constante.  Este primer paso es el más decisivo de todos y, en suma, consiste en tomar decisiones sobre las posesiones materiales, respondiendo a una serie de preguntas como: ¿Qué objetos no necesito? ¿A qué puedo darle un nuevo uso? o ¿Qué me resulta útil o me hace feliz?

  • Ordenar 

Fernández asegura que la clave para mantener el orden en el hogar es entender el por qué de ese desorden. Además, afirma que muchas veces el causante principal es la acumulación de objetos y ropa que no necesitamos. Esta práctica no solo perjudica al espacio donde vivimos en nuestro día a día sino también a nuestros hábitos de consumo basados en la impulsividad y carentes de la reflexión necesaria que nos lleve a saber lo que realmente utilizamos y de lo que podemos prescindir. Es tan simple como asignar un lugar fijo a los objetos que realmente tienen un propósito para nuestro hogar. 

  • 0 Ruido Visual

Muchas veces tendemos a asociar el desorden a algo puramente tangible. Lo cierto es que el primer contacto con un espacio físico es puramente visual, que a su vez puede volverse apacible o todo lo contrario. El término se refiere a la sobrecarga de estímulos visuales en un espacio, lo que puede generar ansiedad y dificultad de concentración. En un entorno donde buscamos un ambiente de calma y serenidad, es importante, según recomienda la autora, “minimizar la cantidad de elementos a la vista”. Ante esto, propone además el uso de organizadores y separadores. 

  • Limpiar

Si hemos seguido los tres pasos anteriores, enseguida nos daremos cuenta de que la tarea de limpieza va a volverse mucho más sencilla y rápida. Esta eficiencia se traduce también en evitar un desgaste personal en limpiar constantemente los mismos muebles o suelos sin lograr resultados duraderos. Ante esto, la autora plantea varios tips que ayudan a llevar estas tareas a cabo, pero la que más destaca es la “regla de los dos minutos”, que consiste en dedicar a cada tarea de limpieza organización menos de dos minutos. De esta manera, podremos “mantener el desorden a raya de una manera fluida y evitará que las tareas se acumulen”.

  • En equipo

Un último factor que, según Patricia Fernández, puede generar desorden son las relaciones personales y las emociones. El problema de las dinámicas interpersonales dentro de un hogar radica muchas veces en la no colaboración o el mal reparto de las tareas. En este caso, el desequilibrio de responsabilidades es igual a descontrol. Para esto, la solución que recomienda es crear una comunicación sincera y empática, basada en el entendimiento de lo que significa colaborar en base a la idea de que es responsabilidad de todos los que comparten el mismo techo mantener ese entorno en buenas condiciones.

Menos es más

Es cierto que, como toda rutina, lo más complicado es mantener esa constancia que exige.  La vida está llena de cambios, y la capacidad de adaptación es esencial para afrontar nuevas etapas sin que el desorden se apodere del entorno. Y es aquí cuando la premisa de “menos es más” que repite la autora cobra más sentido: “No se trata de llenar la casa de objetos, sino de conservar lo que realmente nos hace felices y contribuye a nuestra comodidad”. En este sentido, aprender a dejar ir es fundamental. Depurar, seleccionar y desprenderse de lo que ya no utilizamos nos permite abrir espacio para lo nuevo, generando una sensación de renovación y ligereza.  

Además del orden físico, hay elementos que influyen en la atmósfera del hogar, y la luz es uno de ellos. Potenciar la iluminación natural ayuda a generar una sensación de mayor calidez. Más allá de la decoración, también la manera en que llenamos cada rincón con detalles significativos y cariño nos permite “hacer hogar”.

El orden incorporado a nuestra forma de vida

El método OLÉ no solo es una estrategia para mantener la casa en orden, sino también una invitación a adoptar una forma de vida que nos ayuda a simplificar, organizar y buscar equilibrio en nuestro día a día. La clave está en aplicar estos principios con constancia, pero sin rigidez, disfrutando del proceso y haciendo del orden un hábito natural. Así, cada pequeño logro en esta transformación merece su propio ¡olé!

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