Trump pretende anular los indultos de Biden con la acusación sin pruebas de que no los firmó el expresidente

Donald Trump busca declarar nulos los perdones presidenciales de su predecesor, Joe Biden. “Los indultos que Joe Biden el somnoliento (sic) concedió al Comité no Especial de Matones Políticos, y muchos otros, quedan por la presente declarados NULOS DE PLENO DERECHO por haber sido hechos con una máquina de firmar”, escribió el presidente de EEUU en la red Truth.
Trump empleó el término autopen, que en inglés designa a una máquina que reproduce la firma manuscrita.
“En otras palabras, Joe Biden no los firmó, y lo que es más importante, ¡no sabía nada de ellos!”, insiste el mensaje.
Algunos asesores cercanos a Trump han dicho anteriormente que tampoco él escribe a menudo sus comentarios en la red Truth. Y que se suele poder detectar cuando sí es él quien los redacta por el uso liberal de las letras mayúsculas.
La misma afirmación la hizo Trump el domingo en el avión presidencial: “No es decisión mía —eso dependerá de un tribunal—, pero yo diría que son nulos de pleno derecho, porque estoy seguro de que Biden no tenía ni idea de lo que pasaba, y de que había alguien que usaba el autopen para rubricar y conceder los perdones”.
Estos comentarios llegan después de que la fundación Heritage, un think tank de derechas y trumpista, publicase un informe sobre el uso que Biden hacía de la máquina de firmar en el que se aseguraba que “quienquiera que controle” el dispositivo “controla la presidencia”. La web de verificación de datos Snopes desmintió este trabajo en un largo artículo en el que detalló las múltiples maneras en que las firmas de los presidentes estadounidenses se inscriben en los documentos. Entre ellas, el uso habitual de una firma modelo que, según un portavoz del Archivo Nacional, los funcionarios emplean “para crear la imagen gráfica de todos los documentos presidenciales publicados por el Registro Federal”.
La revista Smithsonian ha documentado que los presidentes de EEUU desde Thomas Jefferson han utilizado aparatos para firmar documentos con mayor eficiencia. Jefferson, tercer presidente del país (1801-1809), usaba un polígrafo, un dispositivo que le resultaba tan útil que él mismo reconoció que no podía “vivir sin él”.
La revista también recoge que Harry Truman fue “el primer presidente” en usar el llamado autopen tras la Segunda Guerra Mundial, y “que supuestamente [John F.] Kennedy también lo empleaba con asiduidad. Este uso por parte de la Casa Blanca fue un secreto bien guardado hasta que el Gobierno de Gerald Ford lo reconoció”, detalla.
Barack Obama, por su parte, se vio envuelto en una polémica en 2011 cuando firmó una prórroga del Patriot Act, la polémica ley de seguridad nacional, con una de estas máquinas. También lo hizo en 2013 para sancionar una ley del Congreso con la que se buscaba evitar el llamado “precipicio fiscal” por la entrada en vigor simultánea de nuevos capítulos de gasto junto a rebajas de impuestos.
“No está claro si Trump ha firmado leyes o directrices políticas con una máquina de firmar, pero algunas informaciones sugieren que sí firmó con el aparato algunos artículos que puso a la venta para su campaña electoral”, según Snopes.
Hay, además, precedentes jurisprudenciales que sugieren que Trump se equivocó al decir que los perdones, indultos y actos de clemencia deben firmarlos los presidentes personalmente.
El Departamento de Justicia planteó en 1929 que “corresponde exclusivamente al presidente decidir” el método por el que se otorga el perdón. Un tribunal de apelación federal resolvió el año pasado que los indultos presidenciales no tienen siquiera que estar por escrito.
El pasado 20 de enero, en su último día en el cargo, Biden concedió indultos preventivos a familiares suyos y a todos los miembros del comité de la Cámara de Representantes que investigaron el ataque con muertos al Congreso del 6 de enero de 2021, un suceso incitado por Trump para tratar de darle la vuelta a su derrota electoral frente a Biden en las elecciones de 2020. En el comité había dos opositores republicanos de Trump, Liz Cheney y Adam Kinzinger. Ni una ni el otro siguen en el cargo.
En su mensaje en la red Social, Trump escribió, de nuevo sin pruebas: “Los Documentos para el Perdón [que eran] requeridos no se le explicaron a Biden, ni este los aprobó. No sabía nada de ellos, y quienes sí lo hacían pueden haber cometido un delito”.
El mensaje continúa con otras aseveraciones infundadas de entornos derechistas respecto al uso de documentos por parte del comité: “Por lo tanto, aquellos que estaban en el Comité no Especial que destruyeron y borraron TODAS las pruebas obtenidas durante sus dos años de Caza de Brujas contra mí, y contra mucha otra gente inocente, deberían ser plenamente conscientes de que son objeto de investigación al más alto nivel”.
Algunos miembros del comité del 6 de enero declararon no querer el perdón de Biden y recalcaron que no habían hecho nada incorrecto.
Bennie Thompson, demócrata de Misisipi y presidente del comité, declaró a Axios: “No tengo miedo de la última invectiva de medianoche de Trump, que no tiene base real”.
Kinzinger escribió: “¡Por favor! ¡Lleváis amenazando con esto desde siempre! Atreveos, me aburro de esperar”.
Esto no quita que siga habiendo fuertes temores de una venganza en forma investigaciones y procesamientos, habida cuenta de que el Gobierno de Trump tiene en el punto de mira a abogados del gobierno que lo investigaron en sus dos procesos penales en el orden federal, así como a abogados del sector privado con vínculos con los demócratas.
Otros beneficiados por los indultos preventivos de Biden fueron Anthony Fauci, el asesor de salud pública que adquirió notoriedad durante la COVID, y Mark Milley, un general retirado y antiguo jefe del Estado Mayor Conjunto que tachó a Trump de “fascista hasta la médula” y ha admitido que teme que el presidente se quiera vengar.
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