Feijóo deja solo a Mazón ante su investigación judicial

El tiempo político del PP se ha acelerado en la última semana. El combustible ha sido el fiasco del congreso del PP Europeo (PPE), que finalmente se celebrará en València el mismo día en el que se cumplirán seis meses de la DANA del 29 de octubre, unido al demoledor auto judicial que tumba las coartadas y versiones ofrecidas por los máximos dirigentes de la Generalitat valenciana para intentar exculparse de la gestión de unas riadas que provocaron al menos 228 muertos. La huida hacia adelante del president, Carlos Mazón, y el estropicio estratégico y comunicativo que le está haciendo a Alberto Núñez Feijóo parecen haber hartado al líder del PP que casi de un día para otro ha pasado de fiar el futuro del president a la “reconstrucción” a no mencionarla y comprometerse él mismo a depurar “las responsabilidades” de lo ocurrido.
Feijóo sigue sin tener una salida fácil para la enorme crisis política que tiene abierta hace más de cuatro meses en uno de los principales caladeros de votos de la derecha. Siempre que el PP ha gobernado en España ha tenido un apoyo potente de los electores valencianos, tanto a nivel estatal como autonómico. De ahí que el líder de la oposición haya ido con pies de plomo. Como intentó explicar en una entrevista en Telecinco el 24 de febrero, las decisiones se toman con un criterio principal: no perder el control de la Generalitat. “Nos interesa seguir gobernando”, dijo.
Las palabras de Feijóo coincidieron en el tiempo con el intento de redención de Mazón en Madrid, que perdió la oportunidad de congraciarse con los suyos. No habló casi de la reconstrucción, sino que intentó protegerse. Justificó sus ausencias la tarde de la DANA y comenzó a romper el último hilo que le unía políticamente con la dirección nacional y los demás barones autonómicos del PP.
Pero esta semana la crisis interna ha aumentado de volumen hasta que, de forma inesperada, el PP filtró el jueves que el congreso del PPE finalmente se celebraría en València, tal y como estaba previsto. La información no la conocían ni en el PP de Madrid, cuyos dirigentes estaban ya haciendo gestiones para encontrar espacios disponibles suficientes para congregar en la capital a las decenas de personas que desembarcarán en el cónclave del principal partido del Parlamento Europeo.
Había pasado justo una semana desde que Feijóo en persona anunciara su intención de llevarse el cónclave a otra ciudad. Lo hizo tras reunirse con algunos de los líderes más poderosos de Europa, desde Ursula von der Leyen a Friedrich Merz, pasando por Donald Tusk o Antonio Tajani.
Pero el jueves por la mañana los eurodiputados del PP se desayunaron con un email del jefe continental del partido, el alemán Manfred Weber: “Deseo informarles que, después de considerarlo, continuamos con los preparativos para nuestro congreso, que se celebrará en València”. La sorpresa en las delegaciones nacionales en Bruselas fue similar a cuando exactamente una semana antes Feijóo anunció, sin pregunta de por medio, su intención de llevarse el congreso de València.
La lectura que hacen desde la capital política europea es que el pulso “lo ha perdido Génova”. “No son capaces de ver las consecuencias”, señalan las mismas fuentes. Porque el temor a una virulenta reacción de las víctimas de la DANA y un amplio sector de la sociedad valenciana sigue vigente. De hecho, la inauguración del congreso, el 29 de abril, coincide con los primeros seis meses desde las riadas.
Otras fuentes muestran su extrañeza porque Weber mencione algunas “consideraciones”. El cambio de sede del congreso no iba a ser gratis para el PP ni para el PPE. Los preparativos para el cónclave habían comenzado en el verano de 2024 y a mes y medio del evento los anfitriones ya habían firmado muchos contratos: alquiler de espacios, caterings, montajes y desmontajes, hoteles, restaurantes y otros servicios.
El medio especializado Politico recogió las dudas internas en el PPE sobre la conveniencia de cambiar el congreso de lugar y la pugna interna sobre quién debería asumir el coste del traslado. El PP español no quiso responder a sus preguntas.
Incluso el PPE ya había solicitado formalmente al Parlamento Europeo ayuda para el sistema de traducción simultánea, un servicio que sufraga el organismo al ser una actividad política relacionada con sus competencias. La petición se formuló en diciembre. La respuesta afirmativa llegó el 23 de enero. Para entonces, el PP español ya sabía que el congreso iba a coincidir con plenos parlamentarios, la excusa que posteriormente esgrimió Feijóo para intentar cambiar la localización de la cita.
Diferentes fuentes consultadas por elDiario.es atribuyen la decisión final precisamente a la cuestión económica, aunque no todo el mundo cree que sea algo tan relevante como para mantener el congreso en València. Aunque los actos oficiales del cónclave se celebrarán en la Fira de València, un centro de ferias a las afueras de la ciudad, el temor a que los manifestantes copen los titulares es más que evidente.
Es cierto que Feijóo aseguró que la decisión final se tomaría en “horas” o “días”, pero también que la diferencia en cómo se comunicó una idea y la otra reflejan una contrariedad para la dirección del PP español, ya que el futuro cónclave europeo eclipsó la reunión que el líder de la oposición iba a mantener ese mismo día con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a cuenta del aumento del presupuesto para defensa.
Feijóo compareció ante los periodistas en una atestada rueda de prensa en el Congreso que quiso centrar, sin mucho éxito, en la importante materia que acababa de discutir con Sánchez. En el turno de preguntas le cuestionaron sobre el futuro de Mazón y del congreso del PPE. Feijóo intentó no responder y ante el revuelo de los informadores intentó derivar la pregunta a otro momento.
Respondió al final de la comparecencia. “Comprenderán que no es el tema de hoy”, apuntó primero. “No me gusta cambiar de opinión ni cada 15 minutos ni cada semana”, añadió, casi cuando se cumplían siete días exactos del anuncio sobre el congreso en València. “Dejemos que las cosas transcurran y sigamos atentos a los hechos”, señaló, para concluir: “Los hechos es que hay un auto que imputa a una exconsellera y a un exdirector general. Esos son los hechos”.
Compromiso con las víctimas
No es la primera vez que Feijóo ve cómo los problemas de Mazón ensombrecen su estrategia mediática. Cuando literalmente todo el mundo está pendiente del rearme, de Donald Trump, Ucrania, Rusia y los fondos europeos, al líder del PP se le escucha más hablar de la interna de su partido que de los problemas de la gente. No porque él no lo intente, sino porque la atención mediática está centrada en un asunto que está sin resolver.
Apenas 24 horas después, Feijóo se fue a Valladolid a visitar una bodega con el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. El líder del PP habló de aranceles. De autónomos. De impuestos. Y, otra vez, las preguntas estuvieron dominadas por la DANA de 2024, la gestión de Mazón y el congreso de València.
Y Feijóo dio un paso que hasta ahora no había dado. En su respuesta dejó de mencionar la “reconstrucción” de Valencia, el 'macguffin' discursivo con el que el PP había convenido dar largas a las preguntas sobre Mazón. Hasta ahora, tanto el líder como el resto de portavoces habían hecho hincapié en la necesidad de que el presidente se mantuviera al frente de la Generalitat para asumir la tarea de devolver a la provincia a su ser previo a la DANA. Y sería esa “reconstrucción” la que determinaría si Mazón podía seguir o no.
Era una forma de ganar tiempo mientras Feijóo buscaba una salida que no ha llegado. Vox no parece estar por la labor de dejar caer a Mazón, o al menos no de momento. Y cualquier relevo al frente de la Generalitat pasa por el voto favorable de los de Santiago Abascal. La alternativa de ir a elecciones ni se la plantean en Génova porque, como quedó dicho, “interesa seguir gobernando”. Y, hoy por hoy, eso no está garantizado.
El líder del PP apretó aún más al asumir un compromiso en primera persona con las “víctimas” de la DANA. Feijóo dijo en Valladolid querer “saber qué pasó, quiénes fueron los responsables y que se investigue hasta el final”. “Los 227 muertos en Valencia [esta semana la cifra ha aumentado a 228] necesitan que los políticos investiguemos y asumamos las responsabilidades que nos corresponda”, añadió.
La referencia a la responsabilidad política va más allá de la mera referencia a un auto judicial que, por cuestión de aforamiento, no alcanzó a Mazón. “La investigación es lo mínimo que podemos ofrecer desde la política a las víctimas. La vida ya no se la podemos devolver, pero al menos la dignidad a sus familias”, añadió, para concluir: “Es un compromiso que yo asumo como presidente del primer partido de nuestro país”.
Hay varias comisiones de investigación abiertas en estos momentos. Ya están en marcha la de Les Corts y otra de la Diputación de Valencia. Y están a punto de arrancar sendas en el Congreso y el Senado. A ellas se refirió Feijóo, quien también aludió a la instrucción judicial: “Hay un auto, y, por lo tanto, esperemos al contenido y alcance del mismo y al contenido y alcance de la investigación”.
Se trata de todo un giro para quienes han seguido al detalle la evolución del discurso de Feijóo sobre su barón. En el horizonte del PP aparecen dos hitos relevantes que la dirección quiere que Mazón no contamine siquiera con su presencia. Además del de València, a finales de marzo se reunirán en Sevilla diputados tanto autonómicos como estatales y europeos en una reunión Interparlamentaria.
A dos semanas vista, no está claro si la cita contará con una presencia más o menos amplia de barones autonómicos. De ir, es imposible que se escapen de tener que responder sobre su compañero valenciano. Y aunque en privado hay quien sostiene que el trato que se está dando a Mazón es “injusto”, la realidad es que en público prefieren no tener que hablar. Algunos presidentes que sí tienen en agenda el evento de Sevilla están a la espera de que les confirmen qué se espera de ellos.
La semana de aceleración ha concluido con una imagen que muestra cómo el enfado de las víctimas de la DANA no solo no está remitiendo, sino que va en aumento. Un grupo de afectados se desplazó el viernes a Madrid a anunciar querellas por homicidio. Después, marcharon a la sede nacional del PP, en la madrileña calle de Génova.
Allí se plantaron una decena de víctimas con carteles. Algunos intentaron acceder al edificio a presentar una queja formal y a ser recibidos por alguien del partido, sin ningún éxito. Al poco aparecieron una veintena de agentes de la Policía Nacional fuertemente pertrechados, además de algunos de la Policía Local. Tomaron los datos de los presentes y les obligaron a protestar desde la acera opuesta a la sede del PP.
Lejos de remitir, la marea de indignación provocada por la gestión de la DANA sigue subiendo. Y ya ha tocado la sede nacional del PP. Demasiado quizá hasta para un político de ánimo templado como Feijóo.

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