La aplicación del Museo del Prado que permite radiografiar los cuadros para determinar autoría, lugar y fecha

'El rapto de Europa' de Rubens,  uno de los cuadros sobre los que Aracne ha ofrecido valiosa información

Raquel Sáez

26 de marzo de 2025 09:07 h

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El famoso retrato de Felipe II expuesto en el Museo del Prado no se pintó en 1565, sino que su creación hay que retrasarla a 1573, porque se ha comprobado que está pintado sobre el mismo lienzo que el retrato de Ana de Austria. El óleo El general de artillería, que tradicionalmente ha sido atribuido al pintor barroco Francisco Rizzi, en verdad fue obra de Herrera el Mozo. Y las copias que hizo Rubens de los cuadros de Adán y Eva y El Rapto de Europa de Tiziano fueron pintadas en Madrid y sobre lienzos que procedían del mismo rollo de tela.

Todos estos hallazgos han sido posibles gracias al uso del software Aracne, que analiza los hilos de los lienzos para estudiar las telas empleadas en pintura de caballete y poder así determinar la autoría, lugar y fecha de realización de un cuadro y su relación con otras obras.

Aracne, fruto de diez años de investigación de la Universidad de Sevilla en colaboración con el Prado, llega para facilitar la vida a los investigadores y para alimentar la curiosidad del público. El estudio minucioso de las telas sobre las que fueron pintados los cuadros originalmente eran imposible en muchas ocasiones, ya que los cuadros habían sido reentelados para su protección, con lo que la capa de pintura tapaba el anverso y la nueva tela el anverso. 

El reentelado ha sido empleado en la pintura sobre lienzo de todos los países durante siglos, aunque en el caso de España esta práctica fue aún mayor, explica el Museo del Prado en un comunicado. El motivo: el incendio que destruyó el Real Alcázar de Madrid durante el reinado de Felipe V en 1734, que se propagó rápidamente y arrasó con gran parte de las obras de arte de la colección real. 

Las salvadas tuvieron que reentelarse y eso supone que, en la mayoría de las obras que han formado parte de la colección real española, no se pueda apreciar el tejido original utilizado por el pintor. Y ese proceso ha terminado ocultando algunos datos relevantes, como la autoría, el lugar y la fecha de realización de un cuadro y su relación con otras obras.

Radiografiando los cuadros del Museo del Prado

“La forma que tenemos para estudiar las obras es a través de la radiografía”, explica Laura Alba, del gabinete de Documentación Técnica del Museo del Prado, en un vídeo colgado en las redes del museo. Así, los pintores clásicos utilizaban normalmente tejidos hechos en un hilo de urdimbre y un hilo de trama, o un tejido italiano de espiga o en diagonal, “como la del pantalón vaquero”, que usaban los pintores italianos como Tiziano.

Sin embargo, el Greco o Velázquez utilizaban tejidos con dibujos conocidos como telas “de mantel”, porque “realmente eran manteles que se usaban en las mesas y que se reutilizaban para pintar los cuadros”.

En general, los pintores utilizaban telas fabricadas para uso cotidiano como ropa blanca, tiendas de campaña o velas de barcos, elaboradas en telares manuales con lo que la urdimbre es característica de cada de cada telar y permite determinar si dos tejidos procedían del mismo rollo.

Como los talleres compraban grandes cantidades de tela que luego iban cortando a medida que iban trabajando, es posible establecer que varios de ellos proceden del mismo rollo de tela, por lo que la atribución debe ser la misma y la fecha de realización también, continúa. 

Una tecnología abierta al público

Aracne se puede descargar gratuitamente a través de la página web del Museo Prado, que detalla la metodología de uso y el origen del proyecto, además de algunos ejemplos en los que ha sido capital la intervención de esta aplicación, que pretende ayudar a los especialistas para un mejor conocimiento de la pintura.

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