Una historiadora del arte resuelve el misterio del retrato de Van Dyck robado hace 73 años

Durante más de siete décadas, el paradero de un retrato del pintor flamenco Anthony van Dyck, robado en 1951 de una mansión en Northamptonshire, fue un enigma. Ahora, una investigación llevada a cabo por la historiadora del arte Meredith Hale ha reconstruido la intrincada historia del cuadro y ha permitido su devolución a sus legítimos propietarios.
Un robo detectado años después
El Retrato de Wolfgang Wilhelm de Pfalz-Neuburg, una de las 37 pinturas que conformaban el proyecto inconcluso de Van Dyck conocido como Iconografía, fue sustraído de Boughton House, residencia del duque de Buccleuch y Queensberry. Sin embargo, la desaparición del cuadro no fue detectada hasta seis años después, cuando la duquesa Mary Montagu Douglas Scott lo vio expuesto en una galería de la Universidad de Harvard.
La reconstrucción del caso
El caso ha sido resuelto gracias a un minucioso trabajo de archivo. Hale, profesora de Historia del Arte y Cultura Visual, dedicó un año a analizar documentos de casas de subastas, galerías y colecciones privadas, desentrañando el recorrido del cuadro desde el Reino Unido hasta América del Norte. Según su investigación, publicada en el British Art Journal, el robo se habría producido en julio de 1951, cuando Leonard Gerald Gwynne Ramsey, editor de la revista The Connoisseur, visitó Boughton House con un fotógrafo para documentar su colección de arte.
Ramsey, quien gozaba de prestigio en el mundo del arte, aprovechó su acceso a la mansión para sustraer el retrato. Su motivación, según revelan las cartas analizadas por Hale, era puramente económica: pretendía vender dos cuadros para poder comprar cortinas nuevas. Para legitimar la venta, contactó con el historiador del arte Ludwig Goldscheider, quien emitió un certificado de autenticidad que posteriormente desmentiría.

Un cuadro que cambió de manos varias veces
El cuadro fue vendido de forma anónima en Christie's en 1954 por 189 libras. Un año después, apareció en una galería de Nueva York y pasó a manos de otro marchante, quien lo restauró antes de venderlo a la coleccionista Lillian Malcove por 2.700 dólares. Malcove lo donó en 1960 al Museo de Arte Fogg de Harvard, institución que posteriormente lo transfirió a la Universidad de Toronto tras la muerte de la coleccionista en 1981.
Cuando en 1960 la duquesa de Buccleuch comenzó a cuestionar la procedencia del cuadro, la Universidad de Harvard trató de esclarecer su origen. En su defensa, Ramsey aseguró que lo había comprado en un mercadillo en Hemel Hempstead y trató de desacreditar la autenticidad del retrato. Sin embargo, su credibilidad se desmoronó cuando Goldscheider, quien había certificado la obra inicialmente, se retractó.

Tras más de 70 años de incertidumbre, la investigación de Hale ha permitido confirmar que el cuadro de la Universidad de Toronto era, en efecto, el retrato robado de Boughton House. Como resultado, el comité ejecutivo de la universidad ha votado a favor de devolverlo a sus legítimos dueños, cerrando así un largo capítulo de desapariciones y engaños en el mundo del arte.
Un sistema de autenticación vulnerable
El caso es especialmente relevante porque pone de manifiesto la fragilidad del sistema de autenticación de obras de arte. Hale destaca que el robo fue posible gracias a la confianza depositada en una figura reconocida del sector, lo que evidencia la necesidad de protocolos más rigurosos para evitar casos similares en el futuro. “Este no fue solo un robo de arte, sino una violación de la confianza entre historiadores, museos y coleccionistas”, señala la investigadora.
Recuperaciones de arte a nivel global
Este caso se suma a otras investigaciones y operaciones internacionales que buscan recuperar el patrimonio cultural robado. En la última década, INTERPOL ha coordinado operaciones como la Operación Pandora VIII, que permitió recuperar 6.400 objetos culturales robados y arrestar a 85 personas en múltiples países. La organización también ha desarrollado la aplicación móvil ID-Art, que permite a museos, coleccionistas y autoridades verificar en tiempo real si una obra de arte ha sido reportada como robada.
Además, existen precedentes de recuperación de obras en otros países. En 2025, la INTERPOL Argentina recuperó 29 piezas de arte robadas, involucrando a galerías de renombre en los allanamientos. En España, dentro de una operación internacional, se lograron recuperar 7.700 bienes culturales, incluyendo esculturas, pinturas y documentos históricos. Estas acciones reflejan los esfuerzos globales por combatir el tráfico ilícito de arte y preservar el patrimonio cultural.
El destino del retrato recuperado
El regreso del Retrato de Wolfgang Wilhelm de Pfalz-Neuburg ha restaurado la integridad de la serie de bocetos de Van Dyck en Boughton House, completando un conjunto que había permanecido incompleto durante más de medio siglo. Sin embargo, el caso deja una pregunta abierta: ¿cuántas otras obras de arte siguen ocultas tras historias de ventas fraudulentas y certificados de autenticidad dudosos?
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