Montoya logra su ansiado salto a la fama y convierte en fenómeno viral mundial a 'La isla de las tentaciones'

Montoya viendo a su novia Anita en 'La isla de las tentaciones'

Marcos Méndez

MONTOYA POR FAVOR es la frase del momento. No importa si eres espectador o no de La isla de las tentaciones, y ya ni tan siquiera importa si eres español y ves Telecinco. Puede que no tengas ni idea de qué programa es, que ni hayas oído hablar nunca de la cadena, y que por supuesto sea la primera vez que veas al concursante del reality. La Montoyamanía se ha convertido en un fenómeno mundial. Y no es broma.

Gran parte del mérito hay que atribuírselo al equipo de Cuarzo Producciones, la productora que se encarga del programa y que se las apañó para convertir uno de los mayores dramones en la historia del formato en lo que las redes rápidamente definieron como “esto es cine”. Y el caso es que realmente ha llegado a Hollywood.

La presentadora Sandra Barneda reuniendo a Montoya al lado de la playa y plantándole ante una pantalla gigante para que él mismo pueda ver lo que en ese momento estaba haciendo su novia (documental). Ella en la cama con Manuel (drama). Él desesperándose al ver cómo se besan, pasando de los gritos histéricos de “¡Azquerozaaa!” a un educado y dulce “¿Puedo irme? ¿Puedo irme a la playa?” (comedia). Su arranque a correr mientras la presentadora le gritaba el ya mítico “Montoya por favor” (acción). Su sprint por la playa rumbo a la Villa de las chicas (aventura). Descubrir que aunque el programa graba recursos de la separación entre las dos Villas, en realidad se llega por la playa en pocos minutos (ciencia ficción). Y mientras los espectadores veíamos cómo Anita lo estaba dando todo con el tentador, su llegada exaltado gritando “¡Me has destrozadooo!” (bélico). Y su reunión con Anita, que con la camiseta de Manuel y tras haber tenido que “desencajarse” de él, se pone a llorar y a decirle que en realidad quiere irse con él (dramedia). Un minuto de cine que reúne todos los géneros.

Y de ahí, a ser un fenómeno viral mundial. Buena parte de “culpa” la tienen estos tuit, de una cuenta con 2,1 millones de seguidores, que superan los 110 millones de visualizaciones el primero, y los 43 millones de visualizaciones el segundo (cuando escribimos este artículo, al ritmo que va seguramente para cuando se publique se ha duplicado):

Hay otros muchos vídeos subidos a redes sociales que superan el millón de visualizaciones. Repetimos, diciéndolo de otra forma: muchos vídeos con millones de visualizaciones de Montoya en La isla de las tentaciones comentados en todos los idiomas, especialmente inglés y francés.

Y la locura se ha convertido en un reclamo de conocidísimas marcas de todo el mundo: la han usado los clubes alemanes del Borussia Dortmund y el Eintracht de Frankfurt, el equipo brasileño del Flamengo, el neerlandés Ajax, el francés PSG, la empresa KFC Francia jugando con sus competidores, Playstation, los Grand Slam de tenis de Roland Garros y US Open, el Mundial de Fútbol de la FIFA, la selección francesa de fútbol, la liga francesa de fútbol, Canal+ Francia y hasta Eurovisión. Incluso se ha traducido y subtitulado a otros idiomas, como en francés, y ha servido para que el editor adjunto del Huffpost en Estados Unidos, Philip Lewis, le diga a sus 414.000 seguidores “Montoya recordándole al mundo que los españoles son los putos amos del drama en TV”.

En España, la cadena Gol Play, las plataformas Netflix, Disney+ y Max, el club Atlético de Madrid, el Circuit de Catalunya, o la liga de fútbol y de baloncesto ACB también se han subido a la ola del fenómeno, articulada en torno a la ya icónica frase “MONTOYA POR FAVOR” y a su carrera huyendo del equipo del programa para colarse en la Villa de las chicas.

En realidad sólo hemos resumido algunos ejemplos, porque hay muchísimos más. Y siguen surgiendo, porque visto el éxito, más marcas quieren subirse al carro y hacer distintas bromas y memes para ver si logran ser virales y apuntarse ese tanto de “visibilidad”.

El fenómeno viene a demostrar el impacto que tiene el formato Mediaset. Tanto en sus audiencias, con récord el lunes día 3 para La isla de las tentaciones (18.5% y 1.368.000) y buen dato en el access del miércoles 5 (12.4% y 1.573.000), como sobre todo a nivel digital. El grupo remitió una nota de prensa este jueves 6 en la que presumía de que el reality había logrado su mejor dato digital histórico y copar 9 de las 10 emisiones más vistas en diferido en enero.

Con la Montoyamanía desatada esta semana, no sería de extrañar que ese récord se supere en febrero, aunque lo cierto es que Telecinco no ha podido capitalizar el éxito viral en sus propias cuentas, sino que se ha dado por vídeos extraídos de su emisión y subidos por distintos usuarios. De hecho, cadena y grupo han llegado un poco tarde al fenómeno, con tuits ya el viernes 7 tanto de Telecinco como de Mediaset, y hasta lo ha analizado en Noticias Cuatro. El peligro de las redes.

Montoya logra su ansiado salto a la fama

Más que “La isla de las tentaciones”, el fenómeno es “Montoya”. La frase que ha quedado es esa, con su nombre, y las imágenes que se comparten son las suyas. Por lo que, de rebote y sin pretenderlo, se ha convertido en el meme del mundo en redes sociales. Sin pretenderlo, pero sí deseándolo.

“Es como si se hubiera sacado por fin la oposición de famoso”, ironizaba estos días @BrioEnfurecida. Y ese “por fin” es un matiz importante, porque uede decirse que Montoya no haya intentado por casi cualquier medio entrar al mundo de la televisión y la fama.

En el año 2019 (y con un look capilar muy diferente), ya apareció en El Chiringuito de Jugones como cantante de nombre artístico D'Montoya para interpretar su tema 'Vaya tela con la Manuela'.

En esa etapa como cantante se prodigó por varios platós de televisión. Se le pudo ver en Sálvame presentando su canción 'Conchita la chica pija', pero su tournée también le llevó a Qué tiempo tan feliz con María Teresa Campos, y a Canal Sur.

Su paso por Telecinco pareció abrirle las puertas de Mujeres y Hombres y Viceversa, programa en el que participó en el año 2020. Fue pretendiente de una tronista que, años después, se convirtió en tentadora VIP precisamente de La isla de las tentaciones: Carmen Saavedra.

En 2022 participó en otro formato británico de búsqueda de pareja como The language of love, presentado por Ricky Merino para Channel 4 en Reino Unido y en el que tenían que intentar conocerse y ligar pese a hablar en diferentes idiomas.

En 2023 tuvo su primer gran salto como participante de El Conquistador en TVE, que aunque el nombre no lo parezca le permitió salir de su registro de programas de citas. Hizo un buen papel, siendo el último expulsado antes de la final, lo que le situaría como octavo clasificado. En ese año también fue en las listas del partido político Utrera+, para la alcaldía de su pueblo sevillano.

Su ansiado salto a la fama lo ha conseguido, y como hemos repasado a nivel mundial, gracias a su participación en La isla de las tentaciones 8. Y parece que será sólo el principio.

En la gala de GH Dúo de este pasado jueves 6 de febrero, Telecinco presentó el arranque de Supervivientes 2025, y la presentadora Sandra Barneda vino a confirmar los rumores de que Montoya será uno de los concursantes al ser preguntada por el casting: “Lo iremos desgranando cuando Montoya salga de la otra isla”, dijo con ironía.

El máximo exponente de la contradicción del espectador

El caso de Montoya es paradigmático de cómo los espectadores somos crueles y mentirosos.

Crueles, porque nos gusta ver a los protagonistas de los realities sufrir lo más posible. La gran estrella de esta edición es Montoya por su desesperación al ver cómo su novia Anita le pone los cuernos y él reacciona rompiéndose la camisa, gritando al cielo, corriendo en forma de huída, o buscando un enfrentamiento directo. Cuanto más sufre él, más nos gusta a los demás.

Mentirosos, porque al mismo tiempo son los perfiles que más criticamos. Nos gusta que los personajes estén al borde de la incorrección, de pasarse de la raya. Nos gusta que “den juego”, que “hagan televisión”, que nos entretengan. Pero en cuanto van un pasito más allá y consideramos que han superado los límites, son a los que más criticamos, hasta llegar a crucificarlos y cancelarlos.

En La isla de las tentaciones, Montoya ha logrado el punto justo para ser el gran protagonista de la edición y que se le perdonen sus patadas a la tablet, sus gritos con insultos, o sus carreras desesperadas. Ojalá, por el bien televisivo y sobre todo por el suyo propio, en Supervivientes mantenga esa imagen y que la distinta dinámica del reality no transforme esos arrebatos de pasión y agresividad en riesgo incluso de expulsión disciplinaria.

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