Es el edificio más visitado tras la Casa Blanca en Estados Unidos y fue casa de Elvis Presley

Fotografía de archivo de autobuses turísticos durante una visita a Graceland, antigua mansión de Elvis Presley en Memphis (EE.UU.).

Andrea Blez

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Es el edificio civil más visitado de Estados Unidos después de la Casa Blanca y la propiedad privada que más visitantes recibe. De sobra conocida es Graceland, la que fuera casa de Elvis Presley y que se ha convertido en museo y lugar de peregrinación para los fans del cantante y del rock y la música en general.

Un lugar que recientemente ha sido noticia por una supuesta subasta que ha resultado ser una estafa a la familia Presley tras la muerte de Lisa Marie, hija del cantante, como ha sentenciado un juzgado a favor de la demanda presentada por la actriz Riley Keough, nieta del artista e hija de la fallecida. Así, no peligra la propiedad de Graceland, que se puede seguir visitando en Memphis.

Graceland: el sueño americano de Elvis Presley y su lugar de descanso

El 17 de marzo de 1957, Elvis Presley compraba por unos 100.000 dólares una mansión colonial de estilo criollo y toques georgianos en Memphis, la ciudad donde había crecido y había sido descubierto. De hecho, la influencia del blues que impregnaba las calles de la ciudad se notaría en su estilo y le darían el toque distintivo.

Graceland se sitúa en el barrio de Whitehaven, a unos 20 minutos en coche del centro de Memphis, capital de Tennessee, y en ella no solo se visita el interior de la que fue casa y lugar de descanso del Rey del rock, sino también su tumba, que se encuentra en torno a una fuente, junto a las de sus padres y su hermano gemelo, Aaron, muerto al nacer. Fue en Graceland precisamente donde Elvis Presley moría en 1977 de un paro cardiaco, pero donde también pasó algunos de sus mejores momentos, como él mismo reconoció en varias ocasiones, y donde cumplió el sueño americano para sus padres.

La visita a Graceland: una jungla y una colección de coches

En 1982, tan solo cinco años después de la muerte del considerado Rey del rock, Priscilla Presley abría las puertas de Graceland para los visitantes, una decisión propiciada por los problemas económicos y el alto coste de su mantenimiento. Desde entonces, la residencia está abierta al público y se puede realizar visitas guiadas.

Un tour guiado por Graceland que vale desde alrededor de 35 euros a más de 140, dependiendo la exclusividad del tour, y en el que se puede pasar por las diferentes estancias en las que ver el carácter y los gustos del cantante, pero también sus excentricidades, lo que la hacen un lugar original y sorprendente.

De lo que más llama la atención a los visitantes es la llamada habitación jungla, y la extensa colección de coches y motor. El primer lugar es una sala decorada con muebles de madera tallada traídos directamente por el cantante desde Hawái, con objetos de la Polinesia, criaturas de piel, e incluso por una cascada en una de las paredes, que se completa con una alfombra de suelo y de techo. Esto facilitaba una buena acústica en la sala, pues al final se acabó convirtiendo en una sala de estudio improvisada, donde se llegaron a grabar algunas canciones del último disco de Elvis Presley, que bautizó esta estancia como ‘La Guarida’.

El otro punto que llama la atención es la colección de motor que Presley acumuló en vida, donde se reúnen más de 20 automóviles y motos, destacando varias Harley, un Rolls-Royce Nube Plateada, una limusina Mercedes 600, así como el Cadillac rosa de 1955 que le regaló a su madre, a pesar de que esta nunca se sacó el carné de conducir.

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