La huella inglesa en Menorca: gastronomía o palabras que dejaron en la isla

Vista del litoral del municipio de Mahón, Menorca, en una imagen de archivo.

Andrea Blez

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El 27 de marzo de 1802, la isla de Menorca volvió a ser española. Con la firma del Tratado de Amiens se ponía fin a la guerra entre el Reino Unido y Francia, pero España como aliada de los franceses recuperaba así la isla que había perdido durante la guerra de sucesión española a principios del siglo XVIII, y con ello puso fin al dominio británico, que estaba especialmente interesado en zonas portuarias como Mahón. De esos 70 años quedarían huellas en la sociedad menorquina, que se pueden apreciar actualmente.

La huella británica en la gastronomía de Menorca

En la gastronomía típica de Menorca se pueden degustar varios platos, postres y bebidas que recuerdan los años que la isla estuvo bajo dominio británico. Una de las más destacadas recetas que han dejado impronta de los ingleses es el Brou de xenc, que se basa en un antiguo plato que se elabora con carne de buey.

Pero uno de los productos más característicos de la cultura menorquina es el Gin, que se comenzó a producir de forma local al ser muy popular en las tabernas, en este caso con alcohol vínico, bayas de enebro y selección de hierbas aromáticas y que se suele combinar con doble de limonada dando lugar a la bebida llamada pomada.

En cuanto a los dulces, es típica de las islas la Greixera dolça, una versión de un pudin inglés o de lo que en francés se conoce como boudin. Una de sus variedades más habituales es la de calabaza.

Los anglicismos y expresiones de herencia británica en el menorquín

Más allá de la gastronomía, en el vocabulario menorquín es donde más evidente resulta el dominio británico que tuvieron durante 70 años, en los que se mantuvo la lengua propia de las islas y que hizo que muchos de los vecinos simpatizaran con estos.

Así, el inglés se puede leer con varias expresiones, vocabulario y costumbres que dejaron. Siendo un ejemplo de esto palabras como grevi para designar la salsa gravy o el escrú que se refiere al destornillador, que proviene del inglés screw.

En palabras compuestas también hay huella del inglés en el menorquín, por ejemplo, en el hecho de que el ojo morado se llama ull blec, que haría referencia a ojo en catalán (ull) y black en inglés que significa negro. Curioso es también el hecho de la expresión “hay cuatro gatos” en menorquín se traduce como “quatre mens i un boi” que es una versión de four men and a boy.

La arquitectura de Menorca que recuerda a la inglesa

La arquitectura también es otra de las huellas que los británicos dejaron en Menorca, fundando poblaciones como Villacarlos, que se llamó en su origen Georgetown, junto en la entrada del puerto de Mahón, que era uno de los enclaves favoritos del dominio inglés, y en el que se puede apreciar arquitectura de estilo georgiano del siglo XVIII.

Así también, en las casas típicas de Menorca se pueden encontrar las llamadas ventanas de guillotina inglesas, o las tribunas, que tienen nombre en menorquín como boinders, que son las bow window en inglés.

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