Belén López, una mirada feminista para liderar CCOO en Catalunya: “No puede ser que las mujeres abdiquen de su vida”

Que una mujer asuma el liderazgo de un sindicato no debería ser noticia. Pero aún lo es. Belén López se convertirá este jueves en la nueva secretaria general de Comisiones Obreras en Catalunya. Sustituirá a Javier Pacheco al frente de un sindicato con 147.000 afiliados con un propósito: defender el núcleo de sus valores.
López tiene 48 años y es licenciada en Ciencias Políticas por la Universitat Autònoma de Barcelona. Creció en una colonia industrial, la de La Farga Lacambra, dedicada a la fundición de cobre y situada en les Masies de Voltregà (Barcelona). Cuando nació, sus padres la llevaron a que la condesa Lacambra la conociese. Era un ritual habitual entre los trabajadores de la fábrica y suena tan feudal como lo era.
En la colonia todos hablaban gallego porque eran familias que procedían de allí. Fue en la escuela donde aprendió catalán y ya en el instituto, en Manlleu, descubrió unas inquietudes sociales y una conciencia de clase que han marcado su trayectoria vital y profesional.
Siendo adolescente empezó a practicar el voluntariado en una residencia de ancianos. Fue allí donde se dio cuenta de la falta de reconocimiento de las cuidadoras. En femenino, porque tanto entonces como ahora la mayoría son mujeres. En ellas recaen los cuidados, sea a nivel familiar o en los centros. Sabe de qué habla. Es madre de tres hijos y tuvo que reducirse la jornada laboral durante 13 años. Está divorciada y a las 7 de la mañana, antes de coger el AVE de Girona para ir a trabajar a Barcelona, deja la comida hecha. Nadie tiene que explicarle los equilibrios para conciliar horarios laborales con los de trenes y canguros.
“Como sociedad debemos hacer una reflexión. En las negociaciones colectivas se tiene que tener en cuenta que hay que implementar nuevos derechos y las empresas tienen que asumir la parte que les toca. Estamos hablando de permisos retribuidos y de corresponsabilidad social”, asegura.
La nueva líder de CCOO en Catalunya reivindica “una mirada feminista” y que de una manera transversal se entienda que, con una población cada vez más envejecida, no hay que resignarse a que los cuidados recaigan en las mujeres. De ahí que, cuando se le pregunta cuáles serán sus objetivos al frente de Comisiones Obreras, uno de los que cita es la necesidad de gestión de otra manera las políticas de cuidados y eso, añade, es hablar de nuevos derechos, equidad y gestión del tiempo.
“No puede ser que las mujeres abdiquen de su vida. Recuperar tiempo debe ser una reivindicación colectiva. Del mismo modo que deben serlo los cuidados. Y las empresas deben entender que negociamos también cómo organizan el trabajo y eso incluye los horarios”. No queda ninguna duda de que va a batallar por la reducción del horario laboral, cuya aprobación está aún pendiente en el Congreso de los Diputados.

Otra de las prioridades, la primera que nombra cuando se le pregunta, es el acceso a la vivienda. Que lo que ahora es un bien de mercado vuelva a ser un derecho. El sindicato considera que hay que tres puntos que son irrenunciables: el control de precios, evitar los actuales vacíos en la regulación en el alquiler, el más evidente en los pisos de temporada, y la constitución de un parque público de vivienda como solución estructural.
Su antecesor, Javier Pacheco, hace tiempo que decidió que CCOO debía posicionarse claramente contra los discursos racistas. López subraya la misma idea. “Vivimos en una sociedad diversa y las personas migradas forman parte del ADN del sindicato porque somos el reflejo de la clase trabajadora, también por sus orígenes”.
Las personas migradas forman parte del ADN del sindicato porque somos el reflejo de la clase trabajadora, también por sus orígenes
López señala también que detrás de las cifras macroeconómicas hay “una cara B”, la precariedad que afecta a muchos trabajadores. De ahí que, según la nueva líder de Comisiones Obreras, sea más necesario que nunca el papel de intermediación de un sindicato y su refuerzo como refugio contra el gregarismo. Defiende que en las asambleas se fomenta el debate porque participa gente distinta que en muchos casos nunca hubiese coincidido.
“La función última del sindicato es vertebrar y agregar para hacer frente a los proyectos que lo que quieren es dividir”, afirma en referencia al avance de la extrema derecha. Ahí, la mirada de género y de clase que López reivindica será fundamental, porque solo hace falta un repaso diario a los titulares informativos para comprobar que los vientos que soplan no van precisamente en ese sentido.
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