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ENTREVISTA
Coordinadores generales de Movimiento Sumar

Lara Hernández y Carlos Martín: “Ni Iglesias ni Belarra ni Sumar, la gente pondrá las condiciones para la unidad”

Lara Hernández y Carlos Martín Urriza, nuevos coordinadores generales de Movimiento Sumar, en una entrevista con elDiario.es.

Alberto Ortiz

5 de abril de 2025 22:29 h

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Lara Hernández (Madrid, 1986) y Carlos Martín Urriza (Madrid, 1968) acaban de salir elegidos como nuevos coordinadores generales de Movimiento Sumar, el proyecto que puso en marcha como proyecto amplio la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, y que este fin de semana ha culminado su transformación en una formación tradicional. Ambos rehúyen la idea de colocar a este partido como “uno más” en el cosmos de la izquierda y prefieren definirlo como un movimiento que apela a la sociedad civil, a las organizaciones sociales y también al resto de fuerzas políticas. No creen que esa mutación orgánica haya terminado con la hipótesis inicial del lanzamiento de Sumar.

Una de las principales tareas que se han puesto como objetivo será volver a coser a la coalición y recomponer las relaciones con Podemos, ahora totalmente rotas. Y para ello iniciarán una ronda de contactos con el resto de formaciones políticas de izquierda. Aunque Movimiento Sumar apuesta en sus documentos por sistemas de primarias para las futuras alianzas, las condiciones para esa unidad, aseguran, no las pondrán los dirigentes políticos sino la gente. 

Hernández y Martín Urriza creen sin embargo que Yolanda Díaz, a pesar de su renuncia el pasado junio, sigue siendo la referente y la líder política del espacio de la izquierda. “Yolanda Díaz es ese liderazgo político y referente del espacio político, porque es un liderazgo construido allí donde se construyen los liderazgos, que es en la sociedad”, defienden.

Acaban de celebrar la asamblea de Movimiento Sumar. ¿Qué cosas ha cambiado esta asamblea? ¿En qué es diferente Movimiento Sumar con vuestro liderazgo? 

LH: Lo que vivimos el fin de semana pasado fue la constitución y la consolidación de un proyecto político que tiene una larga trayectoria en el ámbito de gobierno y que ha sufrido una serie de cambios internamente en el último periodo. Hemos logrado consolidar y asentar un proyecto organizativo y aprobar una hoja de ruta política. Tenemos el objetivo de levantar un proyecto democrático capaz de generar una ola de movilización social que es la condición necesaria para frenar la ola reaccionaria.

Los días previos a la asamblea estuvieron marcados por la salida de Elizabeth Duval, que había sido una persona importante en Sumar. ¿Qué pierde el partido con la salida de Duval de los órganos?

LH: Ella explicó en un comunicado lo que causó su salida y no podemos más que respetar y acatar una decisión personal perfectamente comprensible. Elizabeth Duval ha dicho que no va a formar parte de los órganos de dirección política, pero eso no quiere decir que no vayamos a seguir contando con ella como un activo, un referente ético, un referente intelectual, una persona a la que yo además tengo el placer de conocer desde hace ya muchos años. Ambas procedemos del mundo de la filosofía y estoy absolutamente segura de que nos vamos a seguir encontrando, como con muchos otros y otras más, porque lo que estamos construyendo no es un partido al uso. Es un movimiento con el que muchísimas personas procedentes de distintos ámbitos de la sociedad civil, organizaciones sociales, sindicatos y también formaciones políticas están implicadas y tienen un elevado compromiso.

Dice que Movimiento Sumar no es un partido al uso, es un movimiento. ¿Qué es exactamente? Sobre los papeles, es un partido político tradicional. ¿Qué creen que debe representar esta nueva fuerza en el cosmos de la izquierda?

Carlos Martín: Es un partido que está llamado a representar un papel fundamental, sobre todo porque estamos en un contexto internacional muy complejo, con una gran incertidumbre. Estamos en el borde de una guerra arancelaria que no sabemos muy bien a dónde nos puede llevar. Eso significa que vamos a necesitar tener referentes que desarrollen políticas cooperativas, políticas de unidad. No me estoy refiriendo a los partidos, sino a la ciudadanía y a las políticas que hemos desarrollado a lo largo de la pandemia. El Gobierno ha demostrado que haciendo ese tipo de políticas y no haciendo las que se hicieron durante la austeridad conseguimos que el país funcione y navegue las situaciones de incertidumbre con solvencia. Movimiento Sumar tiene la gran misión de seguir ahondando en esas políticas cooperativas, altruistas, de que si estamos todos unidos y juntos navegamos mejor esta incertidumbre que se está empezando a conformar a nivel mundial. Necesitamos mantener el gobierno de coalición con el motor dentro que es Sumar.

¿Esta transformación en un partido supone un fracaso de la hipótesis inicial que esbozó Yolanda Díaz cuando lanzaron Sumar? Entonces dijo que esto no iba de partidos.

LH: Claramente no. El hecho de que hayamos puesto en orden la casa ni desdeña ni infravalora esa hipótesis. Todo lo contrario. Han pasado muchas cosas a lo largo de este último periodo, sobre todo en materia electoral, hemos vivido cinco procesos electorales. Esto ha tocado a todas las fuerzas políticas. Pero eso no quita que esa hipótesis política a la que te refieres la hayamos abandonado. Queremos conectar de nuevo con la gente y volver a poner encima de la mesa esas políticas transformadoras que, como muy bien señalaba Carlos, estamos defendiendo en el Gobierno con los cinco ministerios y en el Congreso. 

¿Pero admiten algún tipo de error en la construcción de ese espacio político en los últimos meses? 

LH: Errores se han cometido. Por supuesto. Todas cometemos errores. Los partidos políticos también. Lo importante es tener humildad, modestia y sobre todo generosidad para admitir que han podido pasar cosas. Estamos aquí para mirar hacia adelante, como hace la gente normal. Nosotros no hacemos política desde el retrovisor. Constatamos las dificultades y a partir de ahí, una vez constatadas, trabajamos para superarlas.

CM: Yo creo que el espíritu de reunión ha estado antes y sigue estando ahora. El grupo parlamentario quizá es la mejor expresión de ese espíritu de reunión. Funciona engrasadísimo, hay buen rollo entre todas y todos. Y creo que eso además desborda incluso al grupo parlamentario, porque es algo que nos exigen los ciudadanos y las ciudadanas que votan a los partidos que están a la izquierda del Partido Socialista. Nos exigen la reunión.

Necesitamos mantener el gobierno de coalición con el motor dentro que es Sumar

Ahora que Movimiento Sumar no es el paraguas del resto de formaciones políticas, ¿no tendría sentido cambiar el nombre de la coalición, como han pedido algunos partidos, para evitar la confusión entre el partido y la coalición Sumar? ¿Lo han debatido dentro de sus órganos?

LH: Hay un problema de vivienda muy grave. Hay familias que necesitan la prestación universal por hijo a cargo. Hemos logrado que el salario mínimo interprofesional no tribute por IRPF. Hay personas todavía que siguen trabajando o cuidando sin derechos. Ese es el debate. Yo creo que las cuestiones nominales ahora mismo no interesan.

CM: Lo importante es lo otro. El liarnos en esto nos hace que pasen desapercibidas determinadas cosas muy importantes como el acuerdo del salario mínimo que acabamos de suscribir. Pero es que hemos conseguido en ese acuerdo que en tres meses Hacienda vaya a enviar la información del Observatorio de Márgenes Empresariales a las mesas de negociación de los convenios colectivos adaptado a cada ámbito negocial. Esto es un salto cualitativo en la negociación colectiva en las mesas de negociación. Nunca antes había habido en las mesas de negociación información oficial actual, completa y simétrica para ambas partes de todo lo que cuelga de ese convenio colectivo. Esto va a permitir que los salarios suban más, porque ahora mismo no está habiendo una disputa en igualdad de condiciones entre empresarios y trabajadores en las mesas de negociación. Esto es lo relevante. 

¿Qué efectos ha ocasionado en Movimiento Sumar y en el espacio la salida de Íñigo Errejón en los últimos meses? ¿Qué pasos han dado como organización política para que situaciones de acoso sexual no se vuelvan a repetir en el partido?

LH: Sería ingenuo negar que ha tenido un impacto severo no solo en nuestra organización política o en el espacio, sino en todas las fuerzas de izquierda. Ahora bien, considero que tuvimos una reacción ejemplar. Desde el minuto cero salimos sin ningún tipo de timidez, de una manera contundente y muy vehemente, primero manifestando nuestra total solidaridad y apoyo a todas las víctimas de violencia de género en cualquiera de sus formas. Y esto además se tradujo en el cese inmediato de todas las funciones de Íñigo Errejón. A partir de aquí, hemos mejorado los protocolos internos para evitar cualquier tipo de acoso. Y nuestro compromiso con las políticas feministas y las políticas de defensa de los derechos LGTBIQ+, de toda la comunidad se traduce además en legislación que hemos desarrollado desde el Gobierno, desde el Ministerio de Trabajo. El feminismo es algo que ha llegado para quedarse y el hecho de que haya hoy en día mujeres al frente de la política, mujeres asumiendo responsabilidades como la que asumo yo, en este caso como cocoordinadora de Movimiento Sumar, creo que es efectivamente una buena señal de que las mujeres hemos venido a hacer política y a ser coherentes entre lo que decimos y lo que hacemos.

Nunca antes había habido en las mesas de negociación información oficial actual, completa y simétrica para ambas partes de todo lo que cuelga de ese convenio colectivo

Precisamente Errejón estaba preparando el documento político, esa tarea luego la ha asumido Rosa Martínez. El documento político de esa Asamblea dice algunas cosas que son interesantes, constata el fin del ciclo post 15M. El texto dice que ese ciclo se ha agotado, ¿ya no están vigentes las razones que inspiraron el nacimiento de partidos como Podemos o las mareas? ¿Cuáles son las prioridades ahora?

CM: El reto sigue siendo llegar al pleno empleo. Creo que las políticas económicas que está desarrollando este Gobierno y en particular el Ministerio de Trabajo están demostrando que los paradigmas que hasta ahora habían explicado una incapacidad para llegar a ese pleno empleo no funcionaban, que fundamentalmente era que para llegar al pleno empleo los trabajadores y trabajadoras teníamos que aceptar malas condiciones de trabajo. Hemos mostrado que mejorando las condiciones se consigue que el capital efectivamente se tenga que rentabilizar arriesgando e innovando y a través de proyectos empresariales más sólidos y solventes. Hoy mismo [por el miércoles, cuando se realizó la entrevista] tenemos 21 millones de afiliados, una cifra récord. Tenemos la tasa de paro más baja en 14 años. En una Europa que está estancada, la economía española el año pasado creció por encima del 3% y este año las perspectivas de crecimiento económico están muy por encima de las europeas. El siguiente paso en esa dirección va a ser la reducción de jornada que se mueve en este ámbito de crecimiento compartido. Nuestra economía funciona mejor cuando funciona para todos y hace que el capital sea cada vez más productivo, arriesgue e innove.

LH: Estoy muy de acuerdo y un comentario más desde un aspecto personal, porque yo me metí en política un poco en el 15M. Creo que las respuestas que se dieron a esas preguntas quizás hay que reformularlas. Eso no quita que esas preguntas sigan abiertas a día de hoy. Estamos en un tiempo de cambios totalmente acelerados, que son casi cambios de época. Cómo se está reordenando todo el paradigma internacional, la cuestión de la Unión Europea... Hemos pasado rápidamente de hablar de los fondos de transición energética a que nos aterroricen para prepararnos casi para la guerra. Y creo que todas estas cuestiones que planteaba Carlos se resumen en si tenemos o no la capacidad para ofrecer horizontes de esperanza a las futuras generaciones; si vamos a estar a la altura las fuerzas progresistas, de izquierda, de ser capaces de construir esa respuesta que ahora mismo la extrema derecha y la derecha capitalizan de una manera muy vacía.

Hablaban de los éxitos económicos del Gobierno pero reconocen en los propios documentos de la asamblea una clara desafección en la ciudadanía. Parece según decían y según muestran las encuestas que quien capitaliza eso políticamente es la extrema derecha. Especialmente entre los jóvenes. ¿Cómo se hace ya no solo dentro del gobierno, sino también como formación política para cambiar ese clima de desafección?

CM: Estamos haciendo muchas cosas muy bien, pero es que estamos fallando en otras que también apuntaba y que tiene que ver mucho con la juventud. El tema de vivienda es una asignatura clave. Aquí la rentabilidad del capital es altísima. Tenemos mucho capital embalsado en el inmobiliario, que está dedicado a la extracción de rentas de trabajadores y trabajadoras. A veces hacemos un esfuerzo ingente desde el Gobierno por subir las rentas de los hogares creando empleo, subiendo el salario mínimo interprofesional... y vemos que eso lo absorben los rentistas. Esto hay que cortarlo. Y la manera de hacerlo es haciendo una profunda reforma inmobiliaria, donde nosotros de momento vemos un paso lento, insuficiente y poco ambicioso de los compañeros del Partido Socialista, aunque vemos que se van moviendo.

El ministro [de Derechos Sociales, Pablo] Bustinduy sin competencias directas sobre vivienda está haciendo cosas ambiciosas. Por ejemplo, la denuncia que ha habido de todos los apartamentos turísticos ilegales, 15.000 en Madrid, que esperamos que el alcalde les meta mano. Pero también, por ejemplo, el abuso de todos estos intermediarios que han nacido del mercado del alquiler, que intentan aprovecharse todavía más y extraer más rentas de la gente joven que quiere alquilar.

Luego también somos muy conscientes que hemos mejorado el salario mínimo, pensiones mínimas, ingreso mínimo vital, pero sabemos que no está reaccionando suficientemente el resto de los salarios que están más por encima. Por eso te apuntaba antes lo importante de enviar información oficial a las mesas de negociación. No nos vamos a quedar ahí, pero ese es un primer elemento. Aunque el Gobierno haya conseguido domeñar la inflación, esto solo significa la velocidad de cambio de los precios, no el nivel de precios. Los niveles de precios, sobre todo de los alimentos, están muy altos en este país. Queremos meter mano a aquellas grandes empresas a lo largo de toda la cadena de alimentación que están cargando márgenes de beneficios excesivos en los alimentos, queremos un impuesto para que desinflen esos márgenes. 

Parece que Hacienda no tiene pensado llevar al Congreso los Presupuestos Generales del Estado. ¿Les preocupa que esto pueda limitar la capacidad de negociación de Sumar para impulsar medidas como estas que mencionaba?

CM: No hay persona que sea más propresupuestos que yo, porque soy el presidente de la Comisión de Presupuestos del Congreso de los Diputados. Yo quiero que el Gobierno traiga un presupuesto y que haya un debate parlamentario. Primero, porque la prórroga sucesiva de presupuestos va haciéndolos más pequeñitos, porque hay determinadas partidas que no se pueden renovar y se van perdiendo. Y luego porque una ley presupuestaria, que es una de las leyes más importantes que aprueba un parlamento a lo largo de un año, y también un gobierno, te permite una visión de todas las políticas y asignar unos recursos que no son infinitos. Dicho esto, hay mecanismos para sacar políticas adelante, pero tienen que pasar por el Parlamento. La política de vivienda. Este año termina el plan cuatrianual de política de vivienda y hay que aprobar uno nuevo. El marco lógico serían los presupuestos y ahí aparecen los recursos que se dotan desde el presupuesto público para que se desarrollen unas políticas que necesitamos. Esto se puede articular a través de reales decretos, como hemos hecho por ejemplo con la revisión de las pensiones, que es algo que suele ir en la ley presupuestaria y lo metimos en el último paquete ómnibus. El problema es que esos mecanismos están más deslavazados, por decirlo de alguna manera. Lo lógico es que todos estén en una misma plantilla, que es la de los presupuestos.

Una cuestión que está relacionada con los presupuestos es cuánto gasta el Gobierno en defensa. Creo que a la gente no le queda claro qué piensa Movimiento Sumar sobre si se debe aumentar o no el gasto en defensa. 

LH: Lo primero es el contexto. Hay un reordenamiento de un paradigma internacional y geopolítico en términos históricos y es un proceso que no se va a dar en dos días. Lo segundo es que estamos ahora mismo en una guerra de titulares. Naomi Klein escribió un libro muy famoso que habla de la 'doctrina del shock'. El kit de preparación para la guerra va en ese sentido en el que se aterroriza o se intenta predisponer a la gente a un cierto terror o miedo a la guerra. Hay que ser prudentes, serias y muy rigurosas, porque esto es un debate muy de fondo, muy de calado, que se está dando en distintos registros en la Unión Europea, en el Gobierno, con su traducción en el ámbito del Congreso de los Diputados y luego también en las formaciones políticas. Y yo creo, y estoy de acuerdo con [el portavoz parlamentario de ERC] Gabriel Rufián, que hay que ir más allá de la pancarta. Detrás de la pancarta hemos estado todas y todos. Yo también. Carlos también. Pero tenemos que ver exactamente cómo se va a producir todo el debate en materia de defensa y seguridad. Porque hablar de Europa y reivindicar esa soberanía y autonomía europea pasa también por hablar de soberanía digital, por una política industrial verde, por una seguridad social europea y por una coordinación. Son 27 países con 27 ejércitos europeos. No se trata de usar eufemismos. Queremos políticas claras, negro sobre blanco, y a partir de ahí que se dé un debate sereno con el conjunto de actores políticos y, por supuesto, en el Congreso de los Diputados y en el Gobierno.

CM: Un dato que puede servir para la discusión: la Unión Europea tiene un presupuesto anual en defensa que triplica el de Rusia. No creo que sea un problema de volumen. Es más un problema de más Europa, de más integración, de autonomía estratégica, como decía Lara, en los temas de seguridad y en otros que son claves. El mundo está cambiando de manera muy rápida. Estamos viendo cosas que nunca hubiéramos pensado que veríamos. Estados Unidos, más cerca de Rusia que de los socios de la Alianza. Pero es que incluso en la parte comercial estamos viendo cosas impresionantes. China, Corea y Japón, que han sido históricamente enemigos irreconciliables, acaban de llegar a un acuerdo para responder conjuntamente a los aranceles de la administración Trump y a continuación la administración china pretende crear un área de libre comercio. Estamos asistiendo a una geopolítica nueva donde Europa se tiene que ubicar en el multilateralismo y no en esta autarquía norteamericana que yo creo que va a tener un mal fin.

Creo que todavía no ha quedado claro si piensan que se debe gastar más en defensa. 

CM: Lo hemos dicho claramente.

¿No hay que gastar más?

LH: No hay que gastar más. 

CM: Yo creo que dije que no es un problema de gasto. Es un problema de integración, de coordinación, de que ese gasto se asigne correctamente. Seguramente tenemos un problema en cibertecnología, que ha sido uno de los elementos que ahora ha tomado más relevancia. Un ataque cibernéticos sobre infraestructuras básicas, sobre nuestro sistema bancario, podría paralizar la economía. Y parece que eso no es guerra, pero eso es guerra. El problema no está en el volumen de gasto, está en que necesitamos más Europa. La administración Trump puede ser una gran oportunidad para que al final terminemos con más integración europea y con una integración europea sin déficits democráticos, que deben ser los dos elementos que iluminen el proceso.

LH: Respondiendo a tu pregunta, claramente, no. 

Volviendo a la asamblea y a un tema recurrente cuando hablamos de las izquierdas. Yolanda Díaz cerró la asamblea hablando de unidad, también lo reflejan en sus documentos políticos. Pero no se refirieron directamente a Podemos. ¿Por qué?

LH: Hablamos de 15 formaciones políticas, hablamos del 23J, pero sobre todo de lo que hablamos es de política. No estamos aquí defendiendo una sopa de siglas. Nosotros lo que defendemos es claramente la vocación y el objetivo de reeditar este Gobierno de coalición progresista, que es una excepción en el seno de la Unión Europea. Hay cuatro gobiernos progresistas en Europa y seis gobiernos en nuestro entorno en los que gobierna la extrema derecha o están sostenidos por la extrema derecha. Dentro de ese horizonte 2027 todavía hay tiempo, pero no va a ser suficiente con el miedo a la ola reaccionaria para poder revalidar esta mayoría progresista. Tenemos que poner encima de la mesa con tiempo, con prudencia y con paciencia, nuestra voluntad de articular una mayoría democrática que levante e impulse esos proyectos políticos. De otra manera no lo vamos a lograr.

¿Cuáles son las condiciones para esa unidad? Porque hoy por hoy cualquiera que escuche a dirigentes de Podemos -y no solo de Podemos, porque hay otras formaciones políticas que tampoco están muy por la labor de esa unidad en todos los ámbitos- podría pensar que es imposible. ¿Cuáles son las condiciones políticas para que Podemos pueda volver a formar una candidatura conjunta con Sumar y con los miembros de la coalición de izquierdas que se formó en las pasadas generales?

LH: La respuesta es sencilla, es más sencilla de lo que parece. Yo soy profesora de secundaria en un instituto público. Quiero decir que, aunque llevo mucho tiempo en política, vengo de la sociedad civil. Y aquí las condiciones las va a poner la gente. Nos equivocamos mucho las formaciones políticas si no entendemos primero lo que somos. Somos instrumentos al servicio de la ciudadanía. Somos una mera herramienta, un medio que está al servicio de la gente. Estar al servicio de la gente implica generosidad, capacidad de escucha, capacidad de comprensión y mucha humildad. No va a ser ni Pablo Iglesias ni Ione Belarra ni Lara Hernández ni ninguna otra persona con nombre y apellido de otra formación política los que vayan a poner las condiciones. Será la gente la que decida cómo vamos a construir ese proyecto político colectivo.

CM: Yo, si puedo añadir una nota desde el grupo parlamentario, no veo diferencias ideológicas centrales con los compañeros y compañeras de Podemos. Constantemente estamos votando las mismas cosas. O sea que por ahí no hay un problema. Y como decía Lara, la gente nos pide la reunión. 

Es verdad que no hay quizás diferencias ideológicas tan grandes. Pero sí que ha habido problemas en el reconocimiento de las formaciones políticas. El 23J hubo personas que no fueron en las listas, hubo problemas para ver cómo se integraba a todos los partidos en el gobierno. Quiero decir que los problemas de que Podemos no esté hoy en día en la coalición tienen quizá más que ver con cómo se ha gestionado la unidad más allá de la unidad electoral. Por eso preguntaba, ¿hay algún intento de reconciliación, de tender puentes por vuestra parte para tratar de que esas cosas que sucedieron el 23J no se vuelvan a repetir o se hagan de otra forma?

LH: Yo creo que cometemos el pecado original de tener siempre el punto de vista de la M-30 de Madrid. Por suerte la política va más allá del relato. La política consiste en entender la realidad, gestionarla para transformarla. ¿Qué quiero decir? Es como decía Galileo. Eppur si muove, es decir, a pesar de todo, se mueve. En Andalucía hoy en día existe un grupo parlamentario, Por Andalucía, que está trabajando, implementando desde la oposición políticas de transformación para derrotar a [el presidente de la Junta, Juan Manuel] Moreno Bonilla en 2026. En Navarra, estamos en un gobierno fuerte que está implementando cambios en materia de vivienda. Nuestra vocación y nuestra voluntad es la de poner encima de la mesa políticas que defiendan los intereses de las mayorías sociales.

Yolanda Díaz es y seguirá siendo el referente político y la líder del espacio

¿Se imaginan unas primarias abiertas con Yolanda Díaz por un lado, Irene Montero por otro, en las próximas elecciones generales?

Es que lo que nosotros nos imaginemos da igual.

¿Pero creen que es un escenario factible? ¿Es un escenario deseable?

LH: Yo creo que en política no hay que hacer ficción. Hay muchos futuribles en todos los sentidos, en todos los ámbitos. Lo que nos toca es estar presentes hoy aquí en lo que está sucediendo. Tenemos que hablar de las cosas del comer. Cómo se vayan a dar ese esos escenarios lo decidirá la gente.

Y un último futurible. ¿Qué papel va a tener Yolanda Díaz en el futuro del espacio? Como líderes de Movimiento Sumar, ¿quieren que Yolanda Díaz sea la candidata de la coalición en las próximas elecciones?

LH: Yolanda Díaz es el liderazgo político y referente del espacio político, porque es un liderazgo construido allí donde se construyen los liderazgos, que es en la sociedad. Y Yolanda Díaz es y seguirá siendo el referente político y la líder del espacio. Con respecto a la cuestión de qué va a suceder, creo que es pronto para plantear estas cuestiones. Yolanda Díaz seguirá siendo lo que ella quiera ser dentro de Movimiento Sumar, porque sigue siendo la vicepresidenta segunda del Gobierno. Y ese papel que ella tiene dentro del ámbito más orgánico como coordinadora institucional y de acción de gobierno responde precisamente a ese doble cariz, vicepresidenta del Gobierno y líder y referente político del espacio.

Entrevista completa

Vídeo: Nando Ochando y Adrián Torrano.

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