El método efectivo para lavar tus abrigos de lana en casa y que se sequen rápido
Con la llegada del invierno, varias prendas se convierten aliadas esenciales en nuestra lucha contra el frío. Desde gorros y guantes hasta ropa térmica para aquellos que más sufren las bajas temperaturas, hay una prenda que destaca por encima del resto por su calidez y elegancia, permitiéndonos salir a la calle preparados para el frío pero sin dejar de lado el apartado estético.
Esta prenda no es otra que los abrigos de lana, que destacan especialmente entre el resto de chaquetas por las propiedades de sus tejidos. Así, la lana resulta un compuesto idóneo al que recurrir en los climas más fríos gracias a que es un potente aislante térmico, que permite regular la temperatura a la vez que retiene el calor en su interior.
El uso diario de las prendas de este tipo puede derivar en deformaciones, desperfectos y manchas, que es necesario atajar. Sin embargo, a pesar de sus excelentes capacidades térmicas, este tejido es bastante delicado a la hora de ser lavado, ya que debe de ser higienizado de maneras muy específicas para evitar dañar las fibras y que estas pierdan sus capacidades.
Ya sea en la lavadora, a mano o en seco, conocer la forma de llevar a cabo la limpieza sin dañar los tejidos es esencial para prolongar la vida útil del abrigo durante el mayor tiempo posible. Por ello, estos son los métodos efectivos para lavar tus abrigos de lana en casa y que se sequen rápido.
Lavado de abrigos de lana a mano
El lavado a mano es posiblemente el método más seguro y controlado para limpiar abrigos de lana y controlar que estos no sufran ningún daño en el proceso, especialmente con las piezas más delicadas. A pesar de ello, este sistema es algo más exigente y requiere más tiempo que otros, por lo que se necesita tiempo para llevarlo a cabo.
Para comenzar, llena un recipiente con agua fría lo más fría posible —es importante que no supere la temperatura ambiente, ya que el agua caliente podría dañar las fibras de la lana de manera definitiva-. A continuación, agrega un tapón de detergente —es recomendable utilizar uno específico para lanas— y mézclalo todo hasta que el jabón esté totalmente integrado.
Tras ello, introduce el abrigo en el recipiente y presiona suavemente hasta que este quede totalmente empapado por la mezcla. A continuación, frota con mucho cuidado las zonas más sucias —como los puños de las mangas, los cuellos o la solapa de los bolsillos— con las yemas de los dedos y sin ejercer excesiva presión, ya que el abrigo podría deformarse.
Una vez se hayan revisado todas las zonas más sucias, deja que el abrigo de lana repose a remojo dentro del recipiente durante al menos media hora antes de sacarlo del mismo. Al pasar el tiempo, cambia el agua del recipiente por una totalmente limpia y vuelve a introducir la chaqueta hasta quitar todos los restos de jabón. Cambia el agua las veces que sea necesario hasta que los restos de detergente no sean visibles.
Para secar las fibras, retira el abrigo del recipiente y enróllalo entre dos toallas secas —una por encima y otra por debajo del mismo— y ejerce una ligera presión para que estas absorban toda la humedad. A continuación, deja que el abrigo seque por completo colgándolo de una percha en una zona aireada donde no reciba luz solar, esto permitirá además que la chaqueta no pierda su forma.
Lavado de abrigo de lana en lavadora
La limpieza de un abrigo de lana en la lavadora es la más sencilla de todas, aunque también en la que más riesgos se corren. Por ello, es importante atender las indicaciones del fabricante y utilizar la configuración de lavado adecuada.
Comienza revisando la etiqueta del abrigo en busca de indicaciones o símbolos que señalen si la prenda es apta para ser lavada a máquina. Si las indicaciones del fabricante lo permiten, comienza preparando la prenda para la limpieza. Para ello, introdúcela en una malla de lavado o voltéala al revés para reducir el desgaste exterior antes de programar el electrodoméstico.
A continuación, selecciona el ciclo más suave de la lavadora —algunos de los más indicados son los de prendas delicadas o los de lana— y asegúrate de utilizar agua lo más fría posible, con el centrifugado a la velocidad mínima. A la hora de seleccionar el detergente, utiliza uno diseñado para lana como el recomendado para el lavado a mano.
Una vez programadas todas las indicaciones, acciona la lavadora y espera a que esta termine para comenzar el secado. Cuando el electrodoméstico haya terminado su función, saca la prenda del tambor y sécala manualmente todo lo posible.
Para finalizar, coloca el abrigo en una superficie plana —como una mesa— con toallas o paños por encima, debajo y dentro del mismo para que estos absorban toda la humedad restante. Revisa los paños cada cierto tiempo y cámbialos por otros cuando estén muy mojados.
Lavado de un abrigo de lana en seco
El lavado en seco es ideal para cuando los abrigos de lana tienen una o varias manchas grandes muy localizadas, aunque este proceso es complejo de realizar en el hogar. Para aplicarlo, existen kits de uso casero disponibles en tiendas especializadas y algunos supermercados.
Antes de comenzar, lee la etiqueta del abrigo para asegurarte de que este sea apto para el método de lavado en seco. Si las indicaciones lo permiten, procede a la limpieza de la prenda siguiendo las instrucciones del fabricante presentes en el kit para evitar posibles complicaciones.
El proceso no involucra mojar o humedecer el tejido, por lo que una vez finalizado el abrigo debería encontrarse seco. Si los resultados no son satisfactorios o si las manchas son muy grandes o profundas, es posible recurrir a una tintorería profesional para que apliquen métodos de secado en seco especializados.
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