Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Esta es la portada de mañana
18 de marzo de 2025 20:01 h

0

Etiquetas

A veces, la vida y el destino pone a las personas en un camino que nunca imaginaron, pero que termina siendo el más importante, gratificante e inspirador. Lo que comenzó como la inquietud de unos padres por ofrecer una oportunidad a sus hijos, acabó convirtiéndose en un proyecto que ha cambiado vidas y que ha transformado el deporte adaptado en España. Una historia de lucha contra los límites impuestos, de esfuerzo colectivo y de un propósito que va mucho más allá del deporte, con un club como epicentro: el Córdoba Patrimonio Atómicos.

Susana Sánchez (Barakaldo, 1978) es una cordobesa que, por circunstancias familiares, nació en el País Vasco, aunque ha vivido desde siempre en Villa del Río. Es la presidenta del Córdoba Patrimonio Atómicos y una de las grandes impulsoras del fútbol powerchair en España, tanto desde su faceta como presidenta, como también en su papel como asistenta de la selección española. Pero su labor va mucho más allá de los despachos y la competición. Madre, asistente, gestora incansable y, sobre todo, una mujer que ha convertido cada obstáculo en una razón más para seguir avanzando.

PREGUNTA. Para quien no lo conozca, ¿qué es el fútbol powerchair?

RESPUESTA. Es una modalidad de fútbol, más parecida al fútbol sala, y que el requerimiento es que tengan sillas de ruedas eléctricas profesionalizadas. Los destinatarios de esta modalidad suelen ser personas con movilidad reducida, sobre todo personas que no pueden hacer otro tipo de deportes adaptados, que están más limitados. Estamos hablando de personas con enfermedades neuromusculares, con parálisis cerebral u otro tipo de afectaciones. Pero vaya, en general, todo el que sea un usuario de una silla de ruedas eléctrica. Se juega en una pista de fútbol sala, las dimensiones son parecidas a las de baloncesto, y son cuatro jugadores de campo en cada equipo, con una serie de normativos y reglamentos.

P. ¿Es un deporte muy caro?

R. Estamos hablando de cada una de las sillas de ruedas profesionales, que vienen de América, cuestan más de 15.000 euros. Son unas sillas que tienen el centro de gravedad un poquito más bajo, tienen más fuerza a la hora del giro, y tienen más potencia y velocidad. Pasan unos test de velocidad previos antes de cada jornada de liga, y no pueden exceder los 10 kilómetros por hora. De hecho, nosotros, a nuestros inicios, comenzamos con las sillas propias de jugadores, a las que le hicimos la plataforma central que es la que sirve para golpear y girar el balón. Ahora, a estas alturas, casi después de 10 años, estamos consiguiendo por fin que el equipo de Córdoba, que era de los pocos que no tenían silla profesional de Primera División, estemos consiguiendo nuestras sillas. Estamos supermega contentos de ir consiguiéndolo.

P. ¿Cómo acaba Susana Sánchez como presidenta del Córdoba Patrimonio Atómicos?

R. Bueno, pues el destino, ¿no?. Lo digo porque el destino quiso que yo tuviera un hijo con una enfermadad neuromuscular, y también quiso que fuera un futbolero. Justo estábamos una serie de padres en la misma situación que yo, haciendo un reportaje de fotos del Córdoba CF para un calendario, y vimos como los chicos se quitaban los reposapiés para jugar al fútbol. Hicimos el típico comentario de que esto es lo que hacen en el colegio, o si no los dejan de árbitro o los ponen de porteros. Buscamos, porque sabíamos que tenía que haber algo, algún tipo de deporte adaptado, y ahí empezamos a investigar.

Fue entonces cuando dimos con un primer equipo que había surgido en Alicante, los Furia, que ya desapareció, pero que han ido quedando descendientes de ese equipo. Nos desplazamos allí y hablamos con el presidente, y a partir de ahí también descubrimos que en Andalucía había otros dos equipos, en Sevilla y en Granada, que también estaban interesados en crear equipos. A partir de ahí surgen los tres primeros equipos a nivel andaluz, más o menos por las mismas fechas, en 2015. Fue curioso porque ahí sí que se alinearon un poco los astros, y dimos con la casualidad de que estábamos tres equipos de Andalucía interesados. Así es como surge el powerchair en España.

P. Tu hijo también es jugador del equipo, así que me imagino que sufrirás cada encuentro por partida doble.

R. Si, incluso por partida triple porque también soy asistente en el cuerpo técnico de la selección española de powerchair. Así que cuando viajo con la selección, también lo sufro. Es verdad que, por desgracia, somos muy poquitos, casi todos padres. Sí que hay alguna persona que nos ayuda de forma voluntaria y que tira del equipo, pero al final esto es por ahora un poquito familiar, y al final todos terminamos haciendo un poco de todo. Yo soy presidenta, pero también asistenta, y si tengo que estar llevando la silla, la llevo.

P. ¿Qué supone para tí el Córdoba Patrimonio Atómicos?

R. Supone mucho. Llevamos ya mucho tiempo, y es verdad que la trayectoria ha sido muy diferente, pero no nos podíamos imaginar el punto en el que estamos. Miras atrás y ves todo lo que se ha conseguido, y puedes ver cómo el objetivo principal ha cambiado. Las metas siempre han sido las mismas, pero es verdad que la balanza se ha ido decantando hacia un objetivo más competitivo en este tiempo porque van surgiendo nuevos equipos.

Ahora todo esto tiene un carácter más profesional. Hay una liga, una asociación de todos los clubes de España, y ya no es igual que en los inicios, que tenía un carácter más social. Éramos autodidactas, y éramos nosotros mismos, con los manuales que nos pasaron desde Francia de la FIPFA, los que estudiábamos el reglamento. Ya, poco a poco, la gente empieza a venir; la Real Federación también se nos une con el arbitraje, y todo se hace profesional. Esto ha ido cogiendo un gran calibre, y aunque el objetivo social también está, ha cogido un poco más de peso el apartado competitivo.

P. ¿Cómo se organiza a nivel español el fútbol powerchair?

R. Creo que es en 2018 cuando se crea la asociación de clubes, ACPFE, que es la que organiza todas las competiciones y la que hace que sea cada vez más profesional. La primera liga se juega justo el año de la pandemia, que no lo olvidaremos nunca porque, además, ese año se corta en la primera jornada de liga. Ya, tras la pandemia, se siguen jugando las competiciones, también la Copa de España y alguna que otra competición internacional que va surgiendo. Este año, por ejemplo, se jugó un torneo internacional con Dinamarca, que vinieron a Granada y estuvimos disputándola con ellos junto con equipos también de Jaén.

P. ¿Y cómo es una jornada de liga?

R. No nos podemos desplazar todos los fines de semana como es el caso de otros clubes, haciendo el símil con el fútbol tradicional. Lo que hacemos son jornadas completas. Es igual que en cualquier competición, de ida y vuelta, pero en una misma jornada cada equipo juega distintos partidos. Intentamos ir rotando todos los equipos porque aún estamos muy desperdigados: hay equipos en Alicante, Madrid, Valencia, Andalucía... Entonces intentamos rotar de tal manera que los que han viajado un año mucho, pues que otros años no viajen tanto, porque al equipo que organiza también le supone un esfuerzo extra.

P. Cumplís diez años justo en este 2025. A lo largo de esta década, ¿cuáles son las mayores dificultades que has afrontado como presidenta del equipo?

R. Pues lo más frustrante, y lo voy a decir, ha sido ver cómo otros equipos iban consiguiendo sillas profesionales y nosotros no. Sobre todo los equipos punteros, aunque es verdad que nosotros nos hemos mantenido siempre entre los tres primeros clasificados, y muchos años como primeros. Tenemos un buen entrenador, hay una buena técnica y todo eso, pero es frustrante ver cómo otros equipos conseguían sillas profesionales. Hemos tenido la suerte de tener un papá mecánico que nos fabricó una silla, conseguimos los motores y todo eso, pero cuando los organizadores, FIPFA y EPFA, nos dijeron que esa silla no estaba homologada para competir porque no era de una marca específica, nos quedamos un poco frustrados.

Había que cambiar todas las sillas, porque estas no terminaban de tener la fineza de las sillas profesionales, aunque es verdad que conseguían bastante el objetivo. Pero bueno, trabajando y llamando a muchas puertas, hay que agradecer sobre todo a la Diputación de Córdoba, al Ayuntamiento, y a gente que ha creído en nosotros, y estamos consiguiendo que nos ayuden a comprar sillas profesionales. Esperamos que en dos años tengamos las cuatro sillas profesionales, que son las básicas para los cuatro jugadores de campo. Eso ha sido lo más frustrante: ver cómo los chavales se frustraban y cómo perdían los partidos porque se nota la diferencia de sillas en el campo. Pero bueno, todo se consigue.

P. ¿Cómo recuerdas esos primeros pasos del equipo?

R. Lo recuerdo como una época muy bonita, con mucha ilusión. Éramos poquitos, y cuando hacíamos la jornada también aprovechábamos para hacer convivencias, comer todos juntos, nos conocíamos y era como un punto de encuentro entre familias. Al final éramos familias con problemáticas muy parecidas porque cada uno de estos chavales tiene una historia increíble de superación. Los chicos del equipo no quieren que diga estas cosas porque ellos no se quieren sentir diferentes, pero para mí son gente que, el simple hecho de que se levanten cada mañana con una sonrisa, me hace plantearme y decirme a mí misma que de qué me voy a quejar yo en la vida, si lo tengo todo.

Entonces, lo único que puedo hacer es acompañar y ayudarles a que su vida sea lo mejor posible y lo más normalizada posible. No me puedo quejar, no puedo permitírmelo. Sé que por esto me van a regañar, me van a decir que no quieren que lo diga, pero es que es la pura verdad. Ellos te ayudan a ver la vida de otra manera y te ayudan a conocer a gente increíble. Entonces, los inicios eran como más relajados en ese sentido, que le quitaba incluso esa parte tan competitiva porque incluso mezclábamos jugadores si le faltaban a algún equipo. Ahora, es verdad que también somos una gran familia y hay muy buen rollo, pero al final vas a ganar.

P. ¿Cómo ha sido ese cambio en el deporte?

R. Ha sido muy bonito ver ese proceso de desarrollo emocional, ver cómo ellos empiezan a sentirse parte de un equipo y a sentirse parte de algo muy bonito. Algunos son casi adultos, otros adolescentes, y he visto a chavales llorando porque a lo mejor no han llegado a una pelota o porque han perdido. Y es que ese trayecto les ha supuesto también un proceso de aceptar las frustraciones, de aceptarlo, de ir encajando y de sentirse miembro de algo. Para mí, que me digan “es que yo en mi vida pensaba que nunca iba a jugar al fútbol, y mírame, estoy jugando y me siento un profesional”... es una cosa increíble. En las previas hablan de los miedos, de la ansiedad, y ves cómo, cuando acaban los partidos, están hechos polvo de la tensión y de los nervios, de la adrenalina. Es increíble.

P. Al final habéis sido pioneros en España.

R. Estamos súper contentos, aunque aún seguimos en pañales. Al principio, cuando buscábamos patrocinador, nos preguntaban si esto era real y si iba a progresar en el futuro. Y míranos. Ya tenemos una organización, una liga de Primera División y Segunda División, tenemos las negociaciones con la RFEF en marcha, y seguramente en la próxima Ley del Deporte estemos federados a través de ellos. Y, además, estamos en una lucha a nivel internacional para que se considere un deporte paralímpico, y con perspectivas de que en los próximos Juegos Paralímpicos participe el fútbol powerchair.

P. ¿Y a nivel internacional?

R. Este año estamos justo entrenando muy duro con esas vistas. En septiembre, vamos a Italia a disputar la Eurocopa con la selección. Son 10 equipos, y de esos 10, saldrán 5 que disputarán el Mundial en Argentina. Todo esto es genial y fabuloso, aunque la realidad es que no tenemos ni un duro. No sabemos cómo lo haríamos si ganase la selección para poder ir al Mundial, pero bueno, el solo pensarlo, quitándole la parte económica, es genial. Ya nos dolerá después la cabeza pensando en cómo hacerlo. Y que haya gente de aquí de Córdoba en la selección es genial.

P. ¿Qué echas en falta?

R. Lo que me frustra un poco, todavía, es el poco reconocimiento social. Es verdad que de parte de las instituciones tenemos mucho apoyo, y también de empresas como Sanicor, Ortopedia Aeropuerto, de Córdoba Incluye, que siempre ha estado ahí desde el principio. Sin embargo, sí que es verdad que echo en falta ese reconocimiento social. Es decir, yo veo la gala del deporte, y siempre son los mismos a los que les dan premio. Y aquí tenemos gente internacional que ha ido a Ginebra, a Escocia, que hemos jugado a nivel internacional, que ahora vamos a Italia, y eso es un trabajo, una constancia y un esfuerzo por parte de las familias. Entonces, creo que es un deporte y que hay unos chavales aquí que tienen un gran potencial, y eso a nivel deportivo hay que reconocerlo también.

P. Es impresionante ver a jugadores del Córdoba Patrimonio Atómicos cada convocatoria de la selección española

R. Es super bueno. La selección es un reflejo más de que este deporte viene para quedarse, que viene pegando fuerte y que cada vez están creciendo más equipos: en Bilbao está creándose otro equipo, en Valladolid... La idea final es que la liga esté dividida en dos zonas, norte y sur, y facilitar así los desplazamientos. Como todo, con esfuerzo y constancia, poquito a poco, se va consiguiendo. En el día a día puedes quejarte al ver que todavía estamos en este punto, pero miras para atrás y, haciendo aquí el recorrido con vosotros, puedes ver todo lo que se ha conseguido, cómo ha evolucionado. Y con todo, nosotros, en el Córdoba Patrimonio Atómicos, también nos gusta cuidar aún esa parte social.

Siempre que podemos, todo el dinero que conseguimos a través de patrocinadores lo usamos para poner autocares, para que todos se sientan miembros del equipo y viajemos como una familia. También hay que tener en cuenta que hay jugadores que no están tanto a nivel competitivo, que a lo mejor solo vienen los sábados a los entrenamientos, pero no queremos que en ningún momento se excluyan, sino que apostamos porque sigan siendo parte de nuestro equipo, porque son parte imprescindible de él.

P. Hay que seguir luchando por ese reconocimiento social del deporte adaptado.

R. Claro, es que es fundamental. Es súper importante porque, a través de ese reconocimiento social, es cuando la sociedad de verdad va a normalizar el deporte adaptado. Es fácil hablar en un momento puntual, en una entrevista o con un político determinado, y decir que es muy importante el deporte adaptado. Pero hasta que no se normalice, hasta que no se visualice, no se va a normalizar. Yo sé y soy consciente de que muchas veces no nos han invitado a las galas porque, directamente, se han olvidado de nosotros. Y no es a propósito, sino porque no dejamos de ser una minoría. Ahí es donde hay que dar más visualización a este tipo de deportes.

P. Y hablando de visualizaciones, hay un integrante del equipo que tiene unas cuantas, como es Bart Dobao. Suma millones de reproducciones en sus vídeos imitando jugadas famosas de jugadores desde su silla de ruedas.

R. Sí, sí. Cuando vamos por la calle y los chavales le piden una foto, al final siempre me toca a mí ser la fotógrafa -ríe-, y luego se queja de que no sale bien en la foto. En fin, es curioso. Al final nosotros somos una familia, es lo que te contaba. Él lleva el tema de las redes sociales, y es muy interesante ver cómo ellos también se vinculan con todo el trabajo burocrático, que conlleva mucho trabajo de convenios, justificaciones, búsqueda de promotores y mucha burocracia en general. Tengo a Lolo, que es mi secretario, y a Bart, que está en las redes sociales junto con Aarón, que está empezando también. Es importante que ellos se vayan vinculando a esa parte también para que vean que no es solo venir y jugar, aunque nos siguen haciendo falta muchos voluntarios, así que animo a todos a venir, que necesitamos mucha ayuda.

P. Ya entrando a la parte final, ¿cuál consideras que es la clave del éxito del Córdoba Patrimonio Atómicos?

R. Diría que la constancia, porque había y hay momentos duros, somos muy poquitos y casi siempre tiramos los mismos de todo, y hay veces en las que estás cansado. En mi caso, por ejemplo, mi hijo, además de esta parte deportiva que me absorbe mucho, tiene también otra parte asistencial. Entonces, hay momentos en los que estás cansado, y también hay momentos en los que el equipo no está bien económicamente, o cuando está bien en ese sentido, le faltan muchos usuarios. Es una montaña rusa, pero esa constancia, ese esfuerzo, hace que valga la pena. A mí me da mucho subidón cuando voy a las concentraciones, veo a otra gente y todo, y me digo “venga, para adelante, vamos”, y yo misma me animo. Incluso cuando perdemos, sabemos que hay que seguir. Conseguir las sillas ahora también es un subidón. Nos agarramos a esas cosas para, cuando vienen los bajones, recordarlo.

P. Como hemos dicho, se cumplen diez años del nacimiento del club. ¿Tienes algún recuerdo marcado en la mente de estos 10 años?

R. Pues hay una persona que es imprescindible en el equipo, también mecánico, y que aunque ahora su hijo ya no juega, no nos ha querido dejar y sigue ahí al pie del cañón. Para mí, el momento que nunca olvidaré fue cuando estábamos todavía novatos y fuimos al registro de Andalucía. Fue nuestro registro, y firmamos los dos, y luego nos tomamos algo. Nos hicimos hasta fotos con los papeles firmados. Para mí, ese momento nunca se me va a olvidar porque no sabíamos lo que nos deparaba el futuro, hasta dónde íbamos a llegar. Aquello fue como tirarnos a una piscina a ciegas. Luego ha sido súper gratificante, con sus sombras y sus luces, pero muy, muy gratificante. Pero insisto, es súper importante que empecemos a visibilizar la discapacidad en del deporte, a visibilizar las mujeres con discapacidad, que si la mujer ya de por sí sufre bastante discriminación en algún aspecto, imagina una mujer con discapacidad. La manera es que haya clubes como este, y gente que apoye y apueste por este tipo de personas.

P. Y si tuvieses que cambiar o borrar algo de estos 10 años, ¿hay alguna espina clavada que quieras eliminar?

R. Es que no sé. Creo que al final tanto las cosas buenas como las malas en la vida están para algo: para aprender. Es verdad que cuando te pasan varias cosas malas dices, “Jo, que ya he aprendido, ya está”. Pero me lo dejo ahí como aprendizaje. Incluso, a lo mejor, para tener más tolerancia o verlo desde otra perspectiva. Yo, que soy más emocional, me ha costado un poco de trabajo cambiar la parte más competitiva y entender que esto ha evolucionado, que ahora es otra cosa lo que se requiere, pero bueno, hay que montarse y adaptarse a lo nuevo.

P. ¿Y cómo ve el futuro del equipo?

R. Pues lo veo bien. Me gustaría, eso sí, que viniera sangre nueva. Nos está costando mucho llegar a los chicos. Es verdad que hacemos publicidad a través de la Ortopedia Aeropuerto, aunque a veces parece que somos acosadores -ríe-, porque vemos a alguien con la silla de ruedas y nos acercamos para decirle que si nos conoce y si le interesaría venir con nosotros. La verdad es que cuesta, que no se anima la gente aunque les digamos que es para probar, que no tiene nada que ver con el fútbol. Porque, por ejemplo, tenemos una chica, Diana, que a ella no le gusta el futbol, pero le encanta ser parte del equipo, le encanta venir a los entrenamientos, pero es verdad que le cuesta. Entonces nos encantaría que viniera sangre nueva, gente con ganas, que nos ayudaran a los que estamos ahora un poquito más cansados.

P. ¿Dónde ves al equipo en diez años?

R. En otros diez años, primeros de liga, que llevamos ya unas cuantas temporadas ahí entre el segundo y el tercer puesto, y eso no puede ser. Ya cuando tengan su silla no tienen excusa, porque ahora tienen esa excusa -ríe-. Pero luego es verdad que fuimos autodidactas en este deporte, y es verdad que cuando nosotros empezamos a ir a las competiciones internacionales, nos dimos cuenta de la diferencia que hay a la hora de jugar. Ellos están acostumbrados a un estilo de juego menos abierto, de más uno contra uno, mientras que nosotros, como nuestras sillas corren menos, tienen menos fuerza, pues desarrollamos un juego más asociativo. Cuando empezamos a hacer partidos internacionales, por ejemplo mi hijo, que participó a nivel internacional en Ginebra con varios entrenadores de allí, nos dimos cuenta de que era mucho más abierto el juego. Es un signo de que el deporte está evolucionando, y creo que es parte del cambio que se hará aquí. Tiene que ser un juego más internacional, más abierto.

P. ¿Y seguirá Susana Sánchez como presidenta dentro de esos diez años?

R. Pues me gustaría. Yo voy a estar ahí, al pie del cañón, pero sí que me gustaría que fuera ya otra cara, que yo estoy ya muy vista. Pero bueno, es verdad que no tenemos muchos recursos, y mientras ellos quieran que yo esté ahí, voy a estar con ellos. No lo voy a dejar.

P. Pues con eso nos vamos a quedar, Susana. Muchas gracias por tu tiempo y por esta entrevista.

R. Nada, gracias a vosotros.

Etiquetas
stats