El Gobierno vasco cree que “las cajeras” deberían pensarse si trabajar en Prisiones al no conocer “el patio” de la cárcel

El nuevo director de Prisiones de Euskadi, Pablo Martínez Larburu, propuesto por el PSE-EE, ha tenido este miércoles su bautismo en el Parlamento Vasco. En su primera intervención desde que accedió a un cargo recién creado y que se deriva de la ya no tan reciente transferencia de las cárceles vascas, acometida en 2021, ha criticado la “herencia” que dejó el Gobierno de Pedro Sánchez -“vamos a dejarlo en floja”- y ha defendido contratar personal interino de refuerzo con un curso específico de dos semanas ante la salida del 12% de la plantilla a los centros gestionados por el Estado, que son todos los del resto de España salvo los catalanes. “Lo que te da experiencia es el patio, el tú a tú”, ha llegado a afirmar.
En concreto, ha manifestado: “Al final, para estos puestos en el que el cuerpo a cuerpo es importante, estudiarte 50 temas te da conocimiento, pero lo que te da experiencia es el patio, el tú a tú. No todo el mundo se presenta al examen. ¿Yo soy cajera del Eroski y vengo a probar?. Pues esta mujer no tiene claro a qué viene. Él o ella, vamos”.
Con la llegada de Imanol Pradales a Ajuria Enea, PNV y PSE-EE renegociaron la coalición de Gobierno y Prisiones pasó a manos socialistas. La consejera María Jesús San José se puso al frente de la cartera de Justicia y Derechos Humanos. Antes, Prisiones había estado dentro del departamento de Igualdad, Justicia y Política Sociales liderado por las nacionalistas Beatriz Artolazabal y Nerea Melgosa. En un inicio, no había una estructura propia y el magistrado Jaime Tapia ejerció el liderazgo con el rango de asesor. Ahora ya hay una dirección propia y San José ha fichado a Martínez Larburu, con tres décadas de experiencia en las cárceles vascas.
Martínez Larburu ha acudido al Parlamento a presentarse a instancias del PP. Ha iniciado su intervención explicando “en qué situación” se produjo la transferencia en 2021, “sobre todo en temas de instalaciones y personas”. Frente a las críticas a la actual gestión autonómica por parte de los sindicatos, ha indicado que antes “no estaban precisamente felices y contentos y ahora en el infierno”. Ha sostenido que las centrales, con ACAIP-UGT como mayoritaria, buscan un “cuanto peor mejor” o “trasladar una imagen tremendista” para “conseguir” mejoras en sus condiciones.
“La herencia era… vamos a dejarlo en floja. Las instalaciones eran deficientes”, ha señalado sobre el Gobierno central, que en 2021 ya llevaba tres años en manos del mismo partido que le ha propuesto para el cargo, los socialistas. Ha explicado que Zaballa se había abierto -esto ocurrió en tiempos de Mariano Rajoy- con el mismo personal que tenía el viejo penal de Nanclares de la Oca, con muchas menos plazas y dimensiones. Todavía hay módulos no abiertos por esas deficiencias y Euskadi no tiene plazas de régimen cerrado y tiene que enviar fuera a los presos “más conflictivos”. Se espera tenerlo resuelto este verano, ha dicho el director.
Y luego están Basauri y Martutene. “Vamos a dejarlo en que están viejas y deterioradas”, ha manifestado también. En Donostia se tiene que abrir Zubieta, ya construida. Acumula retrasos. En cuanto el Estado -el encargado de las obras- se la ceda a Euskadi, el traslado “no será inmediato” porque, según ha indicado, el Gobierno central previó que con cámaras de vigilancia era suficiente para la seguridad de unas zonas y hay que instalar “alambradas metálicas” ahora. “Hasta otoño no podemos abrir Zubieta”, ha afirmado. Y, sobre el centro de Bizkaia, siguen pendientes las obras en tejados y contra humedades. “Es lo que tenemos”, se ha resignado.
En cuanto al personal, se ha comprometido a “dignificar la profesión”, pasarla “del oscurantismo y el estigma, de ser carceleros, a una profesión con buena valoración social”, ha señalado. Por ejemplo, es necesario “transformar a los vigilantes de seguridad en agentes de convivencia”. “En la prisión tiene que haber convivencia, respeto y comunicación”, ha valorado.
Martínez Larburu ha reconocido también la salida en las últimas fechas de parte de los funcionarios a cárceles del Estado. Entiende que los 93 que se van -el equivalente al 12% de la plantilla total- suponen un cambio “normal” porque son personas de fuera. “Hay mucha gente que viene desde León, Asturias, Cáceres, … Toda esta gente se cansa de ir y venir. O la compensación es muy alta o lo normal es que la gente se lo plantee”, ha explicado. En 2022, al poco de producirse la transferencia, ya se fueron 81... “y 64 vinieron”. “Entiendo que es una cifra normal”, ha apuntado.
El director de Prisiones, que ha adelantado que se lanzarán nuevas bolsas y plazas próximamente, ha confiado en que se apunte la gente. “Cuando lanzamos aquella primera convocatoria de interinos, teníamos mucha incertidumbre con una sociedad que históricamente ha sido a reacia a participar de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Pensábamos que iba a tener poca acogida y nos sorprendió que 804 se apuntaran”, ha manifestado. Ante las quejas del exceso de horas extraordinarias -que se abonan a 15 euros-, ha admitido que “son más que puntuales” porque han sido “necesarias en la medida en que la plantilla no era suficiente”,
Es ahí, en todo caso, cuando ha hecho la reflexión de que no todo el mundo vale para trabajar en Zaballa, Martutene o Basauri, de la importancia de saberse manejar en el “cuerpo a cuerpo” y de las “cajeras del Eroski” que se apuntan para “probar” y luego renuncian. Ahora se ofrece un curso de dos semanas, de diez días lectivos. Ante las críticas por su supuesta insuficiencia, ha indicado que “está negociado con los sindicatos” y que aporta “conocimientos básicos y técnicas elementales de actuación”.
Tras la comparecencia, el PP ha criticado la gestión vasca de Prisiones. Santiago López Céspedes, el portavoz 'popular', ha considerado “crítica” la situación en materias como infraestructuras o personal. Ha señado que hay “sobreocupación” de internos ee “infraocupación” de funcionarios, todo a la vez. EH Bildu, por boca de Eraitz Sáez de Egilaz, también ha puesto sobre la mesa las “deficiencias evidentes” del modelo. Vox, entretanto, se ha centrado en que las exigencias de euskera y los porcentajes de extranjeros delincuentes son claves para entender la situación.
El PNV, socio de los socialistas, ha apoyado la gestión de Martínez Larburu. Sí ha dicho Xabier Barandiaran, que apura sus últimos días como miembro del Euzkadi Buru Batzar, que la transferencia ayuda a configurar un “modelo propio” para paliar esa “distancia” que la sociedad vasca ha mantenido con la gestión estatal. “Hay que seguir desarrollando este trabajo”, ha urgido Barandiaran.
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