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Siete siglos de historia del grabado y el dibujo de la mano de Da Vinci, Van Gogh o Goya de Budapest hasta el Guggenheim

Una mujer mirando la exposición 'Obras maestras sobre papel de Budapest' en el Museo Guggenheim de Bilbao

Maialen Ferreira

Bilbao —

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A Leonardo Da Vinci le interesaban las figuras “heroicas” de hombres maduros y ancianos. Para el artista, la belleza no la representaba la figura de una persona joven, sino la de un hombre mayor, fuerte y poderoso y los llevaba al papel con grandes narices aguileñas o mentones prominentes de tal manera que los personajes de sus obras podrían resultar hasta grotescos y exagerados. Para elaborar sus obras, una de sus grandes pasiones era estudiar la anatomía del cuerpo humano mediante autopsias a cadáveres. Se calcula que, pese a estar prohibido, pudo realizar autopsias a unos treinta cadáveres para después conseguir dibujar con claridad y cada detalle de gran parte de los órganos del cuerpo. Uno de esos dibujos puede verse desde este viernes en el Museo Guggenheim de Bilbao.

Se trata de 'Estudios de cabezas, ca. 1504–05', realizado a carboncillo sobre papel. Una de las 150 'Obras maestras sobre papel de Budapest' muestra que viaja a lo largo de siete siglos de la historia del grabado y el dibujo para llevar desde el Museo de Bellas Artes de Budapest hasta la pinacoteca bilbaína el arte de grandes figuras como Alberto Durero, Leonardo da Vinci, Rafael, Rembrandt, Francisco de Goya, Miklós Barabás, Henri de Toulouse Lautrec, Pablo Picasso, Vicent Van Gogh, Egon Schiele, Victor Vasarely, Vera Molnár, Judit Reigl, Dóra Maurer e, incluso, Georg Baselitz, Katharina Grosse y Gerhard Richter.

Muchos de los autores plasmaban las primeras ideas de sus obras en esos bocetos que después se convertirían en pinturas o esculturas. En el caso de Van Gogh, la exposición muestra su obra 'El jardín de la casa parroquial de Nuenen en invierno' 1884 realizada en pluma y tinta parda sobre papel. La muestra, que ocupa varias salas de la segunda planta, recorre la evolución del dibujo como “la forma de expresión artística más antigua” y el recorrido propuesto plantea “un puente que conecta ideas y emociones con la representación visual”, así como revela “su carácter dinámico y su capacidad para adaptarse a las exigencias en todas las épocas evidencian su relevancia y actualidad”, según han explicado este jueves en una rueda de prensa que ha contado con la presencia del director del museo, Juan Ignacio Vidarte y de los comisarios, Kinga Bódi, por el Museo de Bellas Artes de Budapest y Marta Blàvia, por el Guggenheim Bilbao.

La exposición se plantea en 12 sesiones temáticas que muestran las características distintivas de cada época, resaltando al mismo tiempo las conexiones y cuestiones más relevantes en el ámbito del dibujo y el grabado. Su objetivo, según han informado desde el museo, es “arrojar luz sobre las centenarias tradiciones de estos géneros, su constante apertura a la innovación, y sus variadas soluciones formales, rasgos esenciales y característicos efectos estéticos”.

Si bien las piezas se muestras en disposición cronológica, respetando la división por periodos históricos, cuando se ha considerado “pertinente”, se ha optado por una “aproximación narrativa” que trasciende las clasificaciones tradicionales para ofrecer una comprensión de “mayor calado” y “explorar diferentes perspectivas y contextos del arte”. Por su parte, y tal y como han explicado, la técnica del grabado transforma “radicalmente la producción y difusión de imágenes, democratizando el acceso al arte y actuando como catalizador en periodos influyentes como el Renacimiento y la Reforma”.

Según han detallado durante la presentación de la exposición, el dibujo, como forma de expresión artística más antigua, se erige “como un puente que conecta ideas y emociones con la representación visual”. “Su carácter dinámico y su capacidad para adaptarse a las exigencias de todas las épocas evidencian su relevancia y actualidad”, sostienen desde el Guggenheim. Por su parte, el grabado, que emergió y se consolidó a partir del siglo XV, “transforma radicalmente la producción y difusión de imágenes, democratizando el acceso al arte”. “Este medio no solo facilitó la circulación masiva de obras, sino que también actuó como catalizador en períodos influyentes, como el Renacimiento y la Reforma”.

Las obras exhibidas proceden de los fondos del Museo de Bellas Artes-Galería Nacional Húngara de Budapest, institución que exhibe tesoros de arte internacional que abarcan desde la Antigüedad hasta siglo XXI, así como arte húngaro desde la Edad Media hasta el presente.

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