Expertos elevan el sobrecoste del modelo público-privado elegido por Feijóo para el hospital de Vigo a 1.000 millones de euros

El Consello de Contas hizo público en julio de 2024 su informe de fiscalización sobre el modelo elegido para construir el hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo. La conclusión era que el sistema de colaboración público-privada por el que optó la Xunta, entonces dirigida por Alberto Núñez Feijóo, costó 470 millones de euros más de lo que habría supuesto un encargo de las obras por la vía tradicional. Ahora, un estudio centrado en los aspectos económicos realizado en la Universidade de Vigo y adelantado por el diario Faro de Vigo eleva ese sobrecoste a 1.000 millones de euros.

El trabajo, liderado por Francisco Reyes Santías, que es integrante del grupo de investigación de gobernanza, economía y naturaleza de la Universidad de Vigo en el campus de Ourense, se ha difundido en una publicación especializada, International Journal of Healthcare Management, con el título 'Is the mortgage model appropriate for financing hospitals? A case study' (¿Es el modelo hipotecario adecuado para financiar hospitales? Un caso de estudio).

Reyes expone que el análisis se basó en la relación entre el coste y el beneficio desde una perspectiva financiera y económica, sin entrar en otras consideraciones sobre la toma de decisiones que el experto considera que corresponderían al campo de la ciencia política. El cálculo del valor actual neto hecho por los expertos se sometió a 10.000 interacciones con un ordenador. El modelo de simulación, con distintas variables, llevaba a que en “un grandísimo porcentaje” de las interacciones el modelo más adecuado era haber financiado las obras a través de la Sociedade Pública de Investimentos (SPI). Esta era la opción que había dejado planteada el gobierno anterior al de Feijóo, el bipartito de PSOE y BNG que gestionó la Xunta entre 2005 y 2009.

En comparación con esta alternativa, dice Reyes, la financiación privada que se aplicó supuso un sobrecoste de 1.000 millones de euros, que se reparten a lo largo de más de dos décadas. La cifra es superior a la calculada por el Consello de Contas porque este análisis parte de la propuesta publicada para el concurso público para la concesión, pero actualiza las cantidades para estimar los pagos en los años que se recogían en ese concurso. El modelo para el Álvaro Cunqueiro supuso dejar la financiación de las obras en manos privadas -a cambio de un canon anual que la Xunta empezó a pagar cuando se entregaron las instalaciones y que sigue abonando en la actualidad-, además de servicios no clínicos del área sanitaria de Vigo.

El estudio comparó no solo la vía de la SPI y la púbico-privada, sino también la de recurrir a la financiación tradicional directamente a través de los presupuestos de la Xunta, expone Reyes, que es economista y que sostiene que la “mejor opción” habría sido recurrir a una empresa pública para financiar la construcción. El trabajo ha sido analizado y revisado por otros expertos en la materia antes de publicarse. El equipo que lo elaboró está integrado también por María Fe López Juiz, jueza que ahora está destinada en los juzgados de lo Social de A Coruña y es profesora del departamento de Dereito Público de la Uvigo, y por Sergio Cinza Sanjurjo, médico de Atención Primaria y miembro del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS), además de profesor de la Universidade de Santiago de Compostela.

El hospital se puso en marcha en 2015 en medio de polémicas y multitudinarias protestas. Su apertura no supuso el fin del millonario concierto que la Xunta mantiene con Povisa para dar atención a miles de vecinos del área sanitaria de Vigo. Y el despilfarro detectado por Contas llevó, en parte, a la apertura de una comisión de investigación en el Parlamento de Galicia. Aunque se creó a iniciativa del BNG, el PP utilizó su mayoría absoluta para controlarla, vetar la comparecencia de Feijóo -pese a ser el presidente de la Xunta durante casi todo el periodo analizado- y aprobar unas conclusiones respaldadas solo por sus votos.

Reyes indica que, para valorar las decisiones tomadas sobre la construcción del hospital vigués, es necesario tener en cuenta que el contexto entonces era el de los efectos de la crisis financiera de 2008 y las medidas de control sobre la deuda pública. “Curiosamente”, dice, “este modelo de financiación público-privada no computaba como deuda pública”.