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Identifican en una incineradora los restos de la joven que desapareció tras meterse en un contenedor de basura en Mallorca

Agentes de la Policía Nacional, en una imagen de archivo

Esther Ballesteros

Mallorca —
28 de febrero de 2025 14:25 h

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Tras varios meses de búsqueda en la planta incineradora de Son Reus, en Mallorca, los investigadores han identificado los restos óseos de Agostina Rubini, la joven de 24 años que desapareció el pasado 2 de octubre en Palma tras introducirse, de acuerdo a las pesquisas llevadas a cabo desde entonces, en un contenedor de basura buscando algo que se le había caído y perder el conocimiento dentro del mismo. Tras ello, un camión de la Empresa Municipal de Aguas y Alcantarillado (Emaya) volcó en su interior el contenido del depósito en el que se hallaba Rubini y lo condujo hasta la planta de tratamiento donde recientemente fueron hallados sus restos.

Tras cribar más de 60.000 toneladas de residuos, el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional encontró más de mil restos óseos que fueron posteriormente analizados por el Instituto de Medicina Legal de Balears. El estudio de los mismos permitió determinar que dos de los restos analizados eran humanos, siendo remitidos al laboratorio para la extracción de ADN con el objetivo de contejarlo con las muestras obtenidas de los familiares. La investigació ha acreditado finalmente que los restos óseos recuperados pertenecen a Agostina Rubini.

El mismo día en que la joven fue vista por última vez, la Policía Nacional abrió una investigación a raíz de la denuncia interpuesta por su desaparición la noche del 2 de octubre. Los investigadores consiguieron centrar los últimos movimientos de Rubini y establecieron una hipótesis sobre su desaparición, que apuntaría a un fallecimiento de etiología accidental y descartaría la participación de terceras personas. La joven, tras salir con unos amigos, se habría introducido de manera voluntaria en el contenedor, donde, tras haber perdido el conocimiento, fue trasladada por un camión de recogida de residuos hasta la planta de tratamiento de Son Reus.

Con autorización judicial, el Grupo de Homicidios paralizó la actividad de la planta e inició una intensa búsqueda en distintas partes de la planta, cribando más de 60.000 toneladas de residuos, lo que se prolongó durante más de un mes y para lo cual se establecieron turnos de 24 horas.

La investigación llevada a cabo por el Grupo de Homicidios se ha dado así por finalizada, tal como señala la Policía Nacional en un comunicado, que agradece la coordinación y colaboración con el Instituto de Medicina Legal de les Illes Balears, los agentes de la Brigada Provincial de Policía Judicial y Policía Científica y la ofrecida por la empresa que explota la planta de Son Reus.

La reconstrucción de los hechos

Tal como explicó en su momento el inspector jefe del grupo de Homicidios, Ángel Ruiz, la última imagen de Agostina con vida fue registrada por una cámara de seguridad a las 23.57 horas del 2 de octubre en la confluencia entre la plaza des Pont y la calle Andrea Doria de Palma. Los agentes sospechaban que desde allí pretendía tomar el autobús hasta Palmanova, donde residía, tras tomar algo con unos amigos en el Paseo Marítimo.

La principal hipótesis con la que han trabajado los investigadores desde el primer momento es que la joven se introdujera de forma voluntaria en un contenedor de basura buscando algo que se le hubiera caído y que, fruto del consumo de bebidas alcohólicas, perdiera el conocimiento en su interior.

Sobre las 00.20 horas, ya el jueves 3 de octubre, la misma cámara registró cómo llegaba el citado autobús, al que se subieron tres personas, pero ninguna de ellas Agostina. Una de las pasajeras, interrogada por la Policía, explicó que a escasos 30 centímetros del container encontró un bolso -perfectamente colocado en el suelo- y una blusa de estampado de leopardo, la misma que la joven llevaba esa tarde. Esa prueba, sumada al hecho de que ninguna cámara de seguridad de la zona volvió a grabar a Agostina -ni subiendo por Andrea Doria ni regresando al Marítimo- y a que el posicionamiento de su teléfono se mantuvo en la plaza des Pont, hicieron que la del contenedor fuese la única explicación posible.

Una vez en su interior, los agentes sospecharon que perdió el conocimiento y quedó atrapada. “Es imposible sobrevivir una vez se entra en el camión de recogida de residuos. Llevan hasta diez toneladas, que se prensan y se almacenan de forma que no hay oxigeno dentro. Entendemos que en ese momento estaba privada de sentido y no creemos que fuera consciente”, señaló el inspector jefe.

Según el testimonio de sus amigos, habían consumido alguna bebida alcohólica a la salida del instituto en el que estudiaban. “Descartamos la intervención de tercera persona por varios motivos. El tránsito de personas y vehículos por la zona es totalmente normal, no se ve a nadie que pudiera haber parado su coche y forzado a Agostina a subir. Además, sería incongruente que el bolso estuviera perfectamente posado y el teléfono dentro del contenedor (...). Si alguien hubiera cometido un ilícito penal, no se hubiera deshecho de un vestigio y dejado otro, es de sentido común”, indicó el inspector Ruiz al inicio de las pesquisas.

El jefe de Homicidios manifestó que pudo haber perdido el conocimiento debido a su escasa estatura, a su baja tolerancia al alcohol y a que tomaba medicación. Además, ha agregado, de camino a la parada del autobús la joven paró en una tienda de alimentación que frecuentaba, cuyo dueño aseguró que esa noche parecía afectada.

El posicionamiento telefónico conduce hasta Son Reus

El posicionamiento del terminal móvil de la desaparecida la posicionó en la plaza des Pont desde que la cámara la graba hasta las 00.27 horas del día 3, cuando un camión de Emaya recoge la basura. Desde entonces, el móvil siguió la misma ruta que el vehículo y a idéntica velocidad hasta llegar a la planta de Son Reus. Agostina hizo el mismo recorrido.

El camión cargado de algo más de siete toneladas de basura y -al menos- el teléfono llegaron a Son Reus a las 00.52, aunque no descargó su contenido hasta las 01.59 horas debido a un fallo mecánico en la báscula de la planta de tratamiento. A partir de ese momento, la basura se mezcló con otras 12.000 toneladas almacenadas, entre las cuales el móvil dio su última señal a las 2.59 horas.

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