El futuro de EEUU, en manos de un grupo de multimillonarios: “Lo que buscan es un mundo sin reglas”

El encuentro para presentar a los socios y socias de elDiario.es la nueva revista del periódico 'El mundo, en sus manos' arrancó este jueves con la presentación de Gumersindo Lafuente, editor de la revista. Con el reciente triunfo de Donald Trump en Estados Unidos, decía, se ha puesto en efervescencia a un grupo de milmillonarios que han acabado por acercarse no solo a Trump sino incluso a otros líderes autoritarios como el presidente ruso Vladímir Putin.
En este número de la revista de elDiario.es, en esta ocasión una edición especial con dos portadas y que puedes leer en su versión digital aquí, se trata de dar respuesta a algunas interrogantes como: ¿Quiénes son los nuevos amos del mundo? ¿Por qué los políticos populistas se acercan a ellos? ¿Con qué fines están acumulando tanto poder? Pero también nos preguntamos: ¿Por qué la democracia está en peligro? o ¿cuál es el papel del periodismo independiente en este momento tan inquietante?
La presentación de este último número arrancó con una breve introducción de la corresponsal de elDiario.es en Reino Unido, María Ramírez, que destacó cómo algunas de las primeras medidas de la nueva administración estadounidense, el caos político, las órdenes contradictorias, el agobio de los periodistas, el acoso a los críticos o las publicaciones sin parar en redes sociales, se parecen mucho a la primera presidencia de Trump.
Ramírez señalaba cómo los intentos de control del Departamento de Justicia, el acercamiento a Putin o medidas contra los inmigrantes o los aranceles son similares, aunque su escala ha ido más allá. En su opinión esto se debe a que Trump ya no tiene “los frenos en su Gobierno que tenía entonces”. “No solo no tiene esos frenos, sino que está rodeado de ideólogos con la intención de desmantelar la democracia”, añadía.

De vuelta a la actualidad, María Ramírez sí destacaba una diferencia en “la persecución que estamos viendo en las universidades”, tanto contra las instituciones educativas como contra estudiantes y profesores extranjeros. “Es algo que no habíamos visto en el primer mandato. Y hay miedo en los campus. Hay más miedo que en 2017”, enfatizaba la subdirectora de elDiario.es, que también recordaba que el gobierno de EEUU tiene “prisa” por aplicar estas medidas ante las elecciones de medio mandato de 2026 en las que el Partido Republicano podría perder la mayoría legislativa.
Tras esta breve presentación, el corresponsal político del periódico Iñigo Sáenz de Ugarte hacía un breve recorrido por la evolución de la tecnología móvil desde mediados de los años 90, cuando poco a poco comenzó a percibirse como una herramienta que incrementaba las posibilidades de derrocar dictaduras, con ejemplos como las protestas de Irán en 2009 o las llamadas primaveras árabes, hasta los casos de Cambridge Analítica o las presuntas injerencias extranjeras en diferentes elecciones a partir de la segunda del siglo XXI.
“Se pensaba que solo con un móvil la gente, en general joven, podían enviar un mensaje mucho más efectivo y sofisticado que muchos regímenes que ofrecían todos los días informativos de televisión que parecían mucho más antiguos”, recordaba Sáenz de Ugarte, que señalaba cómo los estados autoritarios “aprendieron la lección muy pronto”.
El periodista afirmó que los países occidentales han descubierto que los sistemas de tecnolgías de la información, que podían ser peligrososo para la supervivencia de las dictaduras, “pueden ser igualmente peligrosos para la superviviencia de las democracias”. También defendió que nos encontramos ante “una especie de lucha libre” en la que ciudadanos y medios de comunicación compiten pero sin reglas claras: “Las conscuencias negativas son evidentes, pero las consecuencias positivas no parecen ya muy claras”, añadía.
A continuación, Gumersindo Lafuente preguntaba a la periodista Delia Rodríguez por el multimillonario Peter Thiel. “Thiel es supermultimillonario como todos ellos, lleva muchos años siendo uno de los personajes más importantes de Silicon Valley, pero lo que le da más valor es que tiene una perspectiva mucho más intelectual, ya que estudió Filosofía en Standford”, explicaba Rodríguez, que incidió en que “ve el poder como una forma de conseguir sus objetivos ideológicos” y que era el único que estaba “desde el principio con Trump”.
Delia Rodríguez, que recuerda que Thiel controla Palantir, una empresa de análisis de datos que trabaja, entre otros, para el Gobierno de EEUU, explicó que se crió en el apartheid de Sudáfrica, al igual que Elon Musk, y cómo es “un verdadero nerd”. “También tuvo problemas en su infancia”, señala la periodista, que describe cómo aquello “se transformó en un sentimiento de superioridad absoluto y de desprecio al resto de la humanidad. Solamente cree en hacer las cosas a su manera”, lo que enmarcaba en su ideología “transhumanista”.

Además, describió cómo Peter Thiel “no inventa nada”, sino que “en lo que es bueno realmente es en invertir”: fue el primer inversor de Facebook. “Él es un ultracapitalista. Ni siquiera cree en el enfrentamiento entre las empresas, lo que cree es en el monopolio”, zanjaba Rodríguez. “Thiel es transhumanista. Él cree literalmente en el apocalipsis, de hecho cree que Satán llegará encarnado en un líder globalista...”, una serie de tendencias ideológicas hiperfuturistas que la periodista cree que encajan “muy bien” con los principios del protofascismo.
Andrés Gil, subdirector de información internacional de elDiario.es, ponía como ejemplo en su intervención inicial el discurso del presidente de Argentina, Javier Milei, en Davos, al ser preguntado por el uso negativo del concepto 'woke' y si este tipo de líderes políticos autoritarios están ganado adeptos. “Milei decía cómo ya no estaba tan solo”, y mencionaba a Donald Trump, a Benjamín Netanyahu, a Nayib Bukele o a Giorgia Meloni.
“Milei hablaba del wokismo, que alfinal son todas las políticas que han hecho posibles avances en derechos en las últimas décadas”, seguía el periodista, que destacaba la “fijación extraordinaria” de este tipo de líderes ultraconservadores en las políticas de diversidad e igualdad y recordó cómo la administración Trump llegó incluso a culpar a estas políticas de un accidente aéreo o el último decreto presidencial que busca revertir las políticas inclusivas en el Ejército de EEUU.
Gil destacaba la contradicción entre los discursos de estos líderes de defensa de la libertad, de Elon Musk, o de la época de Adam Smith pero obviando el capitalismo que se basaba en la existencia de imperios, de la esclavitud o de jornadas interminables o vacaciones inexistentes, y lo resumía: “Ellos al final lo que buscan es un mundo sin reglas. Porque aspiran a ser ellos los que estén por encima de las reglas”.
En ese momento del encuentro, salió a relucir el término de 'ilustración oscura', que definió Delia Rodríguez como la definición que los pensadores de la derecha más conservadora han asociado a “los tecnócratas que lo que vienen a decir es que ya no nos valen esos valores [de la ilustración] y que hay que ir a otros valores oscuros”. La periodista reconocía que esta filosofía tiene “parte de provocación”, pero “también de que se lo creen realmente”.
Preguntado por las negociaciones vigentes entre Estados Unidos y Rusia para tratar de poner fin a la guerra en Ucrania, Sáenz de Ugarte afirmaba que “Europa, la Unión Europea, queda muy mal”, ya que la unión de estados del Viejo Continente “es una antítesis de lo que busca ahora mismo EEUU”, por lo que ahora el país norteamericano “nos considera sus adversarios”. El periodista de elDiario.es cree que esta situación demuestra que Europa “tiene que tomar una serie de decisiones” y que la OTAN “está muerta como concepto”, por lo que parece que la UE “solo tiene opciones menos malas”, pero por las que deberá optar.

Andrés Gil reconocía la existencia de divisiones en el seno de la UE que “en realidad son 27 gobiernos” y cómo ahora es más difícil aprobar algunas medidas por el veto habitual del gobierno de Hungría. Sin embargo, Gil recordaba cómo, a pesar de que las primeras sanciones a Rusia “costaron mucho”, la UE acumula ya más de 16 rondas de sanciones económicas contra la Federación rusa.
Además, el responsable de Internacional de este periódico recordaba cómo las elecciones de Alemania han dejado una sensación de que “no solamente la influencia de Elon Musk da votos” y “no ha terminado de ser un impulso fuerte” para formaciones de extrema derecha como AfD en el país germano.
Delia Rodríguez comparaba algunas de las publicaciones irónicas y memes en redes sociales en los últimos meses con la industria de Hollywood y los efectos del actual ejecutivo de Trump. “Hollywood tiene todo el dinero del mundo para hacer que una película funcione... Y fracasan, y de repente es un desastre la película. Es decir, puedes tener todas las herramientas, el poder, haber moldeado el ecosistema de medios como tú quieres y fallar”, apuntaba.
Iñigo Sáenz de Ugarte criticaba que “se ha sobreestimado la capacidad de influencia de los medios” de la misma manera que considera que se ha sobreestimado la capacidad de interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales de EEUU de 2016 o en elecciones europeas posteriores.
“Nadie ha demostrado nunca una relación causa y efecto y que eso ha condicionado las elecciones del país”, indicaba, para afirmar después que “eso no resta drama, pero sí nos hace pensar que no está nada escrito, que no hay que dar por hecho que aunque los grandes magnates de Twitter, Facebook, Amazon estén totalmente aliados con Trump, con los enemigos de Europa y que los únicos partidos de Europa a los que apoyan sean los partidos de ultraderecha, eso no quiere decir que haya terminado el partido”.
Gumersindo Lafuente, que recordaba la fascinación de este tipo de personajes con Vladimir Putin desde la época de Berlusconi en Italia o de Aznar en España con el ejemplo del viaje de las hijas del presidente ruso en 2005 a Benidorm en un avión del mandatario italiano, preguntaba a los tres periodistas por el origen de este deslumbramiento.
Tanto Iñigo Sáenz de Ugarte como Andrés Gil coincidieron en que los líderes europeos que admiran a Putin lo hacen “por el poder que tiene” en Rusia. “No es que haya sido un presidente, es que ha dominado por completo toda la política del país durante 25 años”, recordaba el corresponsal político de elDiario.es, que destacaba cómo otros líderes buscan ese poder que ostenta Putin y no tener enfrente a jueces o periodistas incómodos, a lo que Gil añadía que “cuando acabe su mandato va a haber estado en el poder más tiempo que Stalin”. Delia Rodríguez incidía en que, en su opinión, también existe una cuestión psicológica en esta fascinación por el líder ruso.
Ya en el turno de preguntas de las socias y socios de elDiario.es, Ugarte recordaba que mucha gente puede llegar a votar contra sus intereses económicos por muchos factores como cuestiones de identidad, de estudios o de inquietudes y odios: “Hay gente votando a la extrema derecha cuando se ha beneficiiado de la reforma laboral o el aumento del salario mínimo”.

Preguntado por el futuro inmediato o posibles soluciones para el conflicto bélico en Gaza, el responsable de internacional Andrés Gil se mostraba pesimista: “Realmente lo que hemos visto desde el 7 de octubre es que Israel no ha tenido ninguna cortapisa para seguir haciendo lo que está haciendo, que es un genocidio con todas las letras y con más de 50.000 muertos”, y añadía que quienes han podido parar las acciones bélicas del Gobierno de Netanyahu “no lo han hecho”. Gil cree que estamos en un momento de “dar vía libre a la limpieza étnica” y que “no hay perspectivas” y el horizonte “es demoledor”, ya que se deja en el aire “la mera idea del Estado palestino”.
Preguntada por las consecuencias de la última ola del feminismo en la actual reacción conservadora, la periodista Delia Rodríguez ve “incuestionable” que existe una reacción conservadora al feminismo. “Tiene mucho que ver también con la economía y con el papel del hombre como proveedor, que es algo que siempre ha estado en el canon de la masculinidad y que en un contexto de crisis económica ha provocado muchas inseguridades y crisis en el hombre”.
Rodríguez reconocía que le preocupa mucho la influencia de internet y de los algoritmos en esta situación de crisis de la masculinidad tradicional: “No hay una relación causa-efecto tan inmediata ni tan directa pero sí que yo veo cómo hay un algoritmo de chicos, un algoritmo de chicas, unos contenidos dirigidos a hombres y otros a mujeres...”
Y finalizaba: “Ahora mismo comparamos los móviles de cada uno y no tienen nada que ver, nos segmentan...” y explicaba cómo las redes llevan a los hombres hacia un control sobre sí mismos a nivel físico y sobre el dinero mientras que a las mujeres las dirigen hacia un control sobre sí mismas en relación con la belleza o la psicología, “y todos tienen en común contenidos que intentan que mantengas el control en una etapa totalmente incierta”.
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