Polestar 4, el eléctrico de los ejecutivos

Para aquellos usuarios que quieren a toda costa conducir un vehículo considerado premium, ya sea por deseo personal o por imagen de empresa, dejarse ver en un modelo de una marca poco conocida y 100% eléctrica como Polestar puede ser hoy por hoy un factor de distinción muy seductor. Si el coche en cuestión es un Polestar 4, un SUV cupé de 4,84 metros y líneas tan elegantes como poco vistas, la atracción asciende un peldaño más que se traduce en que muchos ojos no pueden evitar detenerse en tan agraciada silueta.
Puestos a destacar, el Polestar 4 exhibe un elemento muy inusual: una luna trasera opaca que a la vista parece conformar un todo con su techo panorámico de grandes dimensiones. La firma sueca propiedad de la compañía china Geely explica que con esta solución se busca dotar de mayor luminosidad al habitáculo y de más altura para los pasajeros traseros, dado que la caída más pronunciada del techo comienza justo por detrás de sus cabezas.
A falta de cristal posterior, la visibilidad hacia atrás del conductor se encomienda a una cámara que proyecta la imagen en el retrovisor interior, algo que ya ofrecen algunos fabricantes como alternativa al espejo convencional, pero que en este caso resulta obligado. El problema que se plantea en este caso concreto es que, a nuestro juicio, el retrovisor queda demasiado cerca de quien está al volante. Además, la imagen muestra al vehículo que nos sigue en la vía más cerca de lo que realmente está; para entendernos, como si lo tuviéramos pegado al paragolpes.

El habitáculo del coche nos deja sensaciones de distinto signo. Por una parte, la factura general nos parece sencillamente soberbia, lo que hace buenas migas con la amplitud interior excepcional que hace posible una distancia entre ejes de casi tres metros. El maletero dispone de nada menos que 526 litros de capacidad (1.536 con los asientos traseros plegados), a los que se suman los 15 litros que encontramos en el cofre situado en el vano delantero, perfectos para transportar los cables de carga.
En la parte más negativa no podemos dejar de aludir a la necesidad de recurrir a la pantalla central, de 15,4 pulgadas, para un sinfín de acciones, lo que a estas alturas está acreditado como una fuente innegable de riesgos. A cambio, no cabe duda de que la ausencia de botones ayuda a crear la atmósfera minimalista tan tanto define a las marcas de origen escandinavo.

Por el momento, Polestar tiene a la venta dos versiones del penúltimo modelo que ha comercializado en España (inmediatamente después ha lanzado el Polestar 3, del que te hablaremos más adelante). La Single Motor que acabamos de probar, disponible desde 65.900 euros, incorpora un motor de 272 caballos y una batería de 102 kWh con la que se pueden recorrer teóricamente 620 kilómetros entre recargas. La variante Dual Motor, a partir de 72.900 euros, incorpora dos motores eléctricos que suman 544 CV y la misma batería, en este caso con un alcance de 590 km.
Aerodinámica y consumo
Las prestaciones de esta última son deslumbrantes, como demuestra un 0-100 km/h en 3,8 segundos, pero los 7,1 que invierte el modelo de un solo motor en idéntica maniobra tampoco hablan de un vehículo precisamente lento. Su rendimiento resulta más bien de lo más equilibrado, a nuestro parecer, y permite además unas cifras de consumo de energía sensiblemente mejores y, en consecuencia, una superior autonomía tanto en las pruebas de homologación como en conducción real, que es la que de verdad importa.

En nuestros días de utilización del modelo hemos obtenido una media inferior por poco a los 20 kWh/100 km -por 17,8 logrados en ciclo WLTP-, y el alcance efectivo del coche antes de recargar se situó ligeramente por encima de los 400 km. Una aerodinámica bien trabajada es responsable en buena parte de este consumo que cabe considerar razonable para un coche que, aunque visualmente liviano, no deja de ser muy voluminoso.
A pesar de que la arquitectura eléctrica del Polestar 4 sea de 400 voltios, la recarga admite una potencia máxima de hasta 200 kW, con la que el paso del 10% al 80% de la capacidad de la batería se completa, sobre el papel, en 32 minutos. En corriente alterna, el tope es ahora de 22 kW y la operación lleva 5,5 horas.
Sea cual sea la variante escogida, el estilizado modelo de Polestar se antoja ideal para altos ejecutivos a quienes agrade explorar caminos distintos de los ya conocidos por todos en el mercado premium, esto es, los que transitan vehículos que lucen estrellas o aros en el frontal. De hecho, la firma de la otra estrella -Polaris, la Estrella del Norte- gana cada vez más adeptos en el canal de empresas merced a diversos acuerdos de car policy suscritos con diversas compañías en los tres años que lleva presente en nuestro país.