Sevilla recupera el 'talento perdido' del matemático Alberto Mínguez: “Muchos investigadores querrían venir a España”

Dice Alberto Mínguez Espallargas que 'prestigio' “es una palabra clave en el sistema de investigación científica”. Por eso, cuando consiguió una plaza en la “prestigiosa” Escuela Normal Superior de París, y aunque entonces tuviera apenas 20 años, allá por 1999, no dudó en dejar su Sevilla natal para dar el primer gran paso de su carrera como investigador en Francia. Ahora, en 2025, la capital andaluza recupera uno de sus grandes 'talentos perdidos' ya que Mínguez Espallargas regresará en septiembre a la Universidad de Sevilla como personal investigador.
Se fue cuando era “prácticamente un niño”, con una carrera ya empezada en la Hispalense, y ahora vuelve tras haberse consolidado como matemático a nivel mundial. Ha sido seleccionado para impartir docencia en la ENS-Ulm, en Francia; ha sido profesor titular de la Universidad de Viena, ocupando la cátedra de Álgebra y Teoría de Números; y ha impartido clases en las universidades de Nueva York, Shanghái, Kioto, Michigan y el MIT, entre otras. Gracias a la financiación aportada por el programa ATRAE, de la Agenda Estatal de Investigación, Mínguez Espallarga traerá a la Universidad de Sevilla un proyecto que “promete avanzar en nuestra comprensión de una de las teorías más importantes de las matemáticas modernas”.
De prácticamente un millón de euros se ha dotado a la Hispalense para financiar no solo esta investigación, sino una posterior plaza de catedrático que la propia universidad se ha comprometido a crear. Esto permitiría a Mínguez Espallargas quedarse, también, cuando pasen los cuatro años que dura el proyecto. El investigador señala que tiene “muchas ganas de ayudar”: “el Instituto de Matemáticas de la Universidad de Sevilla (IMUS) tiene unas instalaciones estupendas, pero le falta financiación. Mi sueño es que ese se convierta en un centro de referencia a nivel mundial”.
No solo vuelve el talento
Uno de los requisitos para ser seleccionado por el programa ATRAE es “encontrarse dentro del 10% de la lista de investigadores/as más destacados en su área de especialización a nivel global”, según la convocatoria del proyecto. Y aunque suele hablarse del valor científico que supone recuperar ese 'talento perdido' que es Mínguez Espallargas, no solo vuelve a Sevilla un gran matemático.
Este sevillano natal ha hecho “toda una vida” fuera de España. “Llevamos mucho tiempo siendo extranjeros, tanto mi mujer como yo”, dice Mínguez Espallargas, que junto a su pareja, Amaya García, ha escrito la trilogía de novelas de ciencia ficción 'Doce Soles'.
“Ahora, nuestros tres hijos podrán estar cerca de sus abuelos”, se alegra el investigador, que confiesa no haber dejado de tener contacto con España en todo este tiempo: “Por supuesto, tengo que estar al día de la actualidad del país en el que vivo (Francia o Austria, hasta ahora). Pero, por algún motivo, siempre estoy más implicado con lo que pasa en España, aunque viva fuera. España duele más, no deja de ser el lugar donde he nacido. Por eso, y aunque estoy abandonando un puesto en la Universidad de Viena con unas condiciones muy buenas, me merece la pena dar este nuevo paso”.
Calidad de vida o buenas condiciones laborales
Respecto a estas condiciones, aunque Mínguez Espallargas no deja de calificarlas como “mejores que en España”, quiere “desmentir” ese “mito” de que “en Europa todo es fabuloso para los investigadores”. Dice el sevillano que, a la hora de decidirse por investigar en un país o en otro, los científicos se ven “forzados” a “escoger una precariedad”. “Por ejemplo, en Austria pagan muy bien a los postdoctorados, pero el puesto solo está asegurado durante tres años. En Francia, los puestos de profesor titular están mal pagados, como en España, y el sistema es muy elitista. El alemán, por su parte, funciona como una pirámide, y hay unos cuantos investigadores con buenas condiciones laborales, pero el grueso de ellos tiene una situación más precaria”.
En estas “imperfecciones” del sistema, y en la “excelente” calidad de vida que ofrece España, Mínguez Espallargas ve una “oportunidad muy buena para que nuestro país trabaje en atraer investigadores de todo el mundo, no solo españoles. Cuando les cuento a mis colegas del mundillo que me vuelvo a Sevilla, a algunos les da envidia sana. Yo creo que muchos científicos querrían venir a investigar a España, aunque sigan faltando recursos. Mira yo, que renuncio a un mejor sueldo y a un sistema que me permite concentrarme únicamente en mi labor científica a cambio de vivir en Sevilla. Y piensa, también, en los investigadores estadounidenses: algunos se estarán planteando irse a otro país, con la que está cayendo allí. Es una gran oportunidad para atraer todo ese talento”.
“Está mejorando el panorama científico en España”
El programa ATRAE celebra, en 2025, su tercera convocatoria. Aún está por decidir quiénes serán los seleccionados de esta edición, pero entre 2023 y 2024 se han conseguido traer a España 58 investigadores que desarrollaban su trabajo fuera.
El Instituto de Parasitología y Biomedicina López Neyra, de Granada, es uno de los que se beneficiará “de un talento muy valioso y consolidado a nivel internacional”. La directora del instituto, Fuencisla Matesanz, asegura que “las aportaciones de investigadores de este calibre son capaces de impulsar la visibilidad de ciertas unidades de investigación y que estas, a su vez, pueden atraer a otros talentos, hasta que los centros se acaban convirtiendo en puntos de referencia internacionalmente”.
Así, este centro de Granada recibirá a Pedro Rodríguez Cutillas, bioquímico que se formó en el King's College de Londres y que traerá a España una investigación que quiere averiguar “cómo y por qué las células cancerígenas desarrollan resistencia a ciertos medicamentos”. Esto, según Rodríguez Cutillas, “podría llegar a traducirse en el descubrimiento de formas para revertir esa resistencia, y aumentar la efectividad de algunos tratamientos contra el cáncer”.
Dice el investigador que “cuando se hace un descubrimiento o un avance importante en Medicina, se beneficia toda la sociedad porque esos avances, luego, se exportan. Eso sí, que esto ocurra en España implicaría que las petentes se crearían ahí, y que lo que concierne a esa investigación cobraría, en ese sitio, una importancia mayor que cualquier otro”. Añade que programas como el de ATRAE son “muestras de que el panorama español está cambiando mucho”. Además, afirma percibir “cada vez más presencia española” en los eventos a los que asiste como investigador y científico.
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