La moda rápida crece en la UE: cada europeo compra 19 kg de textiles al año, más que nunca

Cada europeo compró 19 kilos de textiles en 2022, el valor más alto registrado hasta la fecha, y generó 16 kilos de residuos de este tipo, lo que convierte a estos productos en la quinta categoría de consumo con más impacto ambiental y climático de los hogares de la Unión Europea (UE).
Son las principales conclusiones del informe publicado este miércoles por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), que recoge que el consumo de ropa, calzado y otros textiles para el hogar ha pasado de los 17 kilos de 2019 a los 19 registrados en 2022, “suficiente para llenar una maleta grande”.
“El impacto de nuestro sistema actual de producción y consumo de textiles continúa causando grandes presiones en nuestro medio ambiente y clima, incluido a través del uso del material, el agua y la tierra, las emisiones de gases de efecto invernadero, los químicos y los microplásticos”, alerta el documento.
Al aumento de la llamada 'moda rápida' han contribuido el comercio online, los influencers de redes sociales y los bajos costes de producción de textiles sintéticos, que permiten a los minoristas ofrecer “nuevos estilos a bajos precios”.
Tecnologías digitales como la impresión 3D pueden reducir los residuos en la producción y la presión ambiental y climática de los textiles al mejorar la eficiencia, según la AEMA, aunque también se corre el riesgo de aumentar el consumo al permitir costes de producción y precios más bajos.
El informe destaca que la estrategia textil de la UE busca reducir estos impactos y que estos productos sean más circulares y sostenibles, lo requiere un cambio sistémico para avanzar hacia la producción de bienes más circulares y de mayor calidad, con un mayor valor de uso y que sean más fáciles de reutilizar, reparar o reciclar.
Casi 7 millones de toneladas de residuos
Además, en 2022 los Estados miembro de la UE generaron 6,94 millones de toneladas de residuos textiles, unos 16 kilos por persona, cifra que ha permanecido “relativamente estable” desde 2016.
Pese a que la recogida de desechos textiles ha aumentado 4,3 puntos porcentuales desde 2016, “en general, la recogida de estos residuos ha sido baja”.
En 2022, el 85 % de todos los residuos textiles no se recogió de forma diferenciada y acabó con el resto de basura de los hogares europeos, para terminar en vertederos o incineradoras, sin posibilidad de ser reutilizado o reciclado.
Se ha reducido la cantidad de textiles que acaban en vertederos (del 21 % de 2010 al 12 % de 2022), pero ha crecido la que va a incineradoras (del 10 % al 14 %).
“Se espera que la implementación de la legislación de la UE sobre la recogida separada de residuos textiles, a partir de 2025, aumente significativamente las tasas de captura de textiles de los hogares”, defiende el informe.
También han aumentado exponencialmente las exportaciones de textiles usados, que casi se triplicaron entre los años 2000 y 2019, y han permanecido desde entonces estables en los 1,4 millones de toneladas.
La AEMA alerta de que, a pesar de que estas exportaciones deberían estar destinadas a la reutilización o el reciclaje, estudios muestran que “entran en un patrón muy complejo de comercio, clasificación, reutilización, reciclaje y vertido, y algunos se queman o se arrojan a la naturaleza, principalmente en países africanos y asiáticos”.
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