Los bonobos intuyen la ignorancia de los demás y derriban otro mito: no es una capacidad exclusivamente humana
Los bonobos (Pan paniscus), conocidos también como chimpancés pigmeo, son capaces de intuir la ignorancia de los demás y cooperar para resolver alguna situación compleja que se les presente, una habilidad que hasta ahora se creía exclusiva de los seres humanos, según un nuevo estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
El equipo de la Universidad Johns Hopkins (EE.UU.) llegó a esa conclusión después de evaluar el comportamiento de un grupo de estos primates a los que se le puso un reto: encontrar una golosina que estaba escondida dentro de un vaso y utilizando otros para despistar, más conocido como el juego de la bolita.
Así, pusieron a prueba a Nyota (25 años), Kanzi (43) y Teco (13), tres bonobos que viven en Ape Initiative, una organización sin ánimo de lucro dedicada a la investigación y la educación. Ellos esperaban pacientemente a que el humano señalara dónde estaba la golosina. Sin embargo, cuando no lo sabían, salían en su auxilio.
Los simios no solo acertaban, sino que a veces señalan la taza con efusividad, sobre todo Kanzi, que estaba muy motivado por la comida. “Señalaba repetidamente en ciertas fases del experimento; daba varios golpecitos para llamar nuestra atención y era bastante insistente en ello”, apuntan.
“Predijimos que si los simios realmente rastreaban la ignorancia, cuando sus compañeros carecían de conocimiento estarían señalando más a menudo y más rápido y eso fue exactamente lo que hicieron”, asegura el coautor Chris Krupenye.
Habilidad para cooperar y comunicarse
Además, sostienen que los resultados sugieren que “los simios pueden tener simultáneamente dos visiones del mundo contradictorias en su mente”: “Saben exactamente dónde está la comida y, al mismo tiempo, saben que la visión de su compañero sobre la misma situación carece de esa información”.
A su juicio, ese es uno de los hallazgos más relevantes: los simios son capaces de cooperar y de comunicarse como lo harían los humanos en estas situaciones. “Este trabajo demuestra las ricas bases mentales que los humanos y otros simios comparten, y sugiere que estas habilidades evolucionaron hace millones de años en nuestros ancestros comunes”, concluyen los investigadores.
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