La victoria de Melody cambia el rumbo del Benidorm Fest: por qué 'Esa Diva' sienta precedente, para bien y para mal

Una vez finalizado el Benidorm Fest 2025 con la victoria de Melody y su elección como próxima representante de España en Eurovisión, es momento de hacer balance y extraer conclusiones sobre un festival que acumula ya una trayectoria de cuatro años en RTVE. Algunas de ellas las analizamos en la previa, poniendo en valor la introducción de unas novedades que todo el mundo pedía y que dieron como resultado la final más abierta y emocionante hasta la fecha. Otras, sin embargo, conviene plantearlas a posteriori, ya vista la 'foto completa' y conocida la identidad de una ganadora que puede sentar un precedente en el certamen.

Quien haya estado pendiente de la televisión y los medios estos días sabrá que Melody ganó el pasado sábado 1 de febrero el certamen de la televisión pública con Esa Diva, canción que fue tercera en las votaciones del jurado profesional y que el público aupó en el televoto hasta llevarla a conquistar el Micrófono de Bronce y el billete a Basilea 2025. Sin embargo, la artista sorprendió instantes después de la gala al confirmar que hará cambios en la propuesta, a la postre la elegida y más votada por los espectadores, e incluso modificará su producción musical y concepto escénico de cara a Eurovisión.

“A la producción se le va a dar una vuelta para que en Europa se entienda muchísimo mejor. Lo que hagamos musicalmente va a sorprender”, comentó la ganadora, para después añadir que “la puesta en escena se cambiará” y que podría incluso no parecerse a la vista sobre el escenario del Benidorm Fest: “No sé si habrá algún matiz que hemos tenido aquí. La peineta tiene que estar porque es internacional, pero tenemos que dar una vuelta”, afirmó.

Sus palabras, reafirmadas horas después en una entrevista con verTele y más medios, contradicen una máxima intrínseca al Benidorm Fest desde su propia concepción: la de elegir y votar el 'pack' que mejor pueda representarnos en el festival de Eurovisión. Así se ha defendido y esos han sido los criterios de los jurados profesionales desde la primera edición, cuando la entonces polémica victoria de Chanel dio para horas y horas de debate e incluso Miryam Benedited, miembro del grupo de expertos y máxima defensora de SloMo, lo argumentó de este modo.

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El tiempo les dio la razón y no sólo se consiguió un histórico tercer puesto en el certamen europeo, sino que además se demostró la importancia de tener el Benidorm Fest como preselección para poder elegir una propuesta completa, competitiva y preparada para ponerle un 'lazo' y lucirla ante Europa. De hecho, en verTele lo analizamos con expertos, incluida la propia Benedited y el escenógrafo Javier Pageo, en la previa de la segunda edición.

Desde aquella victoria de Chanel, el certamen de RTVE ha seguido esa 'regla' y se han elegido los 'packs' que más han gustado a jurados y espectadores para llevarlos al festival prácticamente idénticos a como se habían visto en el show de casa. Y es que siempre se ha planteado como una ventaja, también desde la propia RTVE, que las propuestas estuvieran ya trabajadas y sólo hubiera que adaptarlas al gran escenario de Eurovisión sacándoles algo más de brillo, pero manteniendo el mismo concepto.

Así se hizo con SloMo, que mejoró su vestuario, iluminación, y la coreografía y voz tras el dance break pero se presentó en Turín 2022 con el mismo proyecto que le hizo ganar en Benidorm. Y también se repitió con EaEa de Blanca Paloma en Liverpool 2023 y con Zorra de Nebulossa en Malmö 2024, que introdujeron mejoras en los trajes y algunos elementos, pero conservaron las ideas originales. Todas ellas, apoyadas por una televisión pública que tuvo que salir al paso de quienes pedían cambios significativos en la idea artística de Zorra, y que no se llegaron a valorar.

Ahora, pasada la cuarta edición, la intención de Melody de “dar una vuelta” completa a una actuación que eligió el público porque le gustaba así deja dudas sobre la premisa del Benidorm Fest y esa máxima que ha seguido desde su puesta en marcha en 2022. El objetivo de la artista, evidentemente, es el de mejorar lo máximo posible su show para potenciar su talento y llevar a España a lo más alto. Sin embargo, sienta un precedente de cara al futuro y obliga a RTVE a reflexionar sobre el rumbo de esta gran cita musical, que ya hizo saltar alguna alerta tras Eurovisión 2024 por su necesidad de autodefinirse.

La victoria de Melody, un cambio de rumbo en el Benidorm Fest

El triunfo de Esa Diva supone un golpe de timón en la trayectoria de un proyecto como el Benidorm Fest que todavía es joven, pero que ya va acumulando su historia con cuatro ediciones. Y es que no se debe ignorar que puede suponer un cambio de rumbo significativo en un camino que hasta el momento parecía firme.

El primero de los motivos es el arriba analizado, el precedente que deja por esa intención de modificar su propuesta con el riesgo que eso conlleva: que a quien la eligió no le represente tanto como la vista sobre el escenario de Benidorm que fue elegida en el compendio de los votos de jurado y público. A pregunta de verTele, Melody se mostró convencida de que todo van a ser mejoras y no va a defraudar, argumento que se ve reforzado por su larga carrera como artista. Sin embargo, si su concepto muta de manera radical en Basilea es evidente que no lloverá a gusto de todos los que creyeron que su actuación era la mejor para Eurovisión.

La segunda clave en este cambio de dirección en Benidorm es que de las propuestas favoritas que optaban a ganar y que completaron el top 3, la de Melody era la menos vanguardista en su conjunto. Mientras una victoria de Uh Nana de Daniela Blasco o de V.I.P. de J Kbello podía evidenciar que el festival de RTVE evoluciona edición tras edición, siendo un reflejo de la música que se escucha hoy en España y mostrando una línea continuista también a nivel escenográfico, la de Esa Diva está más alineada con los shows que gustaban y llevábamos ante Europa hace unos años, cuando nuestras preselecciones estaban en otro punto.

Por otro lado, sin embargo, este éxito de Melody también tiene una lectura positiva, y es que es la primera vez que el nombre más mediático del cartel gana el Benidorm Fest. En los primeros tres años, las propuestas que han triunfado han sido las de artistas emergentes o desconocidos, mientras los grupos y cantantes de renombre parecían servir únicamente de reclamo sin serias opciones de victoria. Algo que se evidenció más que nunca en 2024 con los casos de Miss Caffeina y María Peláe, que fueron hundidos por el jurado en su final, y que puede ser una de las razones por las que este Benidorm Fest 2025 ha estado carente de otros cantantes con cierta trayectoria.

Así las cosas, el triunfo de una artista querida y respetada por el público y la industria puede servir de 'efecto llamada' de cara a 2026 para otros compañeros en su misma situación que tengan dudas de cuál puede ser la acogida del público. No obstante, a todos ellos cabe pedirles la implicación y calidad que merece el que aspira a ser el festival referencia de nuestra música, enterrando argumentos como el que se ha escuchado en los últimos días a favor de Melody, incluso en un programa de RTVE como Mañaneros. De ella se ha dicho en plató que “se lo debíamos”, pero el Benidorm Fest no debería ser un certamen para saldar cuentas pendientes y premiar a artistas que merecieron ir en el pasado a Eurovisión, sino a los que lo merecen hoy porque sus propuestas son las mejores del cartel.

La profesionalización del Benidorm Fest avanza y pide un paso más

A pesar de todo, el Benidorm Fest continúa su camino a la consolidación, erigiéndose como una de las preselecciones para Eurovisión más ambiciosas de todo el continente. Atrás quedaron, y afortunadamente cada vez más lejos, aquellos años de improvisadas galas en pequeños platós de la cadena pública en Madrid -a las que no deberíamos nunca regresar-, con unos medios limitados que contrastan con los que actualmente se utilizan en el certamen celebrado en Benidorm.

Además, a lo largo de sus primeros cuatro años de vida, el festival ha vivido su propia evolución hacia una profesionalización, tanto en el aspecto técnico como en el artístico, cada vez más afinada. La optimización del espacio y de los recursos que ofrece el Palau d'Esports L'Illa de Benidorm crece año a año, apuntalando el diseño de su escenario para sacarle el máximo partido a todas las candidaturas presentadas. Este año, en ese sentido, sí que ha habido otro salto de calidad, tal vez impulsado también por la experiencia que RTVE ganó durante la organización del pasado festival de Eurovisión Junior 2024 en la Caja Mágica de Madrid, cuyo notable resultado analizamos en este otro artículo.

Ahora bien, de nada vale toda esa maquinaria puesta al servicio de los participantes y sus equipos si estos no logran ofrecer un espectáculo a la altura de lo que hoy por hoy se demanda. Y aunque finalmente la gran final del Benidorm Fest 2025 tuvo un nivel medio solvente, lo cierto es que durante las semifinales ninguna de las propuestas logró el efecto de convicción respecto a ese 'pack' del que hablábamos y que otrora sí consiguieron actuaciones como las de Chanel o Blanca Paloma, incluso desde los ensayos previos a los que acude siempre la prensa especializada.

Las semifinales, por tanto, quedaron algo deslucidas (especialmente la primera, la menos competitiva de los últimos años) ante la presencia de artistas sin experiencia en la industria y, más aún, en eventos y escenarios de esta magnitud. Esto se palpó en algunos de los candidatos que no respondieron a la exigencia vocal del directo que se requiere, o que ofrecieron planteamientos escenográficos o de realización bastante limitados. Todo se acentuó además cuando los espectadores pudieron ver las actuaciones de la gran mayoría de las artistas invitadas, como ocurrió con Amaral o Edurne, que suponía para los concursantes un agravio comparativo.

Por ello, el Benidorm Fest debe trabajar también en la profesionalización parcial de su cartel, con artistas o grupos consagrados que se animen a participar igual que los noveles y más desconocidos, y que lo hagan acompañados de equipos de larga trayectoria en el sector audiovisual que sí sean capaces de exprimir las grandes posibilidades que ofrece un escenario como el de la ciudad levantina. Una posible solución pasaría por introducir la figura de un director artístico propio del Benidorm Fest que trabajase para todas las propuestas, aunque luego cada candidato llevase a su propio equipo.

En esa lucha por traer a más artistas de renombre al Benidorm Fest no se deberá quitar tampoco el foco al odio que año a año sigue generando el evento, tal y como el propio Rayden, por ejemplo, ha denunciado tras la final a través de sus redes sociales. El cantante, participante del primer Benidorm Fest y miembro del comité de selección en dos de los siguientes, ya advertía durante una reciente entrevista con verTele que este era uno de los motivos por los que muchos cantantes o grupos conocidos no se atrevían a dar el paso de concursar. “Como festival debemos mejorar muchas cosas desde un lado, pero también desde el otro del público, porque no se puede ser tan nocivo”. Que así sea.