A Coruña en largo recorrido: una guía para disfrutar cada parada en su paseo marítimo de 12 kilómetros

De día y de noche, A Coruña rebosa un ambiente único. Sus jardines, iglesias y museos convierten a esta ciudad portuaria en un destino con buenas razones para ser visitado. Qué mejor manera de apreciar cada detalle que recorrerla a pie, sin prisas, disfrutando cada enclave con calma. La mejor opción para esto es su emblemático Paseo Marítimo, que acompaña la caminata con sus enormes y modernistas farolas. Extendido a lo largo de aproximadamente 15,05 km bordeando el mar, sus orígenes se remontan a principios del siglo XX, y durante años ostentó el título de paseo marítimo más largo de Europa; fue en 2016 cuando se cedió este reconocimiento al Paseo Marítimo de Lanzarote. Pero a pesar de la diferencia de longitud, ambos ofrecen su encanto, convirtiéndose en espacios ideales para disfrutar del paisaje y la brisa marina.

El recorrido: algunos puntos clave
Comenzando la ruta en las cercanías de la EDAR de Bens, depuradora biológica de la comarca, podremos ver las imponentes Islas de San Pedro y el Monte de San Pedro, al que se puede acceder desde el paseo mediante un ascensor panorámico. Pasos más adelante, veremos desde la lejanía la enorme escultura del Pulpo alzada en hormigón armado con gres de mil colores que relucen de diferentes formas según los rayos del sol. Siguiendo el recorrido encontraremos el obelisco Millenium, que de noche propaga su luz a través de 142 focos.
Unos kilómetros más adelante se extienden tres playas: Praia de Riazor, Praia do Orzán y, más pequeña, la Praia Matedro. Situadas en pleno casco urbano, todas ellas son espacios de interés, ideales para crestear sus olas con una tabla de surf. Por ese punto del paseo están dos de los Museos Científicos Coruñeses: el Aquarium Finisterrae y la “Domus” o Casa del Hombre.
Desde aquí bajamos hacia la Torre de Hércules, un monumento que data de la época romana (siglo II d.C.), aunque se teoriza sobre una posible construcción fenicia previa, y fue restaurado y sometido a importantes reformas durante los siglos XVII y XVIII. Su singularidad hizo que la Torre se convirtiese en el emblema de la ciudad gallega, adoptado por todos sus habitantes e instituciones. Declarado Patrimonio de la Humanidad, se trata del único faro romano que ha conservado en cierta medida su integridad estructural y que sigue desempeñando la misma función.

Kilómetros más adelante, siguiendo en paralelo el paseo Menhires, nos encontraremos con una escultura de piedra: Hércules en la nave de los Argonautas. Con un poco de imaginación, parecerá que la delgada línea de tierra sobre la que reposa se desvanece y surca las aguas del mar. Pero no es el único monumento lítico, siguiendo por el tramo se encuentra Los Menhires por la Paz, un grupo escultórico de doce piezas dispuestas en círculo con aberturas cuadrangulares que simulan ventanas al paisaje y al mar, creando su propia dinámica entre la tierra, el cielo y el mar, con la Torre de Hércules en la lejanía.

Muy cerca de este está el Monumento a los Fusilados no Portiño, un tributo a las víctimas de la guerra civil que se alza adecuadamente para designar al espacio donde fueron represaliados con la muerte muchos ciudadanos durante la dictadura franquista. También en este último tramo, precisamente en los pequeños acantilados de la playa de Razo, se pueden apreciar distintos estratos de una playa fósil con miles de años de antigüedad, testimonio de la evolución del arenal.
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