Tres lugares de España que te recordarán a la roca de ‘El Rey León’

Imagen de la película 'El Rey León'

Alberto Gómez

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No, no hay que irse hasta África para sentirse como el jovencito Simba al divisar el horizonte cuando su padre, Mufasa, lo levanta en abrazos en una roca, denominada la del Rey, en la que seguramente aquel cachorro de león sintió vértigo, físico y emocional.

Y es que en España atesoramos mil y un parajes dignos de cualquier taquillera película, incluida El Rey León. Y en varios de ellos podemos sentirnos muy pequeños frente a la madre Naturaleza, diminutos ante la vegetación o incluso el igualmente majestuoso mar. Si quieres comprobarlo, apunta: Murcia, Tarragona o Navarra.

Collado Bermejo es el nombre del mirador murciano que ofrece una de las mejores panorámicas de toda la Sierra Espuña. Y una razón obvia es que su altitud llega a los 1.201 metros. Puedes parar aquí, respirar un buen rato y, lógicamente, hacer unas cuantas fotos con tu móvil para, a continuación, seguir ascendiendo hasta el Morrón de Espuña y los Pozos de la Nieve. 

De hecho, se trata de un puerto de montaña pintoresco y muy recorrido por los amantes del ciclismo, porque se trata de un entorno natural impresionante. Tantas buenas cuestas tiene que por aquí suele pasar la Vuelta a Murcia. En sí, el saliente rocoso tiene unos cinco metros de largo por dos de ancho y una inclinación de unos 35 grados no apta para los que sufren de vértigo.

La leyenda de Abdelazia

Si uno asciende la costa catalana llegará hasta Tarragona, provincia a la que pertenece una bonita localidad llamada Siurana de Prades, que también alberga un risco con panorámicas espectaculares desde el que se puede ver un embalse del río Siurana y la sierra del Priorat.

La leyenda del lugar de impresionantes vistas, el Salto de la Reina Mora, dice que Abdelazia, hija del valí de Siurana, al verse perseguida por las tropas cristianas, prefirió saltar al abismo del acantilado con su caballo que caer en manos enemigas. Curiosamente hoy todavía se puede ver la marca de una herradura del caballo que dejó el animal al intentar frenar en vano… según la leyenda.

Por último, el mirador navarro de Zamarain también es una roca para, en este caso, disfrutar de las vistas de la Selva de Irati y el río que lleva el mismo nombre, el valle de Aezkoa y el robledal de Betelu. Otro antojo para aquellos que se deleitan ante parajes majestuosos en los que detenerse y escuchar algo muy diferente al mundanal ruido.

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