Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
La justicia investigará si la pareja de Ayuso sobornó a un directivo de Quirón
Una casa al otro lado del muro: Omar, el palestino que venció a la ocupación israelí
OPINIÓN | 'Alberto Quirón, ese chico del montón', por Esther Palomera
Sobre este blog

Desdeelsur es un espacio de expresión de opinión sobre y desde Andalucía. Un depósito de ideas para compartir y de reflexiones en las que participar

Pfffff, otro 8M

Una pancarta durante una manifestación de estudiantes por el 8M en Sevilla

0

Estamos a las puertas de otro 8M, otro en el que voy a poner la gota amarga. Siempre me ha generado conflicto este día, y desde hace algunos años me siento hastiada cuando me preguntan sobre esta fecha. No es tanto por el día, que es importante, sino más en el contexto que estamos transitando actualmente en el que se ve más encarnizado el rearme de la injusticia social, pero el feminismo, aunque avanza, sigue teniendo asignaturas pendientes hacia sí mismo.

Y no hablo del Feminismo, uno y grande, sino de feminismo, así en pequeñito que se multiplica y puede dialogar con otras realidades y cuestiones. Pero en las actividades del 8M de este último ciclo recuerdo más a mujeres blancas gritándome que los machistas son “mis hombres” o mujeres blancas disfrazadas de africanas para “visibilizar” el problema de la frontera, aunque no hablen ni sepan nada de la realidad de las africanas en España (y pareciera que ni les interesa).

Pero lo que más violenta es cuando te piden estar en una mesa, te están representando porque en el cartel de la manifestación está la figura de un afro, pero la Ley de Extranjería no toca porque el 8 de marzo es el día de las MUJERES; aunque la situación administrativa de miles de mujeres migrantes esté condicionada a su vínculo matrimonial. Claro, es que eso sólo le afecta a algunas, no a todas y eso, pues... divide. Pero creo que más bien incomoda verse en el espejo de la realidad de ser personas que no sean sólo oprimidas sino también opresoras y con la capacidad de ejercer violencia. Y sí, hay feministas y feminismos que quieren y ponen su energía en avanzar resolviendo estas cosas de forma trabajada y no fingiendo que todo está bien, o que es una tontería para luego preguntarse dónde está la diversidad o por qué no nos queremos integrar.

Sin embargo, no es sólo un tema de racismo, pues tristemente se extiende a otras compañeras: discapacitadas, neurodivergentes, trans, lesbianas, las de sectores populares, y un largo etcétera, pudiendo extenderse a quienes viven en el mundo rural, por ejemplo, dado que el entender el género como algo transversal que está en el centro tiene como problema que compartimenta, como si de cajones independientes se tratasen, cada parte de la sociedad que conforma y cruza a una persona, no de forma apilada (mujer y sorda) sino como el cruce de dos ríos (mujer sorda), eso que llamamos interseccionalidad.

Para que los feminismos sean garantes de derechos deben ser amplios, buscando la transformación y el avance social, no sólo una igualdad entre hombre y mujeres sin cuestionar las implicaciones hacia otros colectivos y quienes se encuentran en medio

Entre todo esto, hay que recalcar que la infancia sigue siendo una de las asignaturas pendientes dentro del feminismo como agente político de cambio, debido a cuál es su objeto de defensa: la mujer adulta. Porque, aunque esta mujer sin apellidos implica que es blanca, tiene papeles, es europea o nacional, neurotípica, sin discapacidad y otros etcéteras que ponen de manifiesto las carencias que murmullan desde los suelos pegajosos a quienes les hablan de techos de cristal cuyos trozos, una vez rotos, quienes tienen los pies pegados al suelo tendrán que recoger.

Y es que hemos de tener en cuenta que la violencia a la infancia sigue siendo un tabú en España, más en el seno familiar y más especialmente si hablamos de violencia sexual. Un tabú que se basa en la premisa de que nadie concibe que su hermano haya tocado a su hija, porque la familia es sagrada, y que ya no sólo dificulta el abordarlo en la familia o públicamente sino que en la agenda feminista está en la lista de temas incómodos que no se tocan.

Aunque está ganando aún mayor visibilización, artivistas como Pamela Palenciano lo muestran en su obra “Arrancamiento”, desde donde denuncia el abuso sexual intrafamiliar, y también señala y encarna la violencia institucional dirigida a las madres protectoras que tienen el valor de denunciar estos casos.

Porque si las adultas cuando denunciamos violencia y abuso somos expuestas a una revictimización (y acoso para no romper el silencio), en la infancia es aún mayor. Según datos de Save The Children “solo en el 35,59% de los casos consta que se ha utilizado la prueba preconstituida, es decir, la grabación del testimonio para que no tengan que repetir esa declaración en reiteradas ocasiones”.

Por eso para que los feminismos sean garantes de derechos deben ser amplios, buscando la transformación y el avance social, no sólo una igualdad entre hombres y mujeres sin cuestionar las implicaciones hacia otros colectivos y quienes se encuentran en medio. Porque, entonces, sólo hablaremos de una mujer que pueda identificarse con un feminismo.

Sobre este blog

Desdeelsur es un espacio de expresión de opinión sobre y desde Andalucía. Un depósito de ideas para compartir y de reflexiones en las que participar

Etiquetas
stats