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El PP se niega a poner una placa a Donato de Cos, asesinado por los nazis en un campo de concentración porque fue republicano

Última foto que recibió la familia de Donato de Cos (con bastón) hecha un mes antes de que le apresaran los nazis.

Olga Agüero

Santander —

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El Partido Popular del Ayuntamiento de Rionansa se ha negado a poner una placa pública a Donato de Cos, un vecino del pueblo que fue asesinado por los nazis en agosto de 1941 en el campo de concentración de Gusen después de pasar por Mauthausen. El hijo mayor de la víctima, Maximino, tiene 103 años y antes de morir albergaba el deseo de ver reconocida la memoria de su padre, quien combatió a los alemanes en el ejército francés después de exiliarse de España tras la Guerra Civil.

Hace unos días, el PSOE de Rionansa llevó al Pleno municipal de Rionansa la propuesta de Maximino –impulsada también desde la Asociación Archivo Guerra y Exilio (AGE)– para reconocer la memoria de esta víctima de los nazis. La petición consistía en colocar una placa en su recuerdo o una stolperstein (una piedra de la memoria, un adoquín con una lámina de latón) a la entrada del Ayuntamiento. El grupo municipal del PP, con el apoyo de un concejal tránsfuga del PRC, votaron en contra pese a que Donato de Cos además había sido teniente de alcalde del propio Consistorio durante la República.

Precisamente este ha sido el motivo para negarle el homenaje público. El alcalde de Rionansa, José Miguel Gómez (PP), no considera adecuado que “se honre a una víctima de un bando y no se honre a los otros”. Aunque en este caso concreto, resulta difícil de justificar que también habría que honrar al régimen nazi. A lo que refiere el alcalde, en declaraciones a elDiario.es tras la celebración del pleno, es a los antecedentes republicanos de Donato de Cos que, a su juicio, le inhabilitan para ser merecedor de un reconocimiento público por luchar contra el fascismo alemán.

No se puede desvincular el nombre de Donato de Cos del sufrimiento en un campo de concentración de la Alemania nazi, pero también estaba identificado con un bando de la Guerra Civil

“No se puede desvincular el nombre de Donato de Cos del sufrimiento en un campo de concentración de la Alemania nazi, pero también estaba identificado con un bando de la Guerra Civil”, ha señalado el alcalde de Rionansa a este periódico. Dejando claro el motivo de su negativa, ha considerado que “aquí no ha habido referencias a ninguno de los dos bandos, nunca ha existido una placa referida a estos hechos, y un reconocimiento público que quede para la eternidad sería injusto”.

Los argumentos esgrimidos por el alcalde popular para rechazar la propuesta hablan de la Guerra Civil española, mientras que el portavoz socialista ha insistido en que los hechos que se honran corresponden a la II Guerra Mundial, puesto que Donato de Cos fue asesinado en 1941 fuera de España.

Tampoco ha convencido al equipo de gobierno del PP en Rionansa que en todos los países de Europa se recuerde a los muertos en campos de exterminio nazis con una stolperstein, un pequeño adoquín cubierto con una lámina de latón dorado que se inserta en el suelo con los datos del deportado asesinado por el régimen de Hitler, ya sea en la acera, a la entrada de su domicilio, o en donde desempeñó su trabajo. El alcalde se ha mostrado inflexible y se ha remitido a que el primer represaliado del pueblo “fue un señor al que sacaron de su casa en el 36 y apareció con un tiro en una carretera”. “Así que no podemos reconocer unas víctimas sí y otras no”, ha advertido.

Donato de Cos nació en 1895 en el pueblo de Riclones y con 12 años emigró para huir de la pobreza. Se embarcó de fogonero en un barco de la Compañía Trastlántica Española y viajó por América central, Cuba, México, Buenos Aires o Manila, antes de pasar tres años trabajando en la construcción en Nueva York. Regresó a su pueblo natal en 1931, ya casado y con seis hijos, y se afilió a la Federación Socialista Montañesa y a la UGT antes de desempeñar el cargo de teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Rionansa hasta que las tropas franquistas entraron en Cantabria.

En un primer momento, partió al exilio, pero al poco cruzó la frontera catalana y se unió al Ejército de la República en la Batalla del Ebro, donde fue herido de gravedad, sufriendo una lesión que le acompañó de por vida y que le obligó a utilizar bastón. En 1939 se exilió nuevamente en Francia, siendo apresado en el campo de concentración de Argelès sur–Mer.

Donato de Cos fue el prisionero 3.498 de Mauthausen, aunque su pueblo no se lo quiera reconocer

Gravemente enfermo, fue rotando por varios campos de concentración hasta que el Gobierno francés les obligó a elegir entre alistarse en el Ejército o ser entregados a la dictadura de Franco. Así fue como Donato de Cos se convirtió en soldado francés en la Compañía Militarizada de Trabajadores. Cuando los alemanes atacaron Francia, fue apresado en Dunkerque. La Gestapo lo clasificó como “preso político” o rotspanier (rojo español) y se convirtió en el prisionero 3.498 de Mauthausen, aunque fue en el campo de concentración de Gusen donde fue asesinado por los nazis en 1941.

Fue un día de agosto cuando lo mataron a palos los guardias, en su propia cama, de donde apenas podía levantarse ya de lo enfermo y hambriento que estaba. Donato de Cos había intentado organizar una resistencia dentro del campo y se había negado a trabajar porque su salud no lo permitía. Tenía 46 años cuando murió, aunque su familia se enteró varios años después.

Y es que para su familia de Rionansa la situación también fue duramente adversa. El final de la Guerra Civil española dio paso a una brutal represión y a un hermano de Donato de Cos lo fusilaron en el cementerio santanderino de Ciriego, mientras que otro falleció a causa de las secuelas que le dejaron las torturas padecidas en su estancia en la cárcel.

Sin embargo, la fortaleza del padre la heredaron sus hijos. Es curioso cómo, pese a estas circunstancias, en la familia parecía haber penetrado el gen de la resistencia y de la lucha. Su hijo mayor, Manuel, militante comunista, formó parte de la resistencia antifranquista en la clandestinidad y ayudó a pasar a Francia a decenas de republicanos para evitar la represión franquista, hasta que lo detuvieron y condenaron a muerte, pena finalmente conmutada por varios años de cárcel y trabajos forzados. Otro hijo, el guerrillero Jesús de Cos, formó parte de la Brigada Machado.

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