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El hombre que convivió en Oviedo con el cadáver momificado de su madre cobró durante meses su pensión de 2.000 euros

Edificio del barrio ovetense de La Corredoria donde los agentes hallaron el cadáver momificado de la mujer de 73 años.

Pilar Campo

Oviedo —

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El hombre de 45 años que fue detenido el pasado lunes en el barrio ovetense de La Corredoria tras el hallazgo del cadáver momificado de su madre, Lorentina Suárez, de 73 años, no notificó su muerte para seguir cobrando alrededor de 2.000 euros mensuales de las dos pensiones que percibía su progenitora, según han indicado a elDiario.es Asturias fuentes próximas a la investigación.

El detenido llegó a primera hora de este jueves desde dependencias policiales hasta la sede del Juzgado de Instrucción número 3 de Oviedo. Tanto en comisaría como ante la magistrada se ha negado a declarar.

La Fiscalía ha solicitado que el hombre permanezca en libertad provisional durante la instrucción del procedimiento y su presentación los días 1 y 15 de cada mes en dependencias judiciales hasta que se esclarezcan las circunstancias de la muerte de la mujer.

En principio, las diligencias han empezado a instruirse por un delito de homicidio, aún sin determinar si es culposo o doloso a expensas de recibir los informes definitivos de la autopsia; un delito de maltrato animal y un delito contra la seguridad social relacionado con el posible cobro de las pensiones de la madre

Auto de puesta en libertad provisional

El Ministerio Fiscal ha argumentado que su petición de libertad provisional se basa en el hecho de que es pronto para saber si hay algún tipo de delito imputable al detenido, sin perjuicio de las derivaciones que pudieran sucederse de la instrucción de la causa.

La magistrada, que estaba de guardia cuando ocurrieron los hechos, ha seguido el criterio de la Fiscalía y ha dictado un auto para su puesta en libertad provisional.

Los delitos

En principio, las diligencias han empezado a instruirse por un delito de homicidio, aún sin determinar si es culposo o doloso a expensas de recibir los informes definitivos de la autopsia; un delito de maltrato animal y un delito contra la seguridad social relacionado con el posible cobro de las pensiones de la madre, según ha confirmado un portavoz del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA).

En un principio, no se apreciaron signos de violencia en el cadáver, si bien se calcula que la mujer podría llevar “meses e incluso años muerta” por causas naturales.

Los vecinos aseguran que desde la pandemia no volvieron a ver más a Lorentina, a la que llamaban 'Tina' y en sus relatos ante los medios de comunicación han coincidido en que tanto la madre como su hijo José mantenían buena relación.

Las pensiones que cobraba

No obstante, en múltiples ocasiones se habían quejado de los malos olores de la vivienda; una circunstancia que se pudo comprobar, posteriormente, que se debían a las condiciones infrahumanas en las que vivían.

A pesar de que la hipótesis que cobra más fuerza es que el hombre no quiso avisar de la muerte de su madre para seguir cobrando los 2.000 euros que percibía mensuales a través de dos pensiones y que él mismo cobraba una pequeña cantidad como beneficiario de una pensión no contributiva, su vivienda estaba en muy malas condiciones higiénicas.

La tesis más probable es que padezca el síndrome de Diógenes, ya que estaba rodeado de un montón de basura y siguió conviviendo con el cadáver de su madre, con once perros y tres gatos.

En dependencias policiales, el hombre se había negado a hablar delante de los agentes y no llegó a pronunciar ni una sola palabra de cómo era la convivencia de puertas adentro de su casa con su madre, ni cuándo se había producido su fallecimiento, ni las razones por las que convivía con el cadáver. Hoy también se ha acogido a su derecho constitucional a no declarar ante la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Oviedo

La investigación policial y judicial está pendiente de los resultados definitivos de las pruebas forenses, incluidas las pruebas toxicológicas.

En dependencias policiales, el hombre se había negado a hablar delante de los agentes y no llegó a pronunciar ni una sola palabra de cómo era la convivencia de puertas adentro con su madre, ni cuándo se había producido su fallecimiento, ni las razones por las que convivía con el cadáver. Hoy también se ha acogido a su derecho constitucional a no declarar.

Las quejas de los vecinos por los olores

Los policías se habían desplazado hasta su domicilio el pasado viernes tras ser alertados por los vecinos del “nauseabundo olor” que salía de su vivienda, especialmente en los calurosos días del verano y ante la falta de respuestas que les había ofrecido Viviendas del Principado de Asturias (Vipasa), el organismo autónomo que gestiona el parque público de viviendas.

En esta empresa pública atribuían los malos olores a los 14 animales que convivían en el domicilio, por lo que finalmente los vecinos, hartos de la falta de expectativas de que se pudiera solucionar el caso y al constatar que desde la pandemia no habían vuelto a ver a la madre, optaron por acudir a la Policía.

Su resistencia a dejar entrar a la casa a los agentes

Los agentes se trasladaron a la vivienda, el pasado viernes, pero en un primer momento el hombre se negó a abrirles la puerta, por lo que tuvieron que solicitar una autorización judicial de entrada y registro y regresar de nuevo el lunes, día 10, al domicilio.

Cuando los agentes accedieron al interior de la casa, el escenario que se encontraron fue “peculiar”, según la descripción del jefe superior de Policía de Asturias, Jorge Ignacio Moreno.

Además de la acumulación de basura, había 14 animales que fueron rescatados por la Protectora del Principado de Asturias.

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