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La letra también importa

Aunque algunos grupos han hecho una música exclusivamente instrumental, lo cierto es que la música rock consta de letra y música. Y la letra también es importante.
Actualmente, en el primer cuarto del siglo XXI el conocimiento del idioma inglés en nuestro medio ha aumentado notablemente, especialmente entre los más jóvenes. Recuerdo en mi época de docente que al preguntar a mis alumnos de Medicina de la ULPGC cuántos eran capaces de seguir la clase en inglés, aproximadamente la mitad respondía afirmativamente. Sin embargo, en los años 60 y 70, cuando comenzábamos a oír música rock, la proporción de aquellos que podía entender la letra de la canción era muy baja. No nos enterábamos de qué iba el tema. Por aquel entonces no había internet y la única forma de obtener la letra era cuando el disco la traía impresa en una hoja adicional. Posteriormente, cuando comenzaron a aparecer los CDs, a finales de los años 80, muchos incluían un libreto que siempre se agradecía mucho, ya que a través del mismo, no solo podías acceder a las letras de las canciones, sino a los nombres de los músicos que participaban en cada tema, los compositores y mucha otra información.
También recuerdo que en los años 80 había un programa de radio, para aprender inglés, en el que se escogían letras de canciones para, a partir de las mismas, desarrollar el tema que ese día se estudiaba. Así, por ejemplo, entendí que el tema de los Creedence Clearwater Revival, I Heard it trough the grapevine de su disco Cosmo´s Factory no quiere decir “lo escuché a través de la vid” sino que te enteraste de algo por un chisme. De pequeño decíamos “me lo dijo un pajarito”.
Muchos músicos componían la canción entera ellos solos, letra y música. Por solo nombrar a algunos: Paul McCartney, George Harrison, John Lennon, Sting, Mark Knopfler, Roger Hogdson, Pete Townshend, Greg Allman, Peter Gabriel, Phil Collins…
Es cierto que Paul McCartney y John Lennon a veces coescribían las canciones, participando algo más que en los créditos, pero llegaron al acuerdo de firmarlas todas como “Lennon y McCartney”. No ocurrió lo mismo con Supertramp: Roger Hodgson y Rick Davies escribían cada uno por su parte, (con la excepción de School del disco Crime of the Century) y las canciones de cada uno son claramente identificables, aunque todas estén firmadas por los dos.
Curiosamente en el primer disco de Supertramp llamado simplemente así pero conocido como “el de la rosa”, todas las letras las escribió el entonces guitarrista del grupo Richard Palmer.
En algunos casos, la calidad de la letra y su contenido daba a la canción un valor añadido. Es lo que ocurre con las canciones de Leonard Cohen o Bob Dylan. Este último fue galardonado con el premio Nobel de Literatura en el año 2016 por estas razones que esgrimió la Academia Sueca para concedérselo: “Haber creado nuevas expresiones poéticas dentro de la tradición de la gran canción americana”. Ha habido defensores y detractores de este premio, pero no cabe duda de que, al concedérselo, se otorgó oficialmente a la letra de las canciones una importancia que quizá hasta entonces no había sido tan reconocida.

La polémica fue ampliamente contada, tanto sobre el merecimiento para que se le concediera el Nobel, como la decisión de Dylan de no acudir a recoger el premio aduciendo que tenía otros compromisos. Además de la ceremonia privada el 1 de abril de 2017 para recoger el galardón: su discurso fue acusado de ser un plagio. Más polémica, imposible.
Ha habido algunas “asociaciones” entre músicos y letristas muy conocidas durante la historia de la música rock. Una, muy reconocida fue la de Elton John con Bernie Taupin. Es curiosa la manera en que trabajaban, pues no se sentaban juntos ni escribían las canciones a medias. Bernie Taupin enviaba por correo sus letras y Elton John les añadía la música. Esto quedó bien documentado en la película Rocket Man biográfica sobre Elton John.
Una forma muy extraña de componer era la que tenía Carole King, quien estaba casada con Gerry Goffin, acudían juntos a un edificio muy conocido en Nueva York, llamado Brill Building. Allí se sentaban a componer “en horario de oficina”. Sin embargo, no eran los únicos, pues en el edificio coincidían otros músicos y letristas que acudían allí para eso: componer canciones. Una revisión más detallada de los músicos y letristas que trabajaron en el Brill Building puedes obtenerla aquí.

En muchos grupos anglosajones de los años 60 y 70 era habitual que un miembro del grupo se dedicara predominantemente a las letras. Así, en Traffic, Steve Winwood componía la música y Jim Capaldi la letra, si bien Winwood ha trabajado durante mucho tiempo con Will Jennings, un letrista muy conocido y valorado, pues coescribió con Eric Clapton la letra de uno de sus temas más emblemáticos, Tears in Heaven, dedicada a su hijo Connor quien falleció en 1991 al precipitarse al vacío desde un edificio. desde un edificio. Will Jennigs, que falleció el pasado mes de septiembre de 2024 a los 80 años, también fue el letrista de otras canciones que seguro que recordarás: Up where we belong de la película Oficial y Caballero, cantada por Joe Cocker y Jennifer Warnes, o My Heart Will go on de la película Titanic, cantada por Celine Dion.
En los Rolling Stones, Mick Jagger es el autor principal de las letras, lo mismo que sucedía en Led Zeppelin, labor que desarrolló magníficamente Robert Plant, con algunas letras épicas, como la de Stairway to Heaven que te transportan a un mundo esotérico y fantasioso. En los Eagles, Glenn Frey y Don Henley compartían labores de composición, si bien es cierto que las letras eran sobre todo fruto del trabajo de Henley. La letra de Hotel California todavía genera opiniones y polémicas sobre su verdadero significado.
Un caso interesante fue el del grupo canadiense Rush. Cuando se unieron, ni Alex Lifeson ni Geddy Lee disfrutaban especialmente escribiendo letras, por lo que le encargaron el trabajo al batería, Neal Peart. La idea tuvo éxito y como prueba de ello es que compusieron el disco Fly by Night en tan solo diez días, siendo el primer tema al que Peart aportó la letra By-Tor and the Snow Dog.

Finalmente, Pete Sinfield comenzó escribiendo la letra para los primeros álbumes de King Crimson. Tras ser despedido por Robert Fripp, continuó escribiendo letras para otros músicos, por ejemplo, la letra de todas las canciones del primer disco de un grupo italiano, de Milán, llamado Premiata Forneria Marconi, así como algunas canciones con Emerson Lake y Palmer, sobre todo el disco Love Beach (uno de los mas flojos de éstos, en mi opinión) o con Gary Brooker, de Procol Harum. Después, llegó incluso a producir y publicar en 1973 un disco con sus canciones, llamado Still, disco en el que, como cabría esperar, escribió todas las letras y participó también en la música, colaborando en el mismo, músicos de la talla de Greg Lake, John Wetton, Mel Collins o Ian Wallace, por solo nombrar a algunos.
Still, la canción que le da el título a dicho álbum es un tema, como el resto del disco, en mi opinión un tanto extraño. Quizá te guste. Aquí lo podrás escuchar cantando en directo. La verdad es que no lo hacía nada mal.
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