
Miles de personas, 25.000 según el recuento de la Guàrdia Urbana, han vuelto a salir el 8 de marzo en Barcelona para reivindicar los derechos de las mujeres y acabar con el patriarcado. La marcha de la capital catalana ha puesto especial énfasis en los cuidados y ha reivindicado la alianza entre el movimiento feminista y el trans.
La organización de la marcha, formada por 150 entidades y colectivos, ha diseñado una protesta dividida en nueve bloques que incluyen a mujeres, lesbianas y trans vinculadas a los cuidados, migradas, de comunidades en conflicto y de organizaciones feministas. También han participado sectores no mixtos de movimientos sociales.
Bajo el lema “Los cuidados sostienen la vida”, la protesta de este año ha situado el foco en la importancia de las labores, remuneradas o no, de cuidado de familiares y en el hogar que siguen recayendo mayoritariamente en las mujeres y, entre ellas, en las migrantes.
El manifiesto de la marcha ha reivindicado la diversidad sexual y de orígenes del movimiento feminista y ha puesto el acento en los cuidados, como el lema de la marcha. “Cuidados en el centro, los cuidados sostienen la vida pero el sistema capitalista los invisibiliza y explota”, ha dicho la activista que ha leído el manifiesto, que ha concluido: “No estamos todas, faltan las internas”.
En un ambiente festivo y reivindicativo, la marcha del 8M ha recorrido las calles de Barcelona. La masiva manifestación ha reunido a familias, parejas y grupos de amigos y amigas.
“El 8M es un día muy especial por la lucha de todas las mujeres, recordar las de nuestro pasado y reivindicar tener espacios libres de misoginia y oportunidades para todes”, cuentan Natalia y Juliana, que llevan una gran pancarta que clama contra la presencia del Estado y la misoginia de las instituciones de las mujeres.
Los colectivos feministas que organizan la manifestación del 8M en Barcelona han cedido la cabecera de la marcha a un grupo de mujeres que viven en residencias, acompañadas de voluntarias que las llevan en carros-bici. En conversación con elDiario.es, una de ellas, Rosa Maria Armengol, cuenta los motivos que le han llevado a manifestarse este sábado: “He sido una mujer maltratada y hay que decir basta, me rebelo contra el maltrato”.

A sus 71 años, Rosa Maria Armengol agradece todo el apoyo recibido por parte de las trabajadoras y las psicólogas que la han atendido en la residencia del barrio del Poblenou. “Llegué allí pesando 38 kilos y ellas me salvaron después de quedarme sola con un machista”, explica.
“He sido una mujer maltratada y cada vez que veo un nuevo caso en las noticias me da una rabia, quiero que se termine este sufrimiento de las mujeres” reivindica Rosa Maria, que añadía, antes del inicio de la marcha, que tiene “muchas ganas” de participar en la protesta.
Varios de los lemas más coreados reivindican la unión del movimiento trans con el feminista, y reclaman el cierre de los Centros de Internamiento de Extranjería (CIE) y la derogación de la ley de extranjería por suponer una doble discriminación de las mujeres migrantes.
“Sin antirracismo no hay feminismo”, o “sin las putas no hay feminismo”, son los lemas más repetidos.
Por primera vez un 8M en Barcelona, este año un colectivo de mujeres, partidarias de la abolición de la prostitución, se ha desmarcado de la manifestación histórica y ha decidido realizar su propia marcha, que ha recorrido la Rambla y ha llenado la plaza Sant Jaume.
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