Catalá hace caso omiso de las deficiencias detectadas por los expertos y avala el proyecto del nuevo estadio del Valencia CF

El equipo de Gobierno del PP y de Vox en el Ayuntamiento de València y por extensión la alcaldesa, María José Catalá, dan por bueno el proyecto de ejecución del nuevo estadio presentado recientemente por el Valencia CF, avanzado en exclusiva por elDiario.es, y hace caso omiso a las deficiencias denunciadas por diferentes arquitectos e ingenieros el pasado 2 de diciembre en una mesa redonda que tuvo lugar en el Colegio de Arquitectos de València el pasado 2 de diciembre. En la charla estuvieron presentes el portavoz del PSPV, Borja Sanjuan, y la de Compromís, Papi Robles. Por parte del PP y Vox no asistió nadie.
La Comisión de Urbanismo abordó el asunto este martes a preguntas de los representantes de Compromís y del PSPV, quienes criticaron que se haya encargado una auditoría que no va a ser para conocer el presupuesto real de la obra, puesto que como denunciaron los expertos, el proyecto presentado por el club tiene cuestiones por concretar como la solución adoptada para la cubierta o el estado del hormigón de la estructura ya ejecutada y el coste previsto para su rehabilitación.
Al respecto, según ha averiguado elDiario.es, el concejal de Urbanismo, Juan Giner, se ha escudado en todo momento en que se ceñirán a lo que diga la auditoría de costes encargada por medio de un contrato menor a la empresa Vielca Ingenieros de modo que si la auditoría detecta carencias, deberá reflejarlo en su informe. Con todo Giner se escudó también en que el proyecto está visado por el Colegio de Arquitectos (algo que los expertos ya advirtieron que solo garantiza que el arquitecto redactor del proyecto está colegiado) y revisado por los técnicos municipales y por una entidad externa, en referencia al certificado ECUV. Preguntados al respecto por este diario, desde el equipo de Gobierno han declinado hacer valoraciones. Tampoco el Valencia CF ha dado explicaciones de forma oficial.
Así pues, sigue adelante la hoja de ruta por la cual el Valencia CF debe iniciar las obras antes del 12 de enero. De lo contrario, se exigirá una fianza por el coste total del proyecto que establezca el informe de la auditoría. Si el club no la presenta en un plazo determinado, perderá los beneficios urbanísticos. Todo ello en un contexto en que el futuro deportivo del club en primera división está seriamente comprometido.
Al término de la comisión de Urbanismo, la portavoz de Compromís, Papi Robles, denunció que “Catalá no se preocupa por el cumplimiento de la normativa urbanística vigente, ya que ignora los avisos reiterados de algunos expertos sobre el posible incumplimiento de esta por parte de Lim, y se ha negado a que la auditoría verifique explícitamente si el estadio cumple con las garantías de seguridad que requiere una gran infraestructura como esta”.
Robles añadió que “tampoco exige absolutamente nada sobre cómo debe ser el estadio para cumplir con todas las obligaciones del club hacia la ciudad, tal y como se acordó para aprobar las fichas urbanísticas” y reclamó a Catalá que no le ponga a Lim “una alfombra roja sabiendo que podría ser la soga que ahogue al València CF, y que no permita que Lim provoque la desaparición del club solo por su beneficio personal”.
El portavoz socialista, Borja Sanjuan, criticó que “el reconocimiento del concejal de Urbanismo de que no quiere evaluar los incumplimientos del proyecto presentado por Meriton es muy grave” y a su juicio demuestra que “no tienen voluntad de hacer cumplir las obligaciones y pueden querer dar el visto bueno con una auditoría insuficiente”. El edil aseguró que “a nadie le dan una licencia sin especificar cómo es la cubierta de lo que va a construir” y se preguntó: “¿Por qué debería tener un trato de favor Peter Lim?. El papel del Ayuntamiento es obligar a cumplir las obligaciones, no facilitarle el negocio al máximo accionista del Valencia CF y si se le olvida al gobierno de Catalá lo denunciaremos con contundencia”.
Las deficiencias detectadas por los expertos
En un acto celebrado el pasado 2 de diciembre en el colegio de arquitectos de València, cinco destacados expertos en el ámbito de la economía, la arquitectura y el derecho financiero, desgranado las deficiencias que a su juicio tiene el proyecto del nuevo estadio del Valencia CF (con una estructura desfasada y una estimación económica muy por debajo de la realidad), abogando por la rehabilitación del actual estadio de Mestalla como la alternativa más realista y beneficiosa para el club y la ciudad. Todo está sustentado en un informe que se puede consultar en la web Mestalla per al Futur.
En concreto, los profesionales que han cuestionado el proyecto son Iván Cabrera, director de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de València; Ernesto Colomer, doctor ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. Especialidad en estructuras de hormigón y profesor Universidad Politécnica de València; Rafael Rueda, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, especializado en cimientos y estructuras y miembro del Consejo Asesor del Máster Universitario en Ingeniería del Hormigón de la UPV; Jorge Milla, doctor en derecho, profesor de Derecho Financiero y Tributario en la Universitat de València; y Josep González, ingeniero industrial, representante Últimes Vesprades a Mestalla. Su tesis ha sido avalada también por el decano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos en la Comunidad Valenciana, Javier Machí.
Todos ellos expusieron en detalle las implicaciones técnicas y económicas del proyecto presentado por el club, destacando las deficiencias graves en la estructura del nuevo coliseo puesto, que según han asegurado, “el análisis técnico confirma que la estructura existente presenta claros síntomas de deterioro debido a su abandono prolongando”, lo que supone “no solo un desafío técnico sino un aumento significativo de los costes de finalización”.
En concreto, las conclusiones presentadas destacan diversas deficiencias técnicas y estructurales en el proyecto evaluado. Se ha subrayado que el proyecto es “provisional” y presenta indefiniciones y fallos técnicos significativos, lo que resulta inadmisible para una ejecución adecuada. Se ha evidenciado también que el cálculo de la cubierta no cumple con la normativa, requiriendo un recalculo con una vida útil de 100 años. Asimismo, el cálculo de la estructura de hormigón, es decir, su estado de conservación, no es conforme a las normativas vigentes, señalándose la necesidad de recalcular la estructura completa según el Código Estructural (CodE), considerando aspectos como el tipo de hormigón, su fiabilidad estructural y su durabilidad. Además, se han identificado graves problemas de durabilidad, como corrosión, fisuración generalizada, recubrimientos insuficientes y otros defectos.
Antes de proceder al reinicio de las obras, los expertos exigieron realizar un estudio exhaustivo sobre el estado de conservación de la estructura, incluyendo ensayos necesarios, análisis de deterioro y valoración económica. También se ha detectado la inexistencia de un plan de mantenimiento obligatorio según el CodE. El informe de los expertos señala la ausencia de unidades básicas necesarias, como la rehabilitación de estructuras, butacas, marcadores y césped. Finalmente, se enfatizó la importancia de una supervisión técnica adecuada por parte de técnicos municipales para garantizar el cumplimiento normativo y la seguridad estructural del proyecto.
El colectivo Ultimes Vesprades a Mestalla presentó recientemente una instancia ante el Ayuntamiento de València solicitando que, a través de sus servicios técnicos, se pronuncie sobre diversos aspectos clave del Proyecto de Ejecución del nuevo estadio del Valencia C.F.
En concreto, la entidad ha preguntado por “la adecuación del proyecto a la normativa vigente, especialmente en lo referente al cálculo estructural y la definición de ambientes según el Código Estructural; el grado de cumplimiento del proyecto respecto a la licencia de obras concedida, incluyendo la consideración de elementos esenciales como butacas, marcadores y césped; la viabilidad técnica y económica del proyecto para asegurar que pueda ejecutarse con garantías; y la exigencia de los mismos estándares que para un proyecto de titularidad pública, dado el carácter de recinto de pública concurrencia del estadio y los beneficios urbanísticos asociados”.
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