Una editorial, una escuela de caligrafía y ecoturismo en la cuna del castellano
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Fueron pioneros en apostar por el medio rural cuando los términos despoblación o reto demográfico apenas formaban parte del vocabulario habitual. Y es que hace 22 años, en 2003, Emiliano Navas y Valle Camacho decidieron crear Ediciones Emilianenses, una editorial kilómetro cero cuyo objetivo era, y sigue siendo, promover y dar a conocer la cultura riojana y la caligrafía, una editorial formada por un equipo de profesionales de la educación y de las artes plásticas interesados en la divulgación científica y en las humanidades. Una editorial “felizmente ubicada en medio rural, en San Millán de la Cogolla”, reconoce orgulloso Navas.
“Siempre me he dedicado a temas relacionados con la educación y la pedagogía con personas complicadas, con chavales y jóvenes sobre todo, en la asociación Pioneros. Tenía cierta habilidad para divulgar y dar a conocer cosas difíciles y hacerlas fáciles”. Y con esta filosofía, el primer reto: elaborar un libro sobre lengua castellana para niños y niñas. “Un libro infantil ilustrado que pretende promover el conocimiento del origen de las primeras palabras escritas en romance y euskera en el monasterio de San Millán de Suso en La Rioja”. El origen de la lengua castellana contado a los niños fue el primer título de muchos otros que vinieron después porque “a lo largo de estos 22 años la editorial ha acompañado el proceso vital de numerosos autores”, asegura relata.
Y así, a lo largo de estos 22 años, Navas rememora algunos de los hitos como las obras facsímiles del Códice 46 de San Millán, el Códice albeldense de Albelda y la reproducción gráfica de los Marfiles de San Millán. O que la narradora Raquel Villar haya “crecido en Ediciones Emilianenses” desde su primera publicación 'La libreta roja' en 2012 o 'La niña de las naranjas de Adriana Bañares Camacho premiado por el Ayuntamiento de Logroño en 2010 en la modalidad de literatura. Una autora que dice ha crecido en la editorial y que tras su paso por Ediciones Emilianenses ha creado su propia editorial Aloha en Logroño. También se enorgullece de contar entre sus creaciones con el libro 'Ruta de las ermitas de La Rioja' de Ignacio Lejárraga. “El único catálogo tan exhaustivo que hay de las ermitas y de La Rioja fotografiadas ente los años 1990 y 2000”.
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Y así hasta unos 80 títulos. “Puede no parecer un número importante, pero lo que sí lo es, es que el 90% de los títulos no están agotados, son libros que siguen vivos a pesar de haber hecho varias reediciones”. Es un valor del que se sienten especialmente orgullosos porque demuestra el trabajo que hay detrás. “La libreta roja de Raquel Villar ahí sigue en las estanterías después de 13 años. El trabajo de distribución y de mantenimiento de las estanterías es importante, trabajo (el de distribución) que también realizamos nosotros porque trabajamos con cosas muy delicadas de caligrafía que no queremos dejar en otras manos”.
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De hecho, en 2011, y alrededor de la editorial, crearon una escuela de caligrafía artística cuya formación corre a cargo de Valle Camacho en Logroño y San Millán. “A lo largo de estos años, han pasado por la escuela más de 500 alumnos y alumnas de toda España. Elegimos un tipo de escritura: rústica romana, caligrafía gótica, visigótica y le damos cierto toque artístico. Son cursos de tres días porque el alumnado quiere progresar y aprender una técnica así que preparamos los materiales, les explicamos el alfabeto completo de ese tipo de escritura y, como trabajamos con pergaminos, al final hacemos una lámina en pergamino para que se lleven un recuerdo”.
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Una escuela de caligrafía y un programa de ecotursimo. Porque alrededor de Ediciones Emilianenses también ha surgido La Demanda Botánica. “Una iniciativa cuya misión es acercar la botánica y el paisaje a las personas que visitan Nájera y su comarca. ”Y es que al divulgar ofrecemos conocimiento, compartimos disfrute y fomentamos la conservación de la flora porque como escribió Linneo, “si desconoces el nombre de las cosas, desaparece también lo que sabes de ellas”. De ahí que el objetivo de este programa de ecoturismo sea que los turistas aprendan que el paisaje no es estático. “Les damos información para que entiendan lo que están viendo en San Millán o en Berceo, para que sepan, por ejemplo, que en el Valle del Najerilla hay 37 especies de orquídeas, 42 en toda La Rioja o las tradiciones de las localidades riojanas vinculadas al uso del paisaje y sus plantas, el uso de las plantas medicinales, que sepan que las plantas que están aquí, hace años se utilizaban para algo”.
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Y así la editorial, la escuela de caligrafía y el programa de ecoturismo finalmente han conseguido que Navas abandone Logroño por San Millán de la Cogolla. “El paso fue fácil porque me gusta la vida más tranquila. El medio rural tiene sus ventajas: el contacto humano, la relación de vecindad que prácticamente no existe en laciudadd; el paisaje natural aquí mismo; o la existencia de personas que aún trabajan el campo con medios tradicionales”.
Pero si hay algo que Navas ha aprendido a valorar, eso es silencio. “Poder evitar los ruidos, las distracciones y el bullicio de una gran ciudad es importante, estamos muy contentos de poder vivir aquí”. Algo que reconoce es posible por la buena conexión a internet. “Esto es fundamental y además San Millán es un pueblo muy bien comunidado porque estamos muy cerca de otros pueblos más grandes y a 40 minutos de Logroño”.
Y así, a lo largo de estos 22 años, la editorial ha ido sumando títulos y proyectos sin olvidar los principios que marcaron sus inicios y que les ha conducido hasta la Red de la Economía Social Solidaria, El Camino ESS. “Coincidimos en el respeto a las personas, en el respeto al entorno y creemos que es posible otra economía distinta al lucro por el lucro”. Principios que les hace apostar por un turismo sostenible y responsable donde lo importante son las personas.
Contenido patrocinado por el Gobierno de La Rioja
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