El PSOE cambia de estrategia en Madrid con Óscar López: ni un segundo de respiro para Ayuso

El PSOE de Madrid ha pasado al ataque en la política madrileña. Con la salida de Juan Lobato del liderazgo del partido y la portavocía del grupo socialista en la Asamblea, la irrupción del ministro Óscar López como nuevo secretario general y su elegida como portavoz, Mar Espinar, han endurecido el discurso de la formación contra Isabel Díaz Ayuso en todas las intervenciones públicas y los cara a cara semanales en la Asamblea de Madrid.
Esta misma semana se escenificaba ese cambio de tono cuando Espinar, que tiene en X una foto de perfil con guantes de boxeo y en posición de guardia, arrancaba su intervención preguntándole a la presidenta si en su último viaje a Londres se había “hospedado en el ático del hotel o se había alojado en las plantas bajas para desconectar moralmente”. Se trataba de una alusión directa al piso en el que la mandataria vive con su novio, Alberto González Amador, y sobre el que no ha aclarado en qué condiciones o a cambio de qué contraprestación residen allí.
Óscar López, que ha decidido responder públicamente a todas y cada una de las salidas de tono de Ayuso, se sumó a las alusiones a la residencia de la presidenta después de que su pareja fuese imputado por corrupción en los negocios y administración desleal dentro de su relación comercial con el presidente de Quirón Prevención, Fernando Camino. “Es un peldaño más hacia el ático”, apuntaba el líder del PSOE madrileño.
En la Asamblea los socialistas buscan disputarse con Más Madrid el foco mediático en las interpelaciones parlamentarias a la mandataria. La llegada hace dos años de otro dirigente socialista, Francisco Martín, a la Delegación del Gobierno de la Comunidad de Madrid también provocó un cambio de estrategia, ya que optó desde su toma de posesión por intensificar su discurso contra el Ejecutivo regional. Esta actitud ha sido criticada por la presidenta, que la ha utilizado para romper relaciones con él, acusándole de actuar como un “comisario de la Moncloa”.
Ruptura de relaciones
“Desde el primer día ha buscado la más absoluta confrontación con insultos, con ataques. Pero ya cuando pasamos a otros escenarios donde nos acusa abiertamente, como están haciendo estos días, prácticamente de asesinatos, ya han pasado unos límites que son inasumibles. Por eso pienso que es mejor que estas relaciones por el momento no puedan continuar”, aseguró Ayuso hace una semana, obviando que ella también ha contribuido a polarizar el debate afirmando, por ejemplo, que Pedro Sánchez ha “enloquecido”. Además, Ayuso ha llamado al presidente “matón”, “tirano”, “mentiroso”, “mafioso” y “caradura” en los últimos meses, entre otros insultos.
El enfrentamiento con el Gobierno central y el PSOE ha escalado hasta tal punto que cuando a Ayuso se le escapó un “hijo de puta” en la tribuna del Congreso dirigido al presidente, en lugar de disculparse su equipo acuñó la expresión “me gusta la fruta”. Esas palabras han sido recuperadas esta semana por Martín, en respuesta a las críticas del PP madrileño. En una carta dirigida al secretario general del partido, Alfonso Serrano, ironizó apuntando que lamentaba “si tanta fruta le ha podido indigestar”, a la vez que pedía al Ejecutivo madrileño “cooperación, colaboración y lealtad institucional”.
La llegada de Espinar a la portavocía del grupo parlamentario no sirvió para rebajar la tensión de la política autonómica madrileña. De hecho, en su primer pleno liderando las intervenciones del PSOE de Madrid no hubo ningún saludo institucional entre ella y Ayuso antes de arrancar la sesión.
Aun así, en su intervención la mandataria autonómica sí que le dio la “enhorabuena por su nueva responsabilidad” y un “consejo”: “Insúlteme mucho, todo lo que pueda. Y, es más, insúlteme en lo personal todo el tiempo, porque si no va a durar lo mismo que su anterior portavoz”. Con esta frase, Ayuso aludía a Jesús Celada, sustituto interino de Lobato, a quien describió como una persona “bastante educada y que quería llegar siempre a un consenso”.
El estilo de Celada y, sobre todo, el de Lobato, que fue secretario general del PSOE madrileño durante tres años, buscaba alejarse del choque con Ayuso, a diferencia de la estrategia de Más Madrid. Con la intención de marcar un perfil propio y con la consigna de “educación” y “respeto” frente a los insultos de la presidenta, Lobato apostó por alejarse de la polarización y por preguntar a la presidenta por temas sectoriales, como la situación de la Formación Profesional pública o la deuda de la Comunidad de Madrid. Pero su estrategia le hizo prácticamente invisible en el foco mediático regional.
Tras su dimisión por la polémica que se desató al conocerse que había acudido a una notaría para registrar una conversación con la jefa de Gabinete de López, que le reenviaba el correo que el abogado González Amador dirigió a la Fiscalía reconociendo su doble fraude fiscal, se produjo un cambio de tono en la Asamblea.
Espinar ya fue portavoz en el Ayuntamiento
López, ministro de Transformación Digital y Función Pública, desembarcó en Madrid con la misión de confrontar directamente con Ayuso como ya estaba haciendo Martín en la Delegación de Gobierno. El ahora líder socialista en la Comunidad, que fue la 'mano derecha' de Sánchez en el Ejecutivo central hasta septiembre, lo hace en sus apariciones públicas, mientras que Espinar lo traslada al debate parlamentario. Las intervenciones en el pleno se “trabajan con el grupo, pero también con la dirección del PSOE de Madrid”, reconocen fuentes de la formación.
La afinidad de Espinar con Lobato no fue un obstáculo para que la nueva dirección la eligiera como su sucesora. La experiencia la respalda: fue portavoz en el Ayuntamiento de Madrid y allí logró forjar una amistad con el alcalde, José Luis Martínez-Almeida. Tras ocho años como concejala fue recolocada en la Asamblea en las últimas elecciones después de que Reyes Maroto fuera designada como cabeza de lista en los comicios municipales.
La nueva portavoz socialista en la Asamblea está comenzando a coger ritmo. “Ayuso ahora está más incómoda que antes”, sostienen en el partido. Estas fuentes destacan la intervención de la presidenta la semana pasada, cuando cargó contra las asociaciones de víctimas de las residencias durante la pandemia, e intentan no abrir brechas con otros partidos de la oposición: “No competimos con Más Madrid, tenemos claro a quién hay que dirigirse”.
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