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Esta es la diferencia entre renting y leasing

Los contratos de renting suelen durar entre 1 y 5 años

Ada Sanuy

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Comprar un coche no es la única forma de tener uno. Cada vez más personas optan por fórmulas como el renting o el leasing, dos modelos de arrendamiento que, aunque comparten similitudes, presentan diferencias importantes. Entenderlas puede ser clave para tomar una decisión informada, especialmente en un contexto económico donde se valora la flexibilidad financiera y el acceso sin grandes desembolsos iniciales.

Qué es el renting y cómo funciona

En el renting, una entidad (ya sea un banco, un fabricante o una empresa de flotas) mantiene la propiedad del coche y lo alquila al usuario por una cuota mensual fija. Esta cuota incluye mantenimiento, seguro, impuestos y otros servicios. Es una fórmula pensada para quienes no quieren preocuparse por los gastos añadidos ni por trámites. Eso sí, no hay opción de compra: al finalizar el contrato, el vehículo se devuelve.

Los contratos de renting suelen durar entre 1 y 5 años. Un coche compacto puede costar entre 200 y 300 euros mensuales, mientras que un modelo de alta gama puede superar los 500 euros. Esta modalidad también establece un kilometraje anual (entre 10.000 y 20.000 km) y cobra penalizaciones si se supera.

Otra de las características del renting es la posibilidad de cancelar el contrato antes de tiempo. Aunque es legalmente viable, hacerlo conlleva penalizaciones económicas (entre el 30% y el 50% de las cuotas pendientes), además de gastos administrativos. Algunas compañías ofrecen cierta flexibilidad para modificar el contrato o incluso transferirlo a otra persona.

Qué es el leasing y qué lo diferencia del renting

El leasing, por su parte, funciona como un contrato de financiación. El usuario alquila el coche por un tiempo determinado (mínimo dos años) y, al finalizar, puede optar por comprarlo pagando un valor residual previamente pactado. Es una fórmula que se asemeja más a una compra a plazos que a un alquiler convencional.

Las cuotas en el leasing varían según la duración del contrato, el modelo del coche, la entrada inicial y las condiciones acordadas con la financiera. Un utilitario puede rondar los 200-300 euros al mes, una berlina media entre 350 y 600 euros, y un vehículo premium puede superar los 600 euros mensuales. A diferencia del renting, el mantenimiento, el seguro o los impuestos no suelen estar incluidos, lo que convierte estos gastos en variables y puede encarecer el coste total.

El leasing ofrece la ventaja de que el coche puede pasar a ser del usuario. Además, permite cierta personalización del contrato y, en general, tiene cuotas más ajustadas que el renting. Pero también implica mayor compromiso financiero, menos servicios incluidos y una menor flexibilidad a la hora de cancelar o modificar las condiciones.

Qué opción conviene más según tus necesidades

Elegir entre renting o leasing dependerá del uso previsto del coche, de si se desea o no tenerlo en propiedad, y del nivel de implicación que se quiera asumir con los gastos asociados. El renting es ideal para quienes buscan comodidad, control del gasto y renovación periódica de vehículo. El leasing, en cambio, encaja mejor con quienes quieren quedarse con el coche al final del contrato y no les importa asumir la gestión de mantenimiento y seguros por su cuenta.

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